lunes, 28 de agosto de 2017

Eduardo Cerecedo presenta en "Cada quien su boca" en Palabras Urgentes (28 Agosto 2017)



EDUARDO CERECEDO


PALABRAS DE COLOR

Tu amor
coció  cosió
                   mi corazón
con el tuyo.
                    Con el horno  tú yo.

Lo esculpe el calor

Ahora lo deshacen
                     estas palabras ácidas al ajo,
rojas al jitomate.

¿Del sabor?



PRIMER MES

I
Una luz fría nace de tus labios
por el asombro de la sombra sobre pesa
una línea tenue que se hace de palabras,
y un fuego apretado de agua hacia la forma del frío
que a solas destroza un abrazo de amargura.
  
II

La tarde se dispara en plomo de viento
La tarde se va en una explosión
                                                   de pájaros
La tarde se va en la garganta del día
La tarde es un anuncio de astillas sobre el río
                                                 fuera del agua
Sobre las aguas los peces beben el temblor
del sol, que a sorbos esculpe el tiempo
con sus manos suaves sobre lo que digo
de la tarde, ahora sombra en el mástil del vacío.
Aquí  mis ojos al aire.



Segundo segmento
III

Enero abre sus puertas y al fondo
un tiempo sin decoro repta sus ruinas
en la tinaja de la mañana. Es enero
cúmulo de espinas para los ojos,
para el talón y la garganta donde ficha
el dolor su feliz abrojo siniestro.
Desde esta aflicción te saludo a
sabiendas  que ese curso no para
el tiempo que te pertenece.
  
IV

He esperado medio siglo para tomar
de la carne lo que le pertenece
a mis sentidos y es la boca
la que asume ese ritmo de tu cuerpo
que sigue alumbrando mis ojos
como una luciérnaga reventada
entre las manos y ese polvillo, apenas
tamo de luz hiniesta, amarilla esa penumbra
abierta en los rincones de mi sangre.
  
V

Son las ocho y cuarto de la mañana
y la ciudad ha adquirido un color de tiburón
en sus calles, sus fauces tiernas aún
me muestran el Palacio de las Bellas Artes
derruido por las horas que galopan ríos de autos,
cláxones derramados sobre arterias de ese monstruo
capitalino, caminamos, ella decide por un café, pan.
En el hotel nos aguarda el 306, en una esquina de la mañana
que se acurruca sobre carteles eléctricos.


VI

Un vino sobre la mesa muestra su vacío
redondo como la fruta que lo llena,
el tiempo se detiene en un vaso y es
el buqué de tu voz que hace de las horas
suaves, entre lo agrio de la ciudad.





Tercer segmento
VII

El amor una llama
viva que atiende
el agua de mi cuerpo
en cada figura de temblor
que avivan los líquidos
interiores. Así se propaga
el miedo de hablar por hablar.
  
VIII

La procesión de sus jugos
corporales
me da una breve muestra
de su temblor interno.

Tibia cosecha para la garganta.



IX

Inventar la nada
conlleva
a esa búsqueda
por mirar
pasar el camello
por el silencio
de un segundo.
Para solventar
en la hora, la fuga
que se devora al invento
de mi mano.

® Eduardo Cerecedo.






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