miércoles, 27 de abril de 2016

Lunes 2 de Mayo en Palabras Urgentes: Karloz Atl

presenta 

Lunes 2 de Mayo

en vivo a las 17:30 horas por


Estará con nosotros el poeta
Karloz Atl



"Escribir un poema para los jóvenes como escribir un puente de lágrimas
donde puedan sostenerse al atravesar los ríos imperdonables
en los que a todos nos toca bañarnos..."
Además de nuestras secciones:

Cada quien su boca
Notas Imprescindibles
Escritorpedia

Conduce: Andrés Castuera-MIcher
Palabras Urgentes
Las escritoras y escritores tienen la palabra.

lunes, 25 de abril de 2016

Carlos Titos Barraza presenta en "Cada quien su boca" de Palabras Urgentes (25 de abril 2016)


Carlos Titos Barraza


II
Mi madre me curaba de espanto todo los viernes a las 3 de la tarde, decía que era el tiempo preciso para despejar de mi vientre todas las heridas que me había buscado durante la semana y era así cuando tomaba el ramo de pirul y preparaba el “juguito”:
Santo patrón, santa madre, santo niño,
cuatro vientos de mamá tierra,
que la santa sangre de mi niño se cure de su mal,
acurrucalo en tus uñas y muestra la Luna de sus ojos.

Mi madre me desnudaba, solo me dejaba mis calzoncitos, colocaba su mano en mi boca “para que no se te salgan tus pensamientos ni tu corazón”, decía; me sentaba y me cargaba “para que la tierra no robe tu voz”, decía. Al terminar me envolvía en una toalla y me hacía reposar en mi cama. Me daba hambre, el estar así me recordaba un tamal de rajas.

Los ojos los volvía de tarde al cielo, el viento levantaba el polvo que doraba el sol por la tarde. No había señales de lluvia, mamá cantaba en el rincón de la casa; fue ella la que me enseñó a clavar el machete en la tierra, la que derrochó sobre mi cabeza sus lágrimas de chicozapote, fue ella la que me enseñó el canto para hacer llover. Mamá quería salir, aspiraba todos los días el viento de la ciudad y tal vez fue mejor quedarse así. Fue ella la que me enseñó que es mejor tener una aspiración noble que ir a la escuela.

En tiempos de lluvia fue mamá la que colocaba bolsas en mi cabeza para que la lluvia no borrara mi sentir, ella se empeñó en heredar su esencia al interior de mí, y fue así como la Tiricia entró en mi cuerpo en forma de abrojo y comencé a deshacerme el vientre.

Me encuentro al centro del patio, alrededor están los demás niños, me toca cantar y coloco en mi boca lo que mamá me enseñó:

Que llueva, que llueva,
la virgen de la cueva,
los pajaritos cantan,
las nubes se levantan,
¡que si!
¡que no!
que caiga un chaparrón,
con azúcar y turrón,
que rompa los cristales de la estación,
y los tuyos si, y los míos no.



V
Trigueñita Hermosa tutulike yootu
Kapo sewata benasi welame
Inepo into ilitchi enchi basilaroa
Enchi enamoraroaka niba welama
Yoko matchuko ilitchi em joapo nee yepsak
Bankota neu yechasaiwaateko
Katee emo tiutuamta benasi emo antua
Pake itom mala kaita malisiaroane
Inepo into ilitchi binota nee jeeko
Cheane babaloreka emak eteone
Inepo into ilitchi enchi basilaroa
Enchi enamoraroaka niba welama
Trigueñita hermosa, hoy amaneció muy nublado, no había café por la mañana ni olla para el atole de elote que tanto me gusta. Trigueñita hermosa, esta mañana no pude amanecer descalzo pues tenía los pies vendados a causa del mal tiempo y el abandono de mi cuerpo. Trigueñita, el día de ayer enfermé de espanto, caí justo en medio de dos huacales rotos y mis verduras se quebraron. Todo me pesa ahora Trigueñita, menos el carbón y las piedras que guardo en mi petaca, menos el amor y los huesos de mi costado.
Todos se disputan el honor de cargar a los cristos y todos quieren tocar aunque sea con los dedos unos cuerpos a los que la muerte hace doblemente sagrados.
Biré táa tohuí ‘acheca mucurí, mapujiti quetasi teri quimá: Un niño chiquito se atiesó, y murió así, porque no tenía cobija.





VI

Cuando no llovía, había ciruelas, zapotes, tempisques, nanches; en tiempos de aguas, juaniquiles la única fruta que no causa indigestión, hongos amarillos crudos de la sierra, el retoño y las vainas del wacho, la raíz del acocote que es muy amarga pero quita el hambre un rato, y gualacamotes del cerro los cuales puede uno pasar unos meses comiéndolos sin que hagan daño alguno.
Ahora hay dorilocos con frijoles, guajolotas pal bajon con su champurrado de vainilla o chocolate, Ahora hay sabritas de a dos por 5, 5 tacos por 20, 1 litro de agua por 10,
Esquites, esquites, esquites calientitos,
Acá están los originales,
Los primeros esquites de Madero,
Nosotros si le ponemos epazote a los esquites
Es-qui-tes con chi-li-to

Cuando llueve huele a muerto, la ciudad se desata y no hay más aliento que aferrarse al volante y mentar madres también para no ser comido. Hay que cuidarse el culo y la espalda pa’ no ser golpeado o desaparecido por el puerco.
Ahora no hay más que malos tratos carnal, ya ni pa caminar a gusto porque me pican y se llevan mi itacate, ahora hay que salir y caminar chingón, con la presencia hecha carne y la conciencia limpia porque si no, no más no se puede.

Artritis, Artritis, Artritis y hastío,
Acá están los asesinos,
Los primeros desde la época prehispánica,
Nosotros si empalamos y colgamos a los cuerpos,
Ar-tri-tis y mucho frí-o


El amor, la ira, el dolor, la emoción de lo sagrado, se expresan por medio de llantos, de gritos, de palabras de una plasticidad. Escuchen: debajo de la rigidez endiablada de la máscara, como en las danzas y ceremonias, es posible advertir el fuego de los ojos antiguos.



© Carlos Titos Barraza

martes, 19 de abril de 2016

Lunes 25 de Abril en Palabras Urgentes: Carlos Titos Barraza

presenta 

Lunes 25 de Abril  2016

en vivo a las 17:30 horas por


Estará con nosotros el poeta
Carlos Titos Barraza



"El amor, la ira, el dolor, la emoción de lo sagrado, se expresan por medio de llantos, de gritos, de palabras de una plasticidad." 
Además de nuestras secciones:

Cada quien su boca
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Escritorpedia

Conduce: Andrés Castuera-MIcher
Palabras Urgentes
Las escritoras y escritores tienen la palabra.

lunes, 18 de abril de 2016

Gustavo Alatorre presente en "Cada quien su boca" de Palabras Urgentes (18 abril 2016)











GUSTAVO ALATORRE


(del libro Nueve Nocturnos para que duerma Lesbia, Fá Editorial, 2014)


2

Ahora digo su nombre y una cantina me embiste
con la lujuria de una muchacha del aire curiosa.
Ella coloca su piedra en Babilonia y me construye
con otra en Sodoma un templo para rezarle callado,
al oído, sobre una espalda más tersa que la bruma
de los campos Elíseos. Golpeado por el relámpago suyo,
sin más visión que su risa girando alrededor
de la cama como alabastro de qué neón traído
de afuera donde la lluvia ha redimido al potro.
Ahora digo su nombre y me purifico sin más héroe
que el canalla de sus torpezas niñas, de sus
vocablos como de humo elevándose entre el hostal.
Ahora mismo me cierro los ojos para pensarla vestida,
para mirarla entrar o recargarse en la ventana o
salir sobre la danza de sus zapatos bellos
como la silenciosa que fue, blanca
entre las cantinas de una ciudad oscura.
Ella coloca su lengua en Babilonia y me invita,
con otra en Sodoma, para rezarle callado.




Nocturno

(Tercer tango, para decir a oscuras…)

Yo te recuerdo desnuda porque las flores hermosas
siempre han sido así. Y las enfermas y las calizas,
las que parecen de piedra como el corazón de un niño
y las que duermen junto a los ebrios, y las que arden de día
por perfumar la noche,  y las que sueñan sin tener ojos
y las que muerden por las espinas y las que son al fin mortales.
Yo te recuerdo desnuda junto a esta cama,
como esas flores que penden entre el asombro
y el precipicio.



  
17

Ya no es Bagán quien te sostiene o el viento,
ni  esta lluvia que ha mojado la calle de Juárez y tu rostro,
o  los pasos que han quemado las esquinas y las puertas
hasta llegar al  hotel y decir:
“He aquí a una mujer que alguna vez fue ángel
o esfinge de la belleza, he aquí su palabra de música
cuando cierra los ojos
y entra en su rostro el mar,
el tigre de su espalda que se eriza con el viento de afuera”.

Porque su voz presume el tacto de la rosa,
yo la escucho cantar;
mis oídos son el juego de arabesco de su lengua,
el crepúsculo de su rostro es un incendio que apago,
que borro muy despacio en el espejo, en la ventana
donde dejó el estigma sus labios.

Voy a perder con ella este  mundo que ahora tiro a la suerte,
la tarde que hemos dejado allá afuera
como moneda girando en la pirueta de plata que nos brilla,
voy a tocar su cuerpo, voy a decir su nombre
para enfadar a las flores
y darles sepultura.






(del libro: Epístolas Mayores o El Libro de la Oscuridad, Versodestierro,  2015)


Eneas:

Hoy ha pasado el viento derrumbando trenes y viejas estaciones donde el niño que fuiste agoniza, hoy ha venido el viento y  la nostalgia de tu hermana ha coloreado el sol y lo ha pintado triste, como una fiera compañía de sueños, como un tigrillo a punto de morirse calcinado. Cómo pesa el abismo de revisar las fotos que dejaste, da miedo otear el rostro acompañado del espejo, asomarse a la ventana y ver que el día existe, que existen las nubes, que los colores de la tierra y que tus ojos no volverán a ver mi rostro.

Me subo al tren del abandono y un hombre, carcelero de mi cuerpo, me despierta: hay que enterrarte, Eneas, hay que dar pasto de nostalgia y rabia de belleza a muchas flores. Hay que tomarte de la mano, hay que enseñarte el río de los nombres, las aves que ya no viste, el cielo y el sostenido astro,

el corazón que no sentiste de esta tierra.





27/12/2012




  

Eneas:

En tus pulmones crecen flores y ángeles terrenales bailan contigo la canción de los niños ciegos. Algunos de ellos padecen de algo que en mi mundo, Eneas, no tendría cura. El cáncer les otorgó el imperio de la noche para olvidar la luz de la química blanca; y el sueño, la flor amarga de los laboratorios, la pestilente forma de la palabra farmacia.

En este prado de lluvia reinas sobre la fauna. Vuelas desnudo y dulce como un tigre que caza y finge su muerte para otra resurrección, para otro camino abierto sobre noviembre y cinco treinta.

Te dieron el corazón más grande, Eneas, para espantar a la muerte,
para dormir con ella, para soñar un mundo quemado por las flores.





2/6/ 2013




(del libro: Oscura prosa de vulgar latín, inédito)


            Ebrietas, ebrietatis

Con un hijo entregado al alcohol, uno dispone del mundo como un príncipe y una baldosa de tierra es arrogada a la infancia del huracán más bello. Tres hijos me dieron los astros para curar mi alma, para mirarme entrar con ellos en la eternidad. A mi mujer la embellece la lluvia y en mis pulmones entran las estrellas de su cabello.
                              Pero lo mío es el vino, la ebriedad del instante que hace del mundo un carruaje en el que el Diablo espanta los atardeceres; por eso el día transcurre de noche y gira despacio en el engrane del tiempo.
                              Mi corazón dicen que es ternura, pero mis manos han derrotado más ocres y furias, más garamantas y tristezas. La oscuridad del nimbo, la templanza del mar o la sanación del enebro, fue parte de mi dominio.
                              Cuando del mundo parta, mi eternidad será una sola.
          Con un hijo entregado al alcohol, uno dispone del mundo como un príncipe.



  
Vieja forma de adivinación por aire

I
Como una manera de embrujo, las nubes toman por tierra las montañas de la ciudad. Para viajar en silencio, igual que estrellas recién paridas, hacen las veces de niebla o de arrecifes del cielo. La posada silvestre donde la lluvia causa una tempestad, le sirve de casa para el invierno.
Mía sabe leer las nubes.
                                    Les pone nombres de piedras o de saetas y construye en su vuelo un remolino de adivinación: alguna vez leerá en ellas mi muerte, mi crisantemo amoroso, mi palabra de hierba. Pero su corazón estará cerca de mí, atado al paso de las estrellas, como una nube que toma por tierra el alma de un condenado.

II

La fuerza es contener mi corazón, ser una sola con la paciencia y el olvido, saber que el amor es un cometa dando vueltas en el huracán más bello de la noche. Saber que el amor es un cometa que lo destruye todo. Mi padre me dijo que tendría hambre, y una sed oscura que solo tienen las amapolas en el invierno.
                                                             Tengo catorce,
y el amor en mí florece como una lava que avanza y lo quema todo. Para bordar en mi cuerpo, fue necesaria la tarde y la tempestad, la garra de un león que sembró en mi boca las dracenas y los presagios.
                                                Mi voluntad es la adivinación, mi palabra derrumba mundos y apaga estrellas. Mi corazón es un cometa, ya lo saben, que barre el tiempo de la noche.


®Gustavo Alatorre. 









martes, 12 de abril de 2016

Lunes 18 de Abril en Palabras Urgentes: Gustavo AlaTorre

presenta 

Lunes 18 de Abril  2016

en vivo a las 17:30 horas por


Estará con nosotros el poeta
Gustavo AlaTorre




"Ahora digo su nombre y una cantina me embistecon la lujuria de una muchacha del aire curiosa."
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Cada quien su boca
Notas Imprescindibles
Escritorpedia

Conduce: Andrés Castuera-MIcher
Palabras Urgentes
Las escritoras y escritores tienen la palabra.



lunes, 11 de abril de 2016

Xicoténcatl Servín presenta en "Cada quien su boca" de Palabras Urgentes. (11 de Abril de 2016)

Xicoténcatl Servín



Sabiduría de las aves
Al poeta y al sabio todas las cosas se le acercan amistosamente
                      Y quedan consagradas. Todas las vivencias son útiles,
Todos los días sagrados, todos los hombres, divinos.
EMERSON.
1
Si desperté de un largo letargo
Si caminé sin prisa por la cresta de los mares
Si conocí lo ligero del futuro y dejé enterrada la pesada carga del pasado.
Fue porque escuché el canto y sabiduría de las aves;
Bienaventurados son los hombres solitarios que caminan por senderos en mal tiempo.
2
Si alguna vez salieron lentas palabras mudas de mi boca.
Si alguna vez soplé poesía dispuesta a lanzar proféticas centellas.
Si alguna vez descansé como la hierba en invierno sobre la tumba de viejos dioses en los templos olvidados.
Es porque aprendí a amar el cielo y la eternidad ¡Ho amada eternidad!
3
Si alguna vez cayó sobre mis pies la angustia de cantores taciturnos y celestiales.
Si alguna vez en el juego azaroso de la vida, vi caer mis dados, y bailé en lugar de temblar, bailé sobre el tablero divino de la tierra, bailé al coro de luciérnagas.
Si alguna vez me ahogué sobre ríos de sangre, y fui pez y fui dragón.
Fueron de mis alas rotas y mi alma oxidada de donde aprendí los pasos para caer y volar, ¡levantarme y volar!
4
Si alguna vez perdí sobre la arena las especias mezcladas de las cosas.
Si bebí la espuma del mar para encontrarme.
Si yo mismo soy un grano de arena, de aquel mar que une lo bueno y lo malo y procrea la eternidad. ¡Ho Mar eterno que creaste vida, galaxias e infinito!
5
Si amo el mar tanto como amo la muerte.
Si amo el mar tanto como amo el horizonte.
Si amo la fuerza del mar tanto como amo lo desconocido.
Es porque en mi amor hay un amor navegante que descubre costas olvidadas y navega despacio como un poema encerrado en una botella de vidrio.
6
Si mis pasos son pausados y mi virtud la de un bailarín sin piernas.
Si mi maldad reside en la bienaventuranza de los lirios y los sauces.
Si mi risa está cargada de ironía.
Es porque mi cuerpo ligero proviene del espíritu pájaro, de lo nupcial de la luz y las sombras.
7
Si alguna vez emprendí el vuelo silencioso hacia cielos propios.
Si volando con alas rotas sobre mí, descubrí la libertad y sabiduría de las aves;
¡Volá! ¡Lánzate sin temor hacia delante!
¡Volá! ¡Lánzate en derredor sobre tus cielos!
¡Canta! ¡No sigas hablando!
¡Canta! ¡No hables más!
¡Canta!

Vestigios
Hace tiempo que no me enfrentaba conmigo mismo.
Y el espejo
Y la noche
Estuve esperando Naufragios
Olvidos vestidos de alegrías.
Me tomé mi tiempo para explicarme
Que ya te habías ido
En noches como ésta no se alcanzan las estrellas
Y se siente uno como perdido.
Se encuentran serpientes en las palabras
Insectos en la cama.
Se atraviesan desiertos inalcanzables.

En noches como ésta
La luna está entera
Y nuestras almas vacías.
En noches como ésta
La luna está llena
Llena de las promesas  de los locos
Que juegan a amarse,
Que se inventan escusas para no estar solos.
Estos dos locos, como entonces;
No volverán a inventarse escusas
Estarán perdidos, ausentes,
Enterrados, sofocados,
No volverán a ser lo mismo.

En noches como ésta
Estaremos escondidos en metáforas
Tocándonos en versos,
Jamás presentes,
Jamás mi nombre junto al tuyo.


SEGUNDO BLOQUE

Flor en el desierto
Como si fueras palabra silenciosa
O mi flor en el desierto
Es tu mirada cautelosa
Es siempre tu corazón abierto.

Campanas rojas y días presurosos
La noche se me escapa de las manos
Gota en el vacío de tus brazos
Grises en el lienzo y en mis ojos.

No me importa que mi recuerdo se te vaya día tras día
Ni que se te olvide por dónde camino
Siempre tendrás prisa
Y yo seré tu calma.

Si se te llegase a olvidar de dónde vengo
Siempre tendrás un camino
Y será mi espalda.
Si es que un día sientes que no vez nada
No te preocupes
Pues yo también estuve ciego.
No te espantes
Si un día te quedas sin sombra
Sólo recuerda bien dónde dejaste tu alma;
Está conmigo,
Estoy contigo.

No me llames cuando busques el cielo
Busca bien en tus ojos
Y si algún día
Te llegas a sentir sola
Abre la poesía
Sal a la ventana y;
Como si fueras palabra silenciosa
O mi flor en el desierto
Sumérgete en los mares, temblorosa
Y encontrarás mi corazón abierto.

Tengo una jaula vacía
En ese espacio vacío en la esquina de la puerta
Cuelga y luce de adorno
El fin para lo que fue hecha ha sido cambiado
No merece ni llamarse jaula, es más como una pintura
Que encierra cierta estética contemplativa.
La veo oxidarse tristemente
Por falta de uso
 Entre sus pequeñas y numerosas rendijas
Se desfila el viento, burlón de no quedar nunca encerrado
Triste jaula inservible, por entre su triste encierro inexistente.

Tengo una jaula vacía
Y quise meter dentro un ave
De cualquier tipo y de cualquier color
Quise incluso preguntar a las aves quien de ella merecía estar dentro
Pero ninguna me contestó.
Quise meter un ave, pero también no quise matar un ave
Quise meter un ave, pero también no quise encarcelar un ave
Quise meter un ave, pero no quise cortar sus alas,
No quise cortar su vuelo.

Tengo una jaula vacía
Y quizá sólo sirva para encerrar el tiempo
Quizá lo único que llegue a encerrar
Sean estas palabras mías.



Despedida
Me repito en silencio:
Lo mejor es que deje de escribir
Mientras sentado frente a mí
Un niño me mira con inalcanzable tristeza.

Comienzan a caer algunas lágrimas del cielo
Que inundan mi cabeza.

Lo mejor es que deje de escribir
Pues ni esto te traerá de vuelta.
Lo mejor es que andes por tu camino
¡Lo mejor es que deje de escribir!

La lluvia borrará tus pasos
Borrará mis manos de tu pecho.

Cada puerto que marqué sobre tu espalda
Se hará cenizas al contacto con el suelo.

La hoja está húmeda y se desmorona
Juro que es la lluvia sin asueto.

La tarde pronto culminará
Y hoy le temo más que nunca a la noche.

Los faroles se comienzan a encender (uno a uno)
Dentro de mí, se apaga tu imagen (poco a poco)

Susurro tus últimas palabras sobre el viento;
¡Lo mejor es que deje de escribir!

Ahora me levanto, no sé a dónde voy
Quizá lo más lejos de ti.

Camino, pero no paro de temblar.

Me repito en silencio:
Lo mejor es que deje de escribir
Mientras sentado, frente a mí
Un niño se despide dejando caer lágrimas del cielo.




De sueños y adivinos
Amigo mío, en esto reside la obra del poeta:
Interpretar y tomar nota de sus sueños.
¡Creedme, la ilusión más verdadera del hombre se le revela en el sueño!
Todas las artes de la creación y la poesía
No dicen más que la verdad
Profetizada por el sueño.
 Del poeta luterano Hans Sachs, en “Los maestros cantores de Núremberg”

Existen adivinos que programan sueños a los hombres
Que cosechan frutos en la luna
Y danzan en la última noche celestial
(Frutos para los que sueñan y respiran despacio)

Todos nos hemos vuelto eternos
Y somos sueños de los sueños que soñaron niños en su juego onírico de canicas
Somos noche y viento alejándose por ciénagas profundas.

Existen hombres demasiado cansados para soñar,
Demasiado cansados incluso para morir
Aquellos permanecen despiertos, caminan sobre cámaras mortuorias
Sobre mares secos y crepúsculos sin luz.

Pronto caeré dormido y velaré sobre el abismo.

¡Escuchad mi sueño y ayudadme a interpretarlo!

Me convertí en un vigilante nocturno
Guardián de ataúdes de cristal
Caminé sin piernas sobre la esfera de la tierra
Respiré del alma polvorienta de la muerte.
No había sol ni luna, sólo una esfera  transparente que brillaba como la claridad de medianoche.
Un silencio malicioso y asfixiante me rodeaba (como un mal acompañante)
Subí por entre un sendero montañoso y al llegar a la cima advertí sigilosas y lúgubres sombras sobre mí.
Eran adivinos que sembraban sueños y cantaban en silencio
Dibujaban auroras sobre el cielo y dormían en la eternidad.

Quise quedarme ahí por siempre
Quise dormir ahí por siempre,
Pero cuando descubrieron mi presencia, tan pronto desperté.



Sin ataduras
Comparto mi impotencia con la necesidad de crear
Árbol sin ataduras
Será que somos tan pesados
Y por eso no podemos volar.
Ya me cansé de la realidad,
De lo normal
Quiero ser anormal
Imaginario
Salir de vista
Del cuadro de la galería
Quiero querer saber comprender
Que puedo quedar marcado en las nubes.
Que no se abra el telón para presentarme
Que tan sólo se abran sus conciencias,
No deseo ser académico
Para expresarme correctamente
¿Por qué no hacerlo incorrectamente?
¿Quién marcó esa decisión?
Yo deseo que mis manos sean alas
Y mis pies estrellas
Sólo quiero un pincel para marcar las horas
Que la ortografía sea el suspiro de un sapo,
No quiero ser de arte mayor
Ni de arte menor
Tan sólo ARTE,
Tentarte, hablarte, acariciarte, excitarte.
No quiero prosa ni rima
Yo quiero protestarme
Y rifarme
No quiero vivir, no,
Yo quiero vivirme,
No quiero escribirte,
Yo quiero escribirme
No quiero verbos, no,
Yo quiero hacerlos,
No quiero sustantivos,
Yo quiero suspiros,
No quiero que me entiendas,
Tan sólo quiero expresarme.


® Xicoténcatl Servín