jueves, 15 de septiembre de 2011

Mauricio Jiménez "Moroco" presenta en Cada quien su boca de Palabras Urgentes: (15 sep 2011)

MAURICIO JIMÉNEZ "Morocco"




Estado Civil
Que no te importe el estado civil,
sólo no quieras ni un gramo de más.
Lo que hay entre nosotros
es mejor medirlo por litros
y cuartos de hotel.

No me busques si quieres amor,
yo no compro tus besos con eso,
sólo ofrezco un ratito de dos
y un bańo juntos después de la cita.

Sólo quiero invitarte a jugar,
a escondernos del tedio y las horas.
Yo te enseńo unos trucos de magia
si me enseńas tu bra
tirado en la alfombra.

Yo no sé si te vaya a gustar
y lo mejor es que no quiero saberlo,
así que no importa si me finges o mientes,
si crees que me utilizas,
que yo sólo soy tu venganza,
si te gusto pa dildo de carne
o te odias después del encuentro.

Disculpa que insista,
tú me dices si ya no lo disfrutas,
lo que pasa es que te estás convirtiendo
en el capricho que me crece entre las piernas
y el pantalón me lo vuelve molesto.

Sólo quiero que sepas
que no me importa el estado civil
ni te quiero ni un gramo de menos.





Mamacita Roja
Mamacita roja,
tú me hinchas las ganas
y quiero deletrearte la lengua
para poder decirte porquerías
en tu idioma de cabra en celo.

Soy voyeur de tus palabras,
viagra disuelto en sopa de letras
que me pone la verga en negritas
duras como tus pezones.

Tú me exprimes la tinta con tus letras
y a puñetazos derramo versos viscosos
que embarro en papeles
como si fueran tu espalda
o tu vientre
o tu sonrisa.

Ay, si te vuelves libro
quiero ser tu índice
y sacarle jugo a tus páginas
para aceitarte las ganas
de un quiero...

Mamacita roja,
vamos a perdernos el asco
y a garabatearnos en la lengua
un poema que diga que somos
la pura cochinada.

Miauricio Jiménez "Morocco"



El Camión de la Mudanza

Llegamos con la vida en cajas
y llenamos la casa de cosas,
muebles, discos, libros.
La mesa por aquí,
la tele pallá,
que el estéreo suene en todos lados.
Los platos en esta gaveta,
los vasos en aquella,
pon el café siempre a la mano.

Adornamos las paredes con dibujos,
rayones,
pedazos de poemas.
Desde aquí el espejo parece un cuadro...

Las cajas se vacían,
los cajones se llenan de papeles,
cuadernos, ropa, recibos,
y la casa vacía y ajena
se llena de nosotros,
de nuestros humores,
nuestros besos,
nuestras peleas
y de pronto una casa cualquiera
se vuelve nuestra casa,
con nuestros clavos,
nuestras manchas,
nuestras cortinas
y nuestra basura.

Pero a veces llega el camión de la mudanza
y nos piden guardar de nuevo
nuestra vida en cajas,
quitar nuestros cuadros,
guardar nuestros libros,
sacar nuestros olores
y vaciar la casa,
quitarle a la casa nuestra casa.

¡Carajo!
¡La mudanza es una perra
y un hijo de puta su camión!
¡Es imposible guardar todo en cajas!
Siempre se pierde algo,
un disco, un libro, un papel,
un algo que no sabes ni qué es
hasta que te hace falta.

Y al entregar la casa vacía
siempre se deja algo,
un clavo donde colgarán una réplica de la Última Cena,
una mancha que será borrada,
y ese algo que que no cupo en una caja.

Por eso duele volver a casa
cuando ya no es nuestra casa. 






El Hombre Detras de la Cortina

Claro que puedo ser tu superhéroe
y bajarte la estrella que me pidas.

Si quieres puedo correr más rápido que nada,
ser el más fuerte de los fuertes
y tan grande como quieras que parezca.

Puedo curar tus heridas con saliva,
incluso los raspones del corazón,
también puedo reparar las fugas de tus ojos
y enseńarte a volar como globo de papel.

Yo te puedo conceder más de tres deseos.

Puedo ser el mejor mago de todos
el que aparece la luz a media noche,
el que ahuyenta a los monstruos del ropero,
el que multiplica el pan y las tortillas.

Puedo ser el más listo,
el más valiente,
el más amoroso...

o simplemente el que te lleve a casa
todas las noches.

Sólo te pido un favor:
ignora al hombre detrás de la cortina.

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