jueves, 17 de junio de 2010

Guillermo Vega Zaragoza presenta en Cada quien su boca de PALABRAS URGENTES



LA ILUSIÓN DEL CANÍBAL

por Guillermo Vega Zaragoza

No bromea aquel que confiesa:

“Me la comería a besos”.

Si pudiera, la engulliría toda

como la boa del diminuto príncipe,

como la tierra ávida

absorbe la lluvia en el desierto.

El beso es una mordida extraviada,

un tímido devoramiento

en una danza de lenguas excitadas.

El beso es una cópula perversa,

hermafrodita,

donde ambos se penetran

y se preñan de hijos minúsculos

que nacen y mueren y resucitan

cada vez que los labios se aproximan.

El beso es la ilusión del caníbal,

deseo prohibido de la carne prójima,

aliento vital desesperado,

agonía infinita del instante.

Para cumplir con su cometido,

los que se besan

deben consumirse mutuamente,

a plazos pero sin pausa,

con insaciable pasión antropófaga,

deglutirse con paciente ternura

hasta el último hueso,

y separarse como si ya no fueran uno,

para volverse a devorar

en el banquete próximo.

El fin del beso es imposible.

Cada beso es uno solo,

inacabable.

TIERRA PROMETIDA

por Guillermo Vega Zaragoza

Para N.

“Y tú alza tu vara, y extiende tu mano sobre el mar”.

Éxodo, 14:16

Extasiado,

te miro dormir

como debió ver

Moisés que las aguas se abrían ante los suyos

para llegar a la tierra prometida,

blanca e infinita,

como la piel de tu espalda

dividida en dos mundos paralelos

que mi boca se apresta a conquistar.

Bebo de ti la leche de la madre

con la avidez de un condenado.

Quisiera ser tu madre,

concebirte y tenerte dentro de mí,

para nacerte al fin

y volverme tu hijo,

que me devores

para volver a tu interior,

para que me nazcas de nuevo

y nacer y morir

y volver a nacer entre tus muslos.

Podría mirarte respirar otros veinte o dos mil años

tan sólo para saber que existes,

que no eres producto de la fiebre o el delirio,

que estás aquí, en este lugar de los desvelos

y que te admiro como el impuntual cometa que eres,

que siempre has sido.

Pero has regresado al fin

y no quiero dejarte ir

sin quedarme otra vez

con un pedazo de tu luz.

Tu cuerpo desnudo,

prístino e interminable,

es lo más cerca que estaré del cielo en esta vida.

PENUMBRA

por Guillermo Vega Zaragoza

La noche es clara en su penumbra,

como nunca antes,

como siempre.

Los sonidos no la invaden.

Nada la perturba sino el silencio.

Desde los recovecos del insomnio

aparece la niebla.

Quién sabe de dónde

vienen las palabras

que la van poblando,

que adquieren poco a poco

la forma de tu cuerpo acercándose

liviano, delgado.

casi transparente.

Nada es mío.

Y sin embargo

sé que soy el rey del mundo,

casi Dios,

porque tú vienes hacia mi.

Y entonces entramos en la caverna.

Y yo te miro y tú miras las sombras.

Y no pasa nada sino el tiempo.

Ahí está tu cuerpo,

intocado.

Y tus labios y tus senos,

intocados

Y tus caderas y tus piernas,

intocadas.

Nada las perturba.

Será que no se saben tan deseadas.

Y yo regreso

y me lamento

por no tenerte,

por saber que no te soy necesario,

que no lleno nada,

que tu vacío no me necesita.

Y la noche sigue tan clara en su penumbra.

TESTAMENTO

por Guillermo Vega Zaragoza

Para la Buba Alarcone

Voy a escriturar a mi nombre

todos los paisajes.

Para empezar, éste que veo

desde el piso noveno

del palacio del sol.

Ya es mía

esa luna escondida

detrás de la cortina.

Son mías

esas calles lodosas

y hasta el anémico periférico.

También pondré

a mi nombre

el recuerdo de todas

las mujeres hermosas

que he vislumbrado aquí.

No pude poseerlas,

pero ya son mías,

sin que ellas lo sepan,

por la pura magia

de mis partes pudendas.

Pero no pude adueñarme

de esos inmensos ojos

detrás del cristal,

ni de la dientona sonrisa,

ni del hoyuelo en la barbilla,

ni de las caderas

ni del nacimiento

de sus poéticos senos.

Y desde luego,

a nadie voy a heredarle

estas posesiones.

Que se jodan mis descendientes.

Son exclusivamente mías.

Y ahora de ustedes

a través de este poema.

Chihuahua, Chih., septiembre 2006.

EL CUERPO LE ESTORBA A LA PALABRA

por Guillermo Vega Zaragoza

¿Por qué no tienes versos en lugar de piel?

¿Por qué no puedo tocarte sólo con letras,

sílabas y acentos?

¿Por qué tus senos no pueden ser las líneas de un soneto,

para recitarlos de memoria?

¿Por qué tus piernas no son rimas paralelas

y tu vientre blanco un verso libre?

Tus nalgas podrían ser redondillas,

tus brazos endecasílabos y tus labios

nocturnos o madrigales.

Y tu sexo,

ah, tu negro sexo,

un haiku interminable.


PLEGARIA

por Guillermo Vega Zaragoza

Para Otto-Raúl González, in memoriam

Dios: líbranos de los poetas.

Cárgatelos a todos de una vez,

de nada sirven,

mas que para ponernos tristes

con palabras que hieren,

que incomodan.

Nos salpican y nos ensucian

con puras verdades.

A nadie le gusta la verdad.

A nadie le gusta verse reflejado

en palabras que ni entiende.

Por eso a nadie le gusta la poesía.

Poesía,

la de las canciones de la radio.

Poesía,

la de los informes de gobierno.

Poesía,

la de los columnistas políticos.

Poesía,

la de los reportes financieros.

Poesía,

la de los cronistas deportivos.

Poesía,

la de los presidentes asesinos.

Ésa sí es poesía de veras,

música para los oídos

de las

corporaciones multinacionales

(¿puede haber algo más poético

que estas dos palabras juntas en un poema?)

Los poetas no saben de poesía.

Los poetas sólo saben lastimar.

Los poetas no tienen

ni tuvieron madre,

por eso no respetan nada

ni a nadie.

¿Qué es eso de inventar colores

de alegría y esperanza?

¿Qué es eso de darle

voz y voto a los geranios?

¿A quién le importa un conejo

con las orejas en reposo?

¿Para qué hablar de venados y pájaros,

lunas mutiladas y conciertos para metralleta?

(pensándolo bien,

esos sí tendrían alguna utilidad:

aleccionar a la tropas mercenarias

que luchan por la libertad)

El hombre del nuevo milenio

sólo debe pensar en consumir

y olvidarse de mariconadas

como la poesía,

que no sirve de nada.

Se los digo yo,

que escribí este poema inútil

y el mundo sigue igual que siempre.

Que Dios nos salve de la poesía.

REGINAS

por Guillermo Vega Zaragoza

Para Elisa

Yo no sé nada de reinas

(soy republicano,

pero eso no viene al caso)

y sin embargo

sé distinguir a una

en cuanto la veo entrar a un salón:

se sienta,

cruza las piernas,

se quita los lentes oscuros,

abre su cuaderno

y sus manos

se mueven como gaviotas

sobre la espuma.

Dibuja el retrato de un hombre

y luego a una mujer

ofreciendo la flor de su sexo.

Se levanta,

camina como lo que es

(ya dije que una reina),

sonríe como la niña que sigue siendo

y me mira a los ojos

como la mujer que será.

Me extiende los papeles

y regresa a su lugar.

En uno de ellos ha escrito:

“No te me estoy aventando,

así son mis dibujos”.

Y le creo,

porque las reinas

no andan por la vida

regalando dibujos sicalípticos

a cualquier plebeyo.

Las reinas

(siempre lo he sabido)

hacen lo que quieren,

sin dar explicaciones

(para eso son reinas).

Y para provocar

sueños y tragedias

en el alma de hombres condenados.

Vaivén

Para la Gab, que dice que nunca le han escrito un poema

I

mira si seré pendejo o despistado

que en este islote

no sé distinguir el sur del norte

tus vaivenes

me hacen sentir como una bicicleta

colgada del techo

con las ruedas al revés

me encabronas con una impaciente ternura

no he aprendido cómo acercarme a ti

erizo de piel suave y tostada

no sé descifrar tus acertijos

a veces tan ingenuos

como cuando te desatas el pelo

(siempre a las 11

te he tomado el tiempo)

y cae como cascada que se confunde con la noche

me gusta esto de saberme rodeado de agua

por los cuatro costados

no importa hacia dónde camine

siempre me voy a encontrar contigo

miro el mar y te veo

miro el puente y te veo

miro el atardecer y te veo

miro los barcos y te veo

pero no sé si van o vienen

igual que tú

es tan así

que no quiero mirarte y de todos modos te veo

eres una enfermedad

una especie de chancro delicioso

que se me ha metido en las entrañas

y del que no tengo intenciones de curarme

¿a quién chingados se le ocurre ser quien eres?

(y es que al parecer nomás con palabrotas entiendes)

esto me han dicho:

“todos ustedes los poetas

nomás escriben de lo que no tienen

si quieren algo

pues nomás estiren la mano y agárrenlo

y dejen de estar fregando”

“trasciende la psicología”

me dijeron.

no lo entiendo.

¿cómo voy a trascenderla si yo soy yo

y no me puedo dejar?

claro

ahora caigo

de eso se trata:

dejar de ser yo

para ser tú

para ser otro

para ser nosotros

para eso aún no estamos preparados.

(a estas alturas has de estar pensando:

“este es un pendejo”)

todos estos días

dos palomas se la pasan zureando en la ventana

se pasean sobre la barda

van y vienen

persiguiéndose

así como tú

diminuto vendaval oscuro

II

mira si seré pendejo o despistado

que no me había enterado que vives

a cuatro cuadras de distancia

ahora ya sé dónde está tu casa

para ir a apedrearla

¿que por qué?

nomás de huevos

a ver si así despiertas de una vez

y dejas de hacerte la pinche víctima

(éste será el poema

con más palabrotas que haya escrito)

me caga que te ningunees

me caga que no valores lo que haces

me caga

(no me discutas

carajo)

que no sepas ya que eres tan grande

que desde hace un buen rato

este islote te ha quedado queda chico

para todo el mujerón que eres

que has sido

y que vas a ser

poeta maldita

maldita poeta de libritos a 200 pesos

deja de compadecerte y lánzate al abismo

(ya sabes que del madrazo no te salvas)

pero en una de ésas aprendes a volar solita

sin tener que cortarte las venas

otras cosas que me cagan:

que naciste en el norte pero en realidad eres del sur

(me confunde y me encabrona)

que te pongas vestiditos que dejan al descubierto

tus brazos y tus piernas

(voy a cortártelos para comérmelos)

que hagas lo que te da tu regalada gana

sin pedirle permiso a nadie

ni pedir disculpas por las barbaridades que profieres

me caga no haber escrito aquel cuento juntos

me caga no entender lo que debería haber entendido

me caga que esto ya ni es poesía sino puro

pinche desahogo

me caga mirarte y saberte tan lejos

(ahí vas con la psicología)

está bien

voy a dejar de quejarme

voy a estirar la mano y tomar lo que quiero

y dejar de escribir esto porque no te tengo

III

mira si seré pendejo o despistado

que creo que es poesía cualquier cosa que escribo

me voy a sentar a esperar a que me escribas un poema

donde me pidas que regrese o que no me vaya

me voy a sentar a esperar a que regreses

a que te vayas y regreses

en uno más de tus vaivenes interminables

desde aquí

es imposible escapar del sol

del mar y del amor

(me había prometido

no mencionar esa palabra en este poema)

de la mierda y la estupidez

del desaire y el abandono

del terror y la soberbia

del dolor y la ternura

del padre y de la madre

(yo por eso ya me deshice de ellos

bien muertos y enterrados que están)

escapar de uno mimso

desde este lado de la ventana

sólo se ve la pared y las palomas encima

persiguiéndose

zureando agobiadas

como si agonizaran

(qué ganas de degollar palomas

qué ganas de degollar puercos

qué ganas de degollar hombres)

desde aquí escucho las campanas

los cantos de la iglesia

con este calor

hace rato que dios se mudó a otro lado

y nadie parece haberse dado cuenta

en este abismo al que nos lanzan las madres inconcientes

sólo dos cosas nos quedan por hacer

sobrevivir y sobrevivir

el suicidio es una forma poco elegante

de expresar el asco que sentimos

prefiero la capitulación lenta

pero efectiva

de la podrida existencia


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