jueves, 2 de junio de 2011

Andrés Márquez presenta en Cada quien su boca de Palabras Urgentes (2 de junio 2011)

Alba Silente

Andrés Márquez

“La verdadera vejez del hombre empieza

el día de la muerte de su madre”

José Lezama Lima

A mi madre*

I- Al toser

De pronto todo se te nubla,

tu mirada se aletarga para observar

el interior de tu dolor incontenible,

estiras las manos para asirte del aire,

aprietas el cráneo para contener la convulsión,

el tosido que arremete en los oídos.

Tu cuerpo se cimbra en segundos infinitos.

Abres los ojos:

–|Ya estoy bien!- dices,

nadie lo creemos,

pero hay mentiras hermosas.

II- Imploración

Suspende la fragancia del ronquido,

no acometas el silencio de la casa

con el rumor de crotalillos en tu almohada,

-bengala taciturna

que aumenta la inquietud de la vigilia.

Muéstrame el paraje donde el dolor redime,

donde la tierra sirve

para alimentar plantas,

nunca para contener tu cuerpo.


III- Setenta veces

Ayer tosiste setenta veces.

Setenta veces recé por ti.

Setenta veces quise cercenarme el cuello.

IV Hospital

Mientras espero a que regreses

de los estudios que dictaminarán tu muerte,

a que la visitas nos devuelvan el tiempo

de estar juntos,

a que tus mirada haga ligeros los silencios,

veo como, junto a tu cama,

una chica llora porque un ojo

le ha quedado mudo.

Entras temblando,

te recuestas en la cama ortopédica

y me observas callada

para decirme

lo que yo juego a no entender.

Beso tu frente,

te digo que has mejorado.

Luego me vuelvo llorando a la ventana.

Desde aquí miro

como los autos

atropellan mi alma.


V- Regreso

Al salir del hospital

los huecos de las paredes de la casa

se rellenaron con tu sombra,

la maceta mostró su canto violeta

y se abrió el alba de tu salud.

Dijeron los médicos:

"No es nada,

una simple cefalea incurable,

un nervio inflamado,

una parálisis que roe la garganta,

un áspid enroscada en su gemido"

VI- Lenta angustia

El dolor es una muerte lenta

-gota que cae

y toca tu cráneo.

¿Cómo conseguir el sueño

si tu cuerpo te asfixia

como un dogal dictaminado?

(de súbito despiertas,

otra vez alucinaste el hospital,

y el ojo de esa chica que ha quedado inútil)

La angustia del desahucio,

es un dolor lento, que ataca silente,

como la muerte.


VII- Cuerpo presente

Es un amanecer oscuro

en el que hablas de lo efímero

con tu cuerpo,

es una aurora perpetua en la que duermes

y que yo niego.

De cera

una voz escurre

en las paredes,

sopla el balido de una tromba.

Al centro

un cuerpo piedra

que no puede ser el tuyo.

Ahora dime:

¿con qué manos se arroja la tierra

a la tumba,

con qué ojos se lee tu epitafio?

VIII- Incienso

Lo último que puse en el cuenco de su mano

fue una pira de copal encendido.

El patio amaneció con horror sonámbulo,

la luz concluyó con el resguardo de cenizas;

y no he de decir que mi corazón palidecía,

que los jardines flotaban en la marchitez del espacio,

ni que me afilaba las uñas con los dientes

porque no importa la monserga de mi historia

sino el zumbido silente del alba.

Extendió sus palmas

-cavidad limítrofe del tacto,

oscuridad blandiendo preguntas y misterios.

Extendió sus palmas.

Para cuando tocó mi cuerpo,

la memoria

me arrojaba en un canasto sobre el agua.

IX- Sonidos

Soñé con el día

en que escuchábamos el mar en caracoles.

Al despertar,

pongo tu vaso en mi oído:

se oye un tosido que se aleja.

X - Eternidad

Será mi corazón tu último aposento

–canasta, cofre, pesebre o túmulo–

donde contenga el marisma

y la flor turquesa de tu cuerpo.

Allí transitarás todas tus vidas,

dormida

en archipiélagos de aire.

Ahora un santuario de mutismo.

Tu cuerpo es la forma de mi dolor:

mi sabor desconocido,

falacia incandescente,

mi desahucio.

*Concepción murió el 13 de enero de 2002, amaneció asfixiada por una tos que le provocó infartos cerebrales. Ese día nevó en los montes y el cielo regaló un arcoiris.


Andrés Márquez

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