jueves, 30 de junio de 2011

Jueves 7 de Julio en Palabras Urgentes: la poeta Mónica Gameros


Nuestro programa 77 va con un la poeta y editora independiente

Mónica Gameros

quien presenta su libro: "La Niña Flor"

poesía fantástica, publicado por Editorial Cascada de Palabras Cartonera


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Una producción de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México

a través de la Coordinación de Vinculación Cultural Comunitaria y Código DF

conduce Andrés Castuera-Micher


Páginas de Emergencia presentan: El Ruido de las cosa al caer, de Juan Gabriel Vásquez






El ruido de las cosas al caer

Juan Gabriel Vásquez

Tan pronto conoce a Ricardo Laverde, el joven Antonio Yammara comprende que en el pasado de su nuevo amigo hay un secreto, quizá varios. Su atracción por la misteriosa vida de Laverde, nacida al hilo de sus encuentros en un billar, se transforma en verdadera obsesión el día en que éste es asesinado.

Convencido de que resolver el enigma de Laverde le señalará un camino en su encrucijada vital, Yammara emprende una investigación que se remmonta a los primeros años setenta, cuando una generación de jóvenes idealistas fue testigo del nacimiento de un negocio que acabaría por llevar a Colombia –y al mundo– al borde del abismo. Años después, la exótica fuga de un hipopótamo, último vestigio del imposible zoológico con el que Pablo Escobar exhibía su poder, es la chispa que lleva Yammara a contar su historia y la de Ricardo Laverde, tratando de averiguar cómo el negocio del narcotráfico marcó la vida privada de quienes nacieron con él.


El ruido de las cosas al caer de Juan Gabriel Vásquez –Premio Alfaguara de Novela 2011–, es la historia de una amistad frustrada. Pero es también una doble historia de amor en tiempos poco propicios, pero también una radiografía de una generación atrapada en el miedo, y una investigación llena de suspenso en el pasado de un hombre y un país fragmentados.

por Alejandro Gaspar

Vásquez, Juan Gabriel, El ruido de las cosas al caer, Alfaguara, México, 2011.


Marco Fonz presenta en Cada Quien su Boca de Palabras Urgentes (30 de junio 2011)

Vocación de Estragos
MARCO FONZ

Línea

Sobrevivir nos cuesta toda la vida

el olor, el sabor y la piel

van de banderas subterráneas

apenas al ras del alma.

La derrota

Veo a través de la inocencia

un mundo resplandeciente de misterios

veo y eso no es extraño

pues mis ojos hacia dentro

son tan largos como la historia

y tan profundo como Dios.

Luz a todo lo ancho de la piel

del pie al universo todo es universo.

El mirar pródigo con su años a cuestas

llega y revienta como un poema en el agua.

El hombre de hielo es el fuego

sabiduría simple como la mano

la huella digital con seudohistoria

alimento de bestias ejercitadas

para jalar las cadenas del mundo.

Veo a través del mirar

un mundo secreto que está por venir:

veo en el acto más viejo

la inquietud del huevecillo

en la punta de la flecha.

Reptil con alas

Levantar la tapa de los sesos

en aras del espacio.

Las ideas cambian de piel

como las estatuas cambian de invierno.

Los ojos de los sueños cascabeles

celebran el eterno de estar vivos.

Nada hay en el árbol sagrado

que interese a los que en futuro respiran.

Levantar las alas con su cáncer

compartir la bestia laberinto.

En cada pisada está el hambre

y la primavera aclama cerebros vacíos.

Comenzar

Entonces decir lo que he dicho

con otro tipo de modestia

le dará a la voz vieja

algo de algodón alumbrado.

Crear a la vez otra mentira

al fin el uso y con gozo

como todo en el mundo brilla

lucirá y será entendida

de tal forma que su resplandor

será oscuro y con colmillos

que abran a dentelladas

los bailes donde la realidad

son muchas y más tantas como ojos

habitan los vagones del metro

como ojos que parpadean con ese don de ciervo

con esa estupidez de víctima.

Todo está escrito menos lo que yo escriba

y de camino es su cuerpo

y su sombra es de pozo

y temblorosa su carne de respuestas.

Olor

La sombra el olor de la caída

olor del lloro

al sangro de una nube negra

de vena olvido por los días

sombra olor de invierno en harapos

de raíz podrida bajo la nieve

olor de lo lejano

en el negro movimiento de la ola

en su más profundo sentimiento

flechas las pestañas de la sombra

que busca olfato

rayo imaginario en las piernas del relámpago.

Invocación

Voy a invocar ahora la piel de los mendigos

sucia nube despapelada

vela de buque fantasma

surcando calles de alcohólico vapor.

Quien te extraña alguien en su memoria

crónica de piel devastada

sobre coladeras que saben tu nombre

y reciben tu caricia

en epidermis cariño por las costras.

Ganar la tierra

(San Cristóbal)

Caminar con los corazones devastados al aire

con la imagen reflejada en las nubes

enamorados de humos

eternos espejos de lo inútil.

Bajar con los pies de luna

sobre el mortal dragón que muere

para darle vida a la muerte

ancestrales llantos de las piedras.

Tierra de todos los muertos

cascada de noche los dioses

para andar con los ojos trenzados

con el metal de besar en los labios

y un temblor similar en el pecho.

Críptico

En la gentil finura del cabello del sueño

está agitado en sí mismo el cosmos.

Una mano lo borra y rehace con el dedo

sobre la arena del mar y del tiempo.

Así en claustros el sol se arrastra

molusco infeliz entre el placer y el destierro.

Así de cerrados viven los ojos del muerto

solitario hijo petrificado en la tierra

polvo deforme del caminar despacio.

Del regreso

¿Quién es capaz de hacer

que la humedad salga y respire,

hacer que la espiral se vuelva clímax

sin perder mano ni cabeza?

Nadar en los abismos encontrados

de lágrima, carne y piernas retorcidas.

En el manco abrazo del verbo rojo.

¿Quién del amar regresa completo?

Subterránea

I

De las banquetas nacen

apresuradas ratas de concreto

presagio tormenta a fuego lento

negra conciencia en la muerte ciega

de las luces de neón

abajo caen cuerpos como flores que se arriesgan

al suicidio colectivo en estos túneles

sedientos y nostálgicos de amor

Manos miles de millones tristes todas

buscan aire entre cuerpos que se funden

al metal vivo, pensante de anhelo

en la confusión de ser sin ser

de lamentos al desierto Subterránea

buscan llagas en cualquiera de las puertas

(fuga del paraíso) que les cuelga al cuello

un letrero de salida.

II

Subterránea es ella enamorada

con pañuelos blancas despedidas

con gota de sangre al comienzo

del viento un túnel que transpira

en amor del grito oscuros trenes

vagón fantasma infinito

llegar al corazón de Subterránea

flecha de aire en la puerta de los vientos

levanta el vestido cuando llega

la mano sudorosa del destino

une voz y boca con un aceitoso beso

relámpago en la noche suspendido

cuatro labios el cielo

cuatro infiernos de brazos

abrazo seco en suicidio

húmedo deseo el grito

búsqueda dolorosa en los pasillos.

III

Cómo permites enamorado polvo enamorado

ser metal y vergüenza.

Tu espíritu opacado por la velocidad

de perderte sin haber encontrado.

Subterránea y leve

¿qué buscas entre las tripas de los perros citadinos?

Las lunas viajan al frente del vagón

y el cansado sudor de los usuarios.

El sol, Subterránea, el sol es creado por ti.

Persona no identificada

para Rafael Medina

Ahí delante de la luz mi cuerpo

con un rayo de sangre mal cosido

que despierta y se duerme de vientre a cabeza.

Cuerpo mal querido por los hombres

y mal deseado por las hembras.

Ahí con mi mano tanteándoles el culo al silencio

perdido en mi ficha, un sin nombre y con hambre,

al dedo de mi pie derecho se abraza una etiqueta

llora por mí y vuela por los pequeños aires

que hacen las alas de los ángeles al pasar por aquí

sin reconocerme.

Sobre el metal un cuerpo

vacío pellejo sin alma ni tripas

esas, me las llevo al infierno

por si no hay nada para comer.

Voz para los poetas de la ira

El cascabel que llevan los pájaros en las alas

el fluir desde la garganta al pie

ser fuego de su propia agua comprimida

y en esa obscena altura saludar al grito

esa maravillosa herida en la voz

en esa sepulcral mirada aguda que es la palabra.

Baladro

Vengo desde mis ojos

primer encantamiento que da la vida

después de balbucear la naturaleza

que ocupa tímida mi boca.

Continuar con el rosario

en mis dedos ateos desde el nacer

y contar los olvidos.

La piel entonces lleva nombre de los nombres

pasados por la fe

que encuentra en lo cruel su razón.

vocal por vocal tiene sonido

entre toda la amargura del engaño

y así del suspiro al lamento

está de largo el martillo de lo blando.

Nunca de los jamás

Ningún árbol ni una nube

ningún asesinato ni una guerra.

ninguna melodía ningún llanto

ni un nacimiento ni un funeral

nada ni la nada

queda al fin en la memoria.

Unos minutos antes

tal vez se piense en todo

por mientras la mancha

se arrastra acercándose por fin

nada mi la nada

queda en la memoria.

Ninguna flor ningún sonido

ningún remolino ninguna agua

ni lágrima de fuego

ni carbón alado

ninguna profundidad o superficie

ni otra muerte ni tu muerte

nada ni la nada

queda en la memoria.

Retorno

Hay manos que salen de la tierra

reclaman el reino prometido.

Hay arena en la boca del misterio

y angustia en el olor de las miserias.

Son aquellos regresan del vacío

cautivos sus tallos y sus hojas

del olvido a lo tierno

antes de ser muertos muertos.

Sus dedos se arrastran

como justicia tentadora de lo amargo

y son rayos los que en sus uñas florecen

y una sonrisa torpe de calavera se enciende.

Días nublados escapan de sus cuencas

es recuerdo en suspiros

y un corazón late junto al de la tierra.

Felicidad infernal

Con la voz de fuego un pez

el llorar lento de un caracol

los sueños de la estrella marina

y la sangre combatiente de un Tritón.

Bajo el dolor de la luna

y el espumear de ira de la espuma

sobre la felicidad infernal de las ballenas

y el nostálgico cantar de las Sirenas.

En el sagrado ulular del grano de sal

se forman evolutivas calamidades

Tras detrás tras detrás tras detrás tras

primera segunda tercera cuarta quinta sexta séptima

tras la séptima ola van las montañas

en la séptima ola terminan los tiempos

cuando la séptima ola muerde contra la playa

la séptima ola se nace hombre.

Punto muerto

Hasta otro hombre

con hielo seco en la lengua

las ventanas mantendrán las visiones guardadas

y los niños no crecerán en cuerpos maduros.

Sentarse entonces a la vera del camino

ver desfilar los tormentos con sus ríos

que escapan de las flores

que huyen de sus mañanas

porque los futuros están marchitos.

Así contemplar el fracaso iluminado

de la máquina, el fracaso carnal del hombre,

y el divino fracaso de Dios nuestro Señor.

Hasta que venga ese otro hombre

con sombrero de ninguna parte

ocupemos el punto muerto para subir

y ver detrás de la barda.

Melanclenos

Qué ven mis instintos más amados

niños jugando con sus mantos

de dónde estos niños

de qué vientre luminoso han salido

cuál de todos los pulsos del mundo

les dio fe y gloria para su juego.

La nocturna se entretiene con sus sentidos

y el latente arrullo del arco iris

duerme el sueño de los justos

pero los niños con el corazón de invierno

juegan con su oscuridad azucarada.

Elan

Salí de mi boca

como el mar sale de la suya

y arrebata su nombre del primer impulso.

Salgo de mi boca

y encierro en una palabra el mundo

como el sol guarda sus horas

en el lento crecimiento de las uñas.

Periodo lunar mi mano izquierda

humano mi mano derecha

en una explosión constante de flor.

Autorretrato del que vuelve

A la espada le crecen cabezas

a los labios besos como hongos

dulces sueños le nacen a la amoratada boca del ahorcado

y temerosos se acurrucan paisajes en los poros.

El que vuelve siempre es hijo del que parte

más oxidado su cuerpo regresa

más joven de vejez

viene del brazo amable de los fantasmas del camino.

Ríos desembocan a la mar corazón

flores le explotan a las manos

silencio juega en los confines de la boca

rugosa luz del deshabitado.

Sendero es lo que nace de la espalda

de los pies el espacio en biombos

el hombre de su boca

las estrellas, el verbo y el regreso.

Secretos

Levantar los sueños

como un niño levanta las piedras y sabe:

hay escorpiones que sostienen

el universo entre tenaza y tenaza.

Levantarlos con la dureza del agua

calma nacida del lamento

que el asesino cuelga

dentro muy adentro del ropero.

Morbus del cielo

Una y otra vez la misma altura

con el dudar de la flor

la tronadera que no cesa

dentro del cuerpo

como si el espíritu explotara

en millones de chispas prometeo

y sin contestar se fuera uno a la cama

con esa misma altura de hombre

sin más ni más que hombre

condenado por su propia explicación.

La inocencia tiene mejor cara que nosotros.

La espíritu santa

Si es que son sabios y locos

pueden diferenciar el brillo del polvo

el saber dulce del lodo

el amor en la entraña del odio.

Tiempo es de reconocerse

tiempo a desanudar las gargantas

tiempo de espejos y diablos.

Para saber que la sombra es la otra

para saber que el cuerpo es de ella

que viene a decir lo que no van a creer.

Comenzar con los hombres

dolor infame del vientre de la tierra

vergüenza en llaga del sediento día.

Preso hijo del dolor del hombre

inocente en la condena por la palabra

la flor roja adorna su frente

millones de colibríes aturden su oír.

El pensamiento abre un espacio en blanco con sus alas negras

entra el torbellino de la frase común

todo se vuelve calma.

Inteligencia confundida con nombrar

horror de nombres las cosas.

Arcángel mayor con la Espíritu Santa

que esconde bajo el manto espada y pena.

La hija mortal del hombre es la palabra

vuelto el verbo en desesperada carne

se encuentra lista la tierra.

Cita

Me dejaré llevar por mi asesino

en sus manos sueños de victoria

cuando el cuchillo o la pistola

tengan su punto de unión con el destino

en el mismo lugar que yo llamo mi cuerpo.

Chopin está cantando

Por la noche mi mujer arrastra cuerpos

y bajo los pies del ahorcado nos reconocemos.

Con la muerte hay que andar despacio

como si tuviéramos vidrios en los zapatos

o humo de pájaros en la cabeza.

El mundo se enjoroba sobre un piano

y mi mujer es la noche con sus muertos.

Marco Fonz