lunes, 28 de diciembre de 2015

Lunes 28 de Diciembre en Palabras Urgentes: Armando González Torres

presenta este 
Lunes 28 de Diciembre
en vivo a las 17:30 horas por


Estará con nosotros el poeta

Armando González Torres



presentando su más reciente libro:
"Con un poco de tu sol en las espaldas"

"Recuerdo los días de campiña,
las largas tardes en que el sol con sus delectaciones acompañaba
amigable las espaldas, las charlas sin modorra no modismos..."

Además de nuestras secciones:

Cada quien su boca
Notas Imprescindibles
Escritorpedia

Conduce: Andrés Castuera-MIcher
Palabras Urgentes
Las escritoras y escritores tienen la palabra.

lunes, 21 de diciembre de 2015

Érik Marvaz presenta en "Cada quien su boca" de Palabras Urgentes.

ÉRIK MARVAZ


En la noche golpea con más fuerza
disparatado
enajenante
desesperado
queriendo decir algo
pero no comprendo
estoy obnubilado
irascible
odiando
incomprensible
dudoso
maniqueo
enfurecido
pobre pendejo
eres tonto Éric
no escuchas
eres el perdido
túnel de silencio
olvidaste cómo llorar
y las sales se acumulan
haciendo montoncitos
penurias apiladas
desiertos oceánicos
repletos de ahogados
que se fueron amando
quebrando una pasión
dejando a los viudos
endebles y entristecidos
ni santo
ni virgen
ni asexuados querubines
porque se rompen
se quebrantan
desintegran
polvo en que nos convertiremos
caracol soplando
viento que canta entre los árboles
agua madreando rocas
venciendo resistencias
persiguiendo ciertos mares
en el fondo
donde no hay sirenas
ni existen los tritones
muerte submarina
profundamente azulada
asfixiante
pa morirse
perderse
joderse
dormirse
no despertar
porque es dolor
respirar en soledad
comer
pasar abrojos
digerir púas
después
siglos adelante
el corazón se asoma
a través de la ventana
en la noche más oscura
constelada de ojos abrazantes
estás negado Éric
el latido que te parió
fue asíncrono
sin ritmo
a destiempo
discordante
un puro alcohol falaz
camas alquiladas
curtidas de tanta lágrima
lloradas de tanto cuerpo
investidas de indignos jueves
mayos
julios
veintiunos de diciembres
de octubres lluviosos
con sus ácidas gotas
tatuando ventanas
para el desconocido que mira
desde cuencas laberínticas
no hay Dios
ni diablo
alcohol
tener pesadillas
soñar con la otredad
con el hubiera
y la distancia que no cesa
el tiempo que se acaba
las manos que no alcanzan
ribete de amor
que voy abandonando
dentro del vagón
entre asesinos
muerte
fin
dormirse para siempre
muerte
madre fina
muerte piadosa
madre pura
muerte libre de todo pecado
madre amantísima
llega
te lo imploro
¿no ves cómo estoy?
te lo ruego
no me dejes aquí
es una sensación insoportable.





Tú te meneas y la tarde va pasando. Me descuentas en golpes de cadera, te descuentas en gemidos de bestia herida, en gemidos que me dicen que deje todo lo que he tenido hasta ahora y que me quede contigo; que tú serás los amaneceres más brillantes que pude haber imaginado, y yo me pongo a pensar en el pasado y en lo que soy, tan poco, tan vano, tan increíblemente débil, tan expuesto a los errores, tan indefinido, tan poco parecido al hombre que mereces.

Me pongo a pensar en ese pasado titubeante y maltrecho, en esa clave de sol rota, te miro a los ojos y sólo puedo percibir el deseo momentáneo de que realmente yo te pertenezca, pero qué puedo hacer con estas manos, con este sexo corto, con estas ganas de darte, y que normalmente se me llena de lágrimas, como un torpe e inútil latido de corazón. Porque he de decir que a veces cuando no estás, mi corazón late por inercia, y de ese modo no puedo entregarme a una vida plena y ahí estás; poseedora de salvaje belleza con la que te dotó la naturaleza y yo estoy aquí siendo tan erróneo en mis actitudes, con lo imperfecto de mi rostro, lo torpe de mis movimientos y la desazón… que a veces confundo con tristeza, buscando ahogarla en bares, tratando de darle un poco de sentido en minifaldas tableadas de colores extraños, en mujeres de edad madura que sonríen por unas monedas, y que acarician mi espalda con la esperanza que todo acabe pronto, que puedan volver a casa sin preguntarse mucho más.

Estoy aquí siendo tu montura. No puedo curarme de mí. Quedo debajo tuyo, soportando los embates de tu ir y venir cada vez más rápido, enérgico, enfurecido. ¿Quién soy?, me pregunto, y busco en esta habitación de cuatro paredes algún resquicio de lo que fui la semana anterior, el día anterior, el minuto anterior, el segundo. Me he quedado desperdigado en alfombras de hoteles, he dejado las cosas que fui, dejé en una caja irreconocible aquel auto de colores brillantes que tuve cuando niño, también las camisas de mi juventud, he dejado pasar la experiencia de un hijo, y voy dejando pasar esta tarde en que tú sigues montándome.

Tal vez pueda concretarme en otras vidas.

El inaudito que soy, este pobre que ves, el que está debajo de ti, es el que no puede estar contigo más que en forma de palabras: siendo un superficial acto de escape.




De esas lluvias que no se declaran, que van dando vueltas y vueltas antes de caer, con vientos suaves que sumen a uno en tristezas pobres; pobres porque no son realmente tristezas. Son una mezcla de cielos grises que se aprecian desde la sala de estar, donde veo estrellarse los recuerdos contra la ventana, dentro del aislamiento impasible de media tarde, abrazando alguna prenda tuya, suponiendo que de pronto empezará un diluvio torrencial en que los cristales, abrumados de tantas gotas de agua, van a reventar… mas no. Nada pasa. Apenas un sonido suave de plas… plas, plas.
Ha sido un sorpresivo alejamiento, tanto que los vestigios aún andan a paso lento por todas las habitaciones, se revuelven en las esquinas, y se sientan a observar, igual que yo, las impensables lluvias de invierno.

“Te fuiste en el peor momento. Justo cuando empezaba a mutar en lo que tú querías, justo cuando empezaba a dejar de ser yo.”


El modo en que me mirabas, me traspasaba como vientos de levante. Caía lentamente en esos lagos que son tus ojos, daba brazadas, me sumergía hasta donde aguantara la respiración, dejaba que el cuerpo se me lubricara en la claridad de los espejos de agua, llenos de lirio verde, con manchones cafés de tierra sólida. El mirarme era una orden precisa. Planetas y astros celestes girando a tu alrededor, el viento jugueteando con tu cabello, los huracanes retumbándote en el pecho, tus mareas golpeando mi cadera entre gemidos que resonaban igual a avalanchas de nieve, terremotos feroces dentro de tus senos altivos, y el meteoro más brutal: la sangre agolpándose en tus labios perfectos. Te extraño inmensamente: en cada acera, parque, suspiro con olor a nicotina subiéndome por la nariz, cada rayo partiendo la oscuridad y los recuerdos.





® Éric Marvaz, 2015, Saudade.

domingo, 20 de diciembre de 2015

Lunes 21 de Diciembre en Palabras Urgentes: Éric Marvaz

presenta este 
Lunes 21 de Diciembre
en vivo a las 17:30 horas por


Estará con nosotros el poeta

Éric Marvaz



presentando su más reciente libro:
Saudade



"...te lo imploro
¿no ves cómo estoy?
te lo ruego
no me dejes aquí
es una sensación insoportable."

Además de nuestras secciones:

Cada quien su boca
Notas Imprescindibles
Escritorpedia

Conduce: Andrés Castuera-MIcher
Palabras Urgentes
Las escritoras y escritores tienen la palabra.

lunes, 14 de diciembre de 2015

Lucía Izquierdo presenta en "Cada quien su boca" de Palabras Urgentes (14 dic 2015)


LUCIA IZQUIERDO


Algol
Un asalto me comió a besos
hizo explotar constelaciones
nunca antes mapeadas

Mi hemisferio Austral
quedó expuesto
ante unas manos
que rodeaban mi cintura
mientras anotaba números en el Universo.

Planisferio roto
fecunda nuevas estrellas
Algol brilló con absoluta intensidad
intensidad precisa
intensidad incomprensible
intensidad inasible
inesperada

Un instante
dos
todo fue tan rápido
que la velocidad luz
no me dejó discernir sobre los actos
sólo entre la sonrisa
que separaba las Pléyades del Boyero

Una apuesta por encontrar
aquellas constelaciones de Hevelius
queda pendiente
perdernos en imágenes minúsculas
evaporarnos en elementos subatómicos
alternar el rumbo de objetos celestes
y dar vida encontrando la muerte chiquita.

Fue hasta que miré a Algol
que entendí
que no importa cuan golpeado esté el manto estelar
siempre puede ser acariciado
sobre todo cuando hay impactos
Que venga la violencia
de un exabrupto
en un exabrupto
en tu exabrupto
llévame a majestuosos descubrimientos

Y pese a la velocidad luz
hazme sentir la vibración de los colores
emanadas en extranjeras voces.

Colapsé en el pulso de Algol
y no encontré lo demoniaco
sino al ángel caído
que guía  mi travesía
marca un compás tamborileado
al ritmo de la serpentina danza
que baila con el sol de la mano.

Fue Algol
quien trastocó mi rumbo
el que me volvió la mujer
que hace bailar a la luna
Fue él
quien me obligó a mudar de piel
en medio de la cocina.

La piel de serpiente
se extiende
va cubriendo la luna
Que se transforme,
que se transforme y brille
como brilla mi sonrisa.

Esa mujer
la luna
la danza
no se detienen
la voz
la luna
Algol
Una cítara
y la metamorfosis a penas comienza.



Eso es la muerte

Tu mirada cinérica
friccionó mi cintura
para generar un movimiento
m o l e c u l a r
Advino el instante de fusión
en que amordazada
me evaporaste en pleno éxtasis.

Transgrediste
con esa retina
los húmedos secretos
albergados
en la recurrente sombra.

Sentí tu tibio pulso
sobre montículos antes fríos
contracturaste mi respiración
y me encaramaste
con el filo metálico de tus X.

Es cierto
me invade a menudo la tristeza
palpo
la palma derecha de la muerte
con las piernas
y mis hombros

En medio de grito Fornax
  sentí el óbito

Humedecimos los labios
entre melodías lumínicas
saboreamos la baba mutua
nos ahogamos en el otro.

Ante el ímpetu de uno
el abrazo se tornó
viva cámara de gas

Mas al alejarse tu cuerpo
tu pulso desequilibró el mío
y eso sí
eso es la muerte.


Cardiopatía boreal

Un dolor me sigue brotando del pecho
no deja de ser una espina de oclusión
pienso
UNA pérdida
o DOS
o CUARENTAYTRES

Un flujo que lastima
por expatriación de seres amados

Me dejé guiar
y acepté angiografías coronarias
terapia fotosintética
canalizaciones intravenosas
y hasta radiales comprimidos.

Sopesé mis sentimientos
el ahogo
el fuego
las cenizas
los símbolos
que deja la muerte.

Mi ventrículo izquierdo
mi ánima
ya no tienen más
del mínimo medio litro
de plasma ionosférico.
Había
que cauterizar
dimensiones paralelas
colorearlas
en sueños de Nebulosa
cubrir desde mi brazo
la herida que no sana.





Stellae novae

La gran explosión
no haber existido
   ser nombrado
transformarme 
CUARENTAYCUATRO
SESENTAMIL
DOSMILQUINIENTOS
volvernos infinidad
secuencias
de representaciones inhumadas

Miedo a saborear
un espejismo
y despertar en un mar lácteo de fractales rojos
en medio de cenizas
Temo
que se acostumbren al paisaje
y la hiel sepa cotidiana

Causar alergia
vómito
escaras
QUIERO QUE TE FASTIDIE
VER MÁS SANGRE DE LA QUE IMAGINABAS

Incursionas en fosas COMUNES
has visto derrumbarse
constelaciones
Ves brillar agujeros NEGROS
morir supernovas
nacer a Nahui-Oceloti
Nahui-Ehecati
Nahuiquiahuitl
Nahui-Ati
Nahui-Ollin
Y no logras mantenerte en movimiento.
maduraste protoestrellas
has convertido T tauris
en un nuevo cíngulo

Soy una estrella de secuencia principal
pierdo mi equilibrio hidrostático
Y pido a gritos ser ÁakilEek´

Un día
explorador insatisfecho
(el sujeto siempre está insatisfecho)
intentarás conquistar algún otro continente negro
mientras nosotros
defendemos nuestras tierras
con el brillo
DE UNA GRAN EXPLOSIÓN.




Cosmografía

Tu vía láctea
continúa dejando huella
sobre mi manto
Lienzo imperfecto
reiteración afectiva
que insistimos en llamar deseo
de ti
los planetas de tu rostro
el Chesire de tu faz
el cenit de tus piernas
el radar de tus brazos
la órbita de tu cuello
y esas comisuras
Miro que se forman en tu frontispicio
beso
abraso
me hundo
muerdo
miro
miro
justiprecio la implosión
hasta que el lienzo plasme
la imagen precisa
que me inunda(s)
cuando exhalas luz.




Con-tacto

Me hubiera
quedado con tus toscas manos
suicidando mi ánima

Alguna vez describí
la carga que lastimaba
el peñasco de mis hombros
Aligeraste con tus alas el desconsuelo
y hoy no puedo retribuirte
soportar contigo la llaga agónica
que te mantiene en el aquí del allá

Me hubiera gustado
que te fueras antes
que te fueras más rápido
que te fueras más
que te fueras.



Sanduleak

El mundo es un breve holocausto 
que me transporta
a la cámara de gas
mis letras llevan años
agonizando
mi voz lleva siglos
agonizando.

El mundo
el sistema solar
la galaxia
el universo
la materia
la energía
los neutrones
la vida
llevan agonizando desde su nacimiento
Duermo
me recargo sobre el hombro de Orión
como Alpha
absorbo la luz
y emito paralajes estelares
para encontrar mi lugar

No hay un mañana
absorbo las letras
como si implotar
fuera el único momento
en el que puedo verme mía
en el que puedo verme
en el que puedo ver
en el que puedo
en el que
en él:
desaparezco
hasta volverme luz.


® Lucia Izquierdo.