En secreto…
Del secreto violado
besaste el último refugio
del repliegue aterciopelado,
alhamar a tus labios,
fundentes,
alumbran una potra-lengua:
revuélcasla
hasta cabalgar
entre los arcos-iris
de guindas-rojos,
magentas-morados
y volar en un lago
de néctar-sudor,
semen-tal-almíbar,
sin derramar
la última gota bebida,
ni renunciar
al postrero estertor.
Al secreto inocente
lo duermes al fin
entre mis muslos
ronroneándole un son,
acolchando la huída
y en un beso
escaparse otra vez.
Condesa
Elia Domenzain
Cómo me gustaría…
Cómo me gustaría que te vinieras conmigo.
Tengo la sensación de que te encantaría y me encantaría.
Entre lo prohibido,
entre tú,
me entré yo.
Cómo quisiera hacerte venir conmigo.
Hacerte sentir al sol como reflectores que te penetran.
El sol en tu piel sembrada de las montañas y del Tepozteco,
erecto y firme,
con sus misterios,
agresiones,
verduras
y chubascos de líquido que mana de la pasión
al rugir de relámpagos.
Fuego, cerillos, tus dientes mordiendo el alma
que corre subiendo como la luna
y su ascendente atracción.
Tepoztlán
Elia Domenzain
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