lunes, 2 de septiembre de 2013

Laura Rojas presenta en "Cada quien su boca" de Palabras Urgentes




CUANDO TERMINE EL MUNDO
me explicarás varias cosas:
el código donde señala
la otra vida,
tu ideología post
vanguardista
basada en que
nuestro peso volumétrico
se mide en miligramos,
que somos mundos enteros,
un puñado de cosmos triturado,
consumido
    por las barredoras nocturnas.

Que mi otra mitad no eres tú,
sino yo misma reflejada
en la sombra que me carga.

Cometí un crimen:
me enterré los ojos
en el cráneo,
para espiar mis adentros.
Si nunca menciono pájaros,
mariposas
y alguna que otra especie rastrera,
es porque no comparo
la felicidad con mi otro yo:
aquello perversamente inventado.

No estoy en los planes del mundo.
El uno por ciento de los acontecimientos
sumamente absurdos
ha usado mi nombre ilegalmente:
mi copyright se vende
en los tianguis informales.

¿Qué se comete cuando
uno se fornica a sí mismo?

Horas antes de que todo acabe
las carnicerías estarán saturadas
de gente que busca a sus suicidas.

Cuando termine el mundo
el único sobreviviente
será la poesía.



HORA FELIZ:
abierto a partir de las once treinta,
cerveza al dos por uno.

Hora infeliz:
cover cien pesos
e inconseguible mesa.

Hora poética:
servicio las veinticuatro horas
no cover
barra libre.


EL ARTE DEL TACONEO
consiste en retar
las más exigentes teorías
de la relatividad,
el equilibrio,
rigurosas técnicas
vanguardistas
de la moda.

Practicar deporte extremo,
poner en riesgo
el peroné, la tibia y el estrágalo.

Consiste en desafiar
rampas de cuarenta y cinco grados
en las aceras,
agujeros,
adoquines,
y la lluvia que reposa
su oleaje en el asfalto.

Para mi gusto;
las zapatillas deberían contener
manual de usuario que incluya
medidas preventivas
y cero uno ochocientos
para llamar en caso de emergencia.

Además de prohibiciones
a mujeres de tobillos anchos.



A QUIEN LO LEYERE

Después de permanecer
trescientos setenta y dos crepúsculos
rendida ante el sol y a merced de la luna
lo absurdo llegó a postrarse como cuervo a mis ramajes.
La vida me mostró
cómo se despoja de su máscara
para observar que el perfil izquierdo
es el monstruo de tus días pasados.
El que teje la telaraña por donde transitas
no es más que un laberinto armonioso
y sin mirar al precipicio   avanza
por el circuito de la vida como prisionero
con la mirada firme y sin titubear,
iluminado por un cerezo
al que llaman astro
y por un tercer ojo Venus.

Es un andar interminable,
una escalera movediza que nos tantea el equilibrio
por los otros que bajan de reversa,
y que al rozar su cuerpo ensimismado de ardor,
rumiamos la lujuria como un acto imprescindible.
No recuerdo en mi niñez haber perdido
mi sombra en un juego de canicas,
tampoco tengo memoria
de haber escrito cien planas de
no debo,
no deseo,
no quiero.

Cada paso incesante
por esta vereda de entrono circular,
[por lo que he percibido]
me han cedido incontables indicios
de que sigo avanzando en órbita.

Ya he perdido un ligamento de mi cuerpo,
Sangre neuronas cabello orgasmos lágrimas,
sin embargo he ganado la generosidad del verso
como un alimento diario que reposa en mi ensueño
o sólo es la vagancia cerebral
que me ocasiona este tumulto de racimos
llamados neuronas.

Soy un árbol que espera
la lluvia en primavera,
sembrado en el desierto,
arrinconado en la nada,
en la gravedad del silencio
y en la euforia de los sonidos
de las aves que revuelan en mis copas
y que quieren apropiarse
de cada una de mis células salvajes:
mis hojas, que aun vivas
no caen ni se desgastan.


De vez en cuando
la lluvia se propaga intensa
con esa sabiduría que no lo supongo
El raciocinio de mi corteza se ha prendido
de la cola del universo
que revolotea por las noches de invierno.

No renuncio a esta vida,
[si es que así se produce]
más bien resisto mi existencia
en el lugar que fui concebida,
cuando en el origen fui expulsada
en forma de diamantina,
levitando en el exterior
por una gravedad involuntaria del caos;
ese enigma triturarte en mi psique,
me ha devorado las entrañas y los sentidos,
no he podido despertar del sueño dichoso que es la muerte
no he logrado traspasar el espejo rimbombante,
en el cual me observo como un cometa
que se sacude libremente por el mar del cosmos,
tampoco he logrado liberarme del ensueño de este mundo,
que aunque lo quisiera
se retoza en algo que leí sobre el amor y los poetas.

Giro en la espiral que es el tiempo
sobre mi propia mano,
desdoblándome ante los terrenos
más sublimes de la atmosfera.
Si cayera por mi propio peso y de forma voluntaria,
estaría levitando por ahí sin que nadie me sintiese,

Es por eso que lo que te he escrito,
no es como el licor cuando lo tomas angustioso,
tampoco es el manojo de navajas que intimidan
tus temores con el deseo de persuadirlos,
ni el eco de mi epitafio,
sino el terrible deseo de saber
si escribiré de esto a mis sesenta años.
                   



Fórceps
      Solo las piedras
        se mantienen en su sitio
   
         José Manuel Aguilera

Abrirán la tierra
y sacarán del fondo
la raíz del sueño dormido,
los fantasmas se tenderán húmedos
sobre la misericordia progresiva.
En los años venideros
cuando el sol los transforme,
cuando las pieles se amontonen
en una sola esquina
y los museógrafos
muestren la carne que fuimos,
entonces habrá existencia.

Los residentes póstumos
harán de nuestro roce
el más puro frenesí del amor.
Las ropas serán cobijo para otros dioses
y la sangre
el cáliz extraviado
con que se regará la tierra
y florecerá de nuevo el crepúsculo
en las horas en que la marea
jamás regresa a su origen,
y los que habitaron el océano
se revelen en espejismos
manifestándose en el cosmos.

Ya no estará esa cúpula
ni el encendedor de estrellas
tampoco reinarán los brotes
ni epidemias.
Ya no temblará la tierra,
se mantendrá a salvo
de cualquier hazaña momentánea

Y el frío
¿Qué será del frío?
un epígrafe de bienvenida
en un misterioso baldío.

Se introducirán de nuevo en la tierra
para esparcir la vida,
para germinar de nuevo la existencia,
para creer que no se vive solo,
en silencio,
ojos abajo,
sepultados
  

EL MEJOR ARNÉS PARA DESAHOGAR
el tormento de la voz
son las manos
en el lugar  más convincente del mundo:
el baño,
en el cual cambia
la orientación de la existencia,
debilita al cuerpo
y el pensamiento se desborda.

Los brazos descansan de tanto arranque
y las nalgas yacen en el cubilete:
precipicio en espiral.
La intimidad
se amedrenta
ante el
          des
pe
ña
de
ro

El mejor escondite para la avidez,
el llanto incesante;
laberinto de Girondo.
Cortázar lo hubiera convertido
en el mejor camastro.
La cerradura:
el punto central de la transición.
La ausencia de papel
lo convierte en una celda inhumana,
el auxilio también es expulsado
y la angustia retorna.

FE DE ERRATA

Puedo soportar tu apatía,
la falta de atención,
dejar a un lado mi cumpleaños,
los platos sucios sobre la mesa,
una exposición plástica de tu ropa
sobre el suelo,
los vahos cálidos entre tus nalgas.

Perdono tu vasta cotidianeidad
de lunes a domingo, tus desvelos
por pensar en Grecia y sus inquilinas,
la impotencia de jalar aire por la nariz
obligando a la boca abrirse
y retumbar.

Todo eso y más resisto,
pero eso sí,
no soporto
bajo ningún pretexto
tu pésima ortografía.


®Laura Rojas del Toro

                                                                                                

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