jueves, 10 de enero de 2013

Edgar Javier Ulloa presenta en Cada quien su boca de Palabras Urgentes (10 Enero 2013)


EDGAR JAVIER ULLOA

¿Y QUÉ GANÓ LA CIUDAD “HEROICA”?

“Los malos le temen a tu garra.
Los buenos se alegran con tu gracia.
Lo mismo
oigo decir, con gusto,
de mis versos”
-Bertolt Brecht

¿Y qué ganó el hijo del secuestrador
que iba a trabajar, a secuestrar personas de los carros fronterizos,
nacionales, de Nuevo México y de Tejas?
Y a bajar a una alumna de la escuela de Inglés donde yo impartía clases.
De los juarenses secuestrados ganó una cartera de playboy
eso ganó el niño de Ciudad Juárez.
¿Y qué ganó el hijo del sicario de —La Línea?
Del cártel ganó un reloj de pulsera que marcó el tiempo de ida, de vuelta.
Tic-tac, tic-tac. El péndulo de la noche, y del día.
Y el niño antes de entrar a la escuela se topa a un soldado,
y el inocente niño le dice al soldado:
“mi papá también tiene un arma igual que la de usted”,
¿y donde vive tu papá amiguito?, preguntó el soldado.
Allá, le contestó.
Hoy le pregunté a mi papá
que a donde iba con esa arma, se la colgó en el hombro, y me dijo que a trabajar.
Y me dio un beso, y se fue.
El soldado, dejo huérfano al niño.
Eso ganó el niño de la em(presa) donde trabajó su papá.
¿Y qué ganó el hijo del soldado
del cuartel militar que desaparecía a los juarenses,
del soldado que torturo a mi cuñado por creer que su troca blanca
era robada, y le vendaron los ojos para golpearlo, y al final lo dejaron ir?
Del la militancia del PAN ganó a un papá sano, chaparro y fuerte.
Eso ganó el niño de las fuerzas armadas que violentaron a Ciudad Juárez.
¿Y qué ganó la hija del Policía Municipal
de patrullaje por Anapra, Chabeña, El Barrial, Villas de Salvacar,
La “Melchor” Ocampo, La Mariscal, Cuatro Siglos,  y todas las orillas?
De cada lugar ganó una mordida en la sien.
Y un lote lleno de pasmas desmanteladas que se usaba
para fiestas clandestinas muy cerca del Estadio Carta Blanca.
Eso ganó la niña huérfana de la corrupción y el desdén.
¿Y qué ganó la hija del Policía Federal que mató a uno de los guardaespaldas
del presidente municipal, y la hija del Policía Federal de cada Estado de la República Mexicana
que esperaba por las noches afuera del cuartel sobre la avenida Hermanos Escobar?
Del cuartel de la Policía Federal se ganó una televisión robada de algún juarense.
Eso ganó la niña por esperar afuera del cuartel.
¿Y qué ganó la mujer del taxista que es papá de siete hijos
que viven en Parajes del sur, cerca del aeropuerto?
De Parajes del sur ganó a un marido con el brazo quebrado.
A los pequeños hambrientos, y a un hombre honesto.
Eso ganó ella de la ciudad.
¿Y qué ganaron en la frontera las mujeres del tercer mundo
que iban trabajar a la fábrica maquiladora del primer mundo?
De la fábrica maquiladora del primer mundo ganaron un salario mínimo
de 900 a 1,200 pesos a la semana.
Y un —ultraje.
Eso ganaron ellas por trabajar en la fábrica maquiladora.
¿Y que ganó Édgar Javier Ulloa Luján del periodo sociopolítico
que sufrió su herida Ciudad Juárez?
De la situación violenta de su ciudad natal
Él ganó mucha sátira en alguno de sus pseudo poemas tardíos.
Y perdió noción de la realidad convirtiéndola en fantasía animada.
Eso ganó el disque “poeta” en la frontera transgredida.


EL TUFO DE JUAN

En homenaje a Juan Rulfo

Me voy pal Norte
los puercos corruptos
no dejan limpio el establo central en esta transición
no hay ni pa comer, no me han depositado a mi cuenta
y el SAT invita a cumplir con mis obligaciones fiscales
Hay hambre, los políticos ni se las huelen bien
porque viven archi requete recontra ricos
Punto
Pos por eso digo
como en muchos países dependientes del freaky neoliberal
que vende cuetes, saltapericos y té de pólvora
que compra ensalada, tachas y perico blanco
pos con eso nos da en la madre
A mi no me llueve el dinero del cielo como a otros
ya estoy harto de tantos puercos, huercos, muertos, huesos
sesos y cuerpos en añicos, pésicos, greguescos, apañacuencos
bicos, cortapicos, cibarcos, allanabarrancos, saltabarrancos
trepatroncos, trepajuncos, tocadiscos, tiratacos, cometacos
soplamocos, comemocos, sacabancos, rompesacos y trepajuncos
Punto
Me voy pal Norte
a ganar dinero a la honrada y con la mente
seré dueño de un bar, “El Regocijo”
seré rico honradamente
mis amigos están con otros negocios, en el Yonke, pero pagan cuota
Punto
Pos la gente desplazada regresa
allá a la frontera, a sus casitas abandonadas
pos se sabe que les fue de la chingada con la llamada guerra contra el narco
por los últimos 6 años, sí les fue cabrón
nomás los cárteles se peleaban entre sí
¿cual guerra contra el narco?
nomás los cárteles se mataban entre sí
el presidente desató la guerra
entre cisnes, y ni capturo El Chapo Guzmán
puros eufemismos
Sólo le dio en la madre a La Línea
Y ahora el caderón, se va a la fuga
como tubería averiada
echar sus gases a la Universidad de Harvard
Docente
Punto
Por eso me voy
sin mujer
sin los muchachos
Y que en paz descansen sin mi
Aquí se quedan mi esposa, y mis hijos
Ya dije
Allá en El Paso, trabajaré pa comer
Allá en Juárez comeré pa vivir
eso es muy sabio
hasta pa conseguir mujeres hay sabiduría
Dicen que estan bien chulas las condenadas
un poeta loco que huyó de la violencia
anda pasándola a toda madre por acá, por estos rumbos maravillosos
me dijo que si se bañan hasta dos a tres veces
que por la calor
Deben de olor bien rico
como el jardín de la ventana de mi patrona
donde las abejas me picaron tanto que se convirtieron en luciernagas
que se convirtieron en luces
que las vi estrellarse en el manto de la noche
Punto
¡Achis!
mi apá
no me encamino por el buen camino, ni por el malo
siempre me dijo que era un tonto cuando no sabía hacer bien las cosas
que se me cerraba el mundo
es que a mi no se me dio trabajar
y no lo culpo
Yo sé que mi apá no me enseño ser un tonto, tampoco lo contrario
pero, a veces, era necesario hacerle creer que tenía razón
Aparte de que sí lo parecía en las fotografías escolares
yo era muy tímido, y mi mejor amigo era semi-tartamudo
Mi buen amigo Fernando Niño
Punto
Mi apá,
como en silencio
Me enseñó un periódico, y me lo regaló, no supe leerlo
supo que añoraba de unas botas, y me las compró
Pero el dinero se acaba; vienen más hijos, y peleas de hermanos
se acaba el agua y queda la sed
Naide quiere fiar en el pueblo
Por eso me voy
Y me voy adolorido
Punto



AL IGUAL QUE EL BLUES DE BOB DYLAN
Al igual que el Blues de Bob Dylan
(obra lírica intervenida de Just Like Tom Thumb’s Blues)

Cuando estés perdido en la lluvia de balas en Ciudad Juárez
Y es Pascua y hueles a basura y pescado
Y la gravedad te falla y te quedas atascado
Y la negatividad no te deja ser un ser avanzado
No te montes en remolinosos aires de la noche
cuando estés fumando crack abajo del puente Santa Fe
con dos mujeres que sufren de hambre psicológica
porque te pueden comer hasta los grises huesos
una es la bella hija
una es la desventurada suegra que te desaparece en esqueleto
que padece de mega alfabeto
Ahora bien, si ves al disque General Santa Ana
Por favor, dile que muchas gracias
por perder la mitad del territorio mexicano
y dale una palmadita en la espalda
No me puedo mover; bien helado que está el bravo rio
grande rio, y me rio como humilde judío
Mis dedos están entumecidos
estoy todo mojadillo
Yo no tengo más fuerza para flotar
para tener otra oportunidad de ingresar a USA
Y mi mejor compa, mi dealer, al que le debo dinero
Ni siquiera me dice qué es lo que me vende
y me prende como un duende malviviente
Dulce Chicomecoatl
Los paisas te llaman la diosa del jilote
Ella habla bien el náhuatl
Y ella te invita arriba a su roja alcoba
Y tú eres tan respetoso que le llevas flores acuáticas
Y cuidado de abrazarla, es una muerte segura
Y ella toma tu boca y la pone en la peluda
Y te lleva a cuestas en la espalda como a sol
Hasta el Proyecto ‘Des-Re-construccióN’ del mero centro de Juárez
bajo la tutela del yerno de Slim
destruye ladrillos, bloques plasmados de memoria de ‘La Juárez’
memoria precursora de los casinos en Las Vegas
Aun puedo oler aquellas noches del actor Cary Grant, devorando
caracoles franceses en el Martino’s Restaurant Bar
cerrado por la violencia, por no pagar 1,000 dolares, al mes
Las margaritas de John Wayne en el Kentucky’s Bar
abierto por sí pagar la cuota cada semana, en martes
O es la inversión de ellos o la historia precursora de nosotr@s
Somos la sociedad civil como una Punta de Lanza
la que tiene que escoger entre una u otra mirada clavada
y no desclavar los ojos como ellos que firman con sellos
Si estás viendo como conseguir droga aquí en Juaritos
mejor que te vayas mucho a la verga
porque los policías ya no te la venden
¡Y hombre! que ellos esperan lo mismo de ti
que no la compres
Mejor prosume naturalmente
Ahora nuestras autoridades que viven
comen, respiran de nuestros impuestos
se quedan trabajando hasta altas horas de la noche
y firman papeles importantes como el Tratado de Libre Comercio
que viaja por tren sobre la ave. Francisco Villa
que cruza por El Puente Negro
¿Cómo es que ya no se puede chantajear a los sargentos
que están parados en “La Juárez”, en armas?
Por supuesto, abandonaron su puesto
Y dejaron de cogerse a los ángeles niños
que se prostituían en el centro para así comer al día
Recién llegaron los migrantes y para el Estado no valen nada
quiénes se veían tan contentos desde el comienzo
pero se quedan como muertos vivientes
Empecé el viaje desde las montañas de San Joaquín
pero pronto tope con pared y crucé por un puente
WELCOME TO MÉXICO
y así es como arrivé
Atras de mi espalda, ya no había nadie
Yo era la broma de todos ustedes
Voy de vuelta New York City
Creo que no aguanto más


PAREDES BLANCAS

Hay pasos que suenan, el techo
con crujidos, del aire.
Estoy alerta,
y el efecto sonoro de las llantas en las calles
me apaciguan
y los ladridos interminables son sinfonía.
Las puertas chillan.
No escribo nada aún, estoy aquí,
intento retener los ajenos ruidos.
No solo la noche se resiste al amanecer,
sino el asesino permanece dentro de la casa.
Le suenan sus tobillos, en cada paso invisible.
Espero a la silueta locuaz que entre al dormitorio,
el horror me invade
por cada variante atropellada
sombras difuminadas que concentran silencios
asfixiados en cada momento.
Soy el final del camino:
No se si gritar, huir
o saltar por la ventana,
incendiar la casa, tomar una arma blanca,
o ser perseguido cada noche.
Respiro lentamente
la cama tiembla con saldo blanco
y el miedo ha terminado.
Me duele tanto olvidar
Entre el yo, el hubiera.
Ahora escucho el tren pasar,
tensión y la sangre en mi cuerpo.
Disparidad, libertad.
Espíritus que rondan
en las paredes blancas, nos persiguen:
en esta tempestad.


DESIERTO DESNUDO

Soy mudo en el silencio de la noche:
Persecución veloz
vuelan murciélagos urbanos
estallándose corazones
paredes, ventanas, techos, tejados.
Soy un ciego deslumbrado quemándose la piel:
quien de por vida va en un naufragio
tsunami disfrazado de montaña,
barco hundiéndose en el fondo del océano,
calcinando huesos
y árboles testigos de matanzas.
Ardo, desvanezco, me vuelvo cenizas
y bebo los torrentes
y floto lleno de humo con olor a brea,
el polvo: tierra levantándose en el aire
brisa: agua salada de mar, que acaricia la arena.
Tumbas y monumentos a la Santa Muerte
en las calles pavimentadas
se clavan cruces en los caminos.
Esquinas crucificadas banquetas y flores.
En el asfalto, se encuentra la presa.
Vestidos sucios, mantas y sabanas de hospital
alardean los colchones nuevos.



MIEDO ENEMIGO

Abro, entro;
cierro la puerta secreta,
estrecho mis brazos,
doy un profundo respiro,
echo andar el motor de mi coche antiguo
anodino regreso al triunvirato;
propiedad, religión.
Unirlas todas en singular moral:
alquimia clandestina.
Es la época de la mudanza, y
olvidarme de las cosas sujetas:
el miedo.
Voy al volante
resguardado del aire;
sigo en movimiento
rumbo al techo de mi casa,
al tiempo
le falta la claridad del día
ante el anochecer,
nadie rompe el toque de queda,
de noche a la mañana ya nada es igual,
no hay alumbrado que guíe el gris camino
que ilumine la conspiración del destino
bajo la bandera nocturnidad.
Continúo con el rostro entristecido
sin importar pasarme la espesa oscuridad, y
el semáforo en rojo acelero a fondo
pedal del acelerador
alejándome a toda velocidad de la distancia, y
de la alevosía del culpable
esperándome en cada esquina:
las sombras,
me atrevo a pensar
que puedo ser victima
de un carjacking.


®Edgar Javier Ulloa

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