miércoles, 27 de enero de 2010

MARTHA RODRIGUEZ MEGA PRESENTA EN "CADA QUIEN SU BOCA" DE PALABRAS URGENTES (28 de enero 2010)

La Suerte de la Bonita
de Martha Rodriguez Mega.

ELLA.- (Sentada en una silla en medio del escenario. Emocionada.) Bueno, pues gracias por invitarme. Es una especie de experimento teatral, ¿no? Algo así como una obra con ciertos ingredientes preparada al gusto. (Ríe.) Me dijeron que vamos a tomar el tema de la soledad y que me base en las improvisaciones que ustedes van a hacer para escribir el texto. Cuéntenme, ¿cómo se la imaginan? (Pausa brevísima.) A mí se me ocurrió que el personaje principal sea un vagabundo, hablando de cómo terminó siendo vagabundo. Un monólogo, tal vez. ¿Qué soledad más grande que esa puede haber? Un hombre que vive en el caos de la ciudad, completamente ajeno, exiliado de la sociedad. No sé, se me ocurrió. ¿Ustedes qué piensan? ¿En qué ambiente creen que se desenvuelve la trama? (Otra pausa brevísima.) Antes que nada, déjenme decirles que me encanta su proyecto. Me gusta mucho el teatro independiente, alternativo. Yo soy una gran impulsora del teatro independiente, por eso a los grupos no les cobro cuando les escribo una obra, como a ustedes. Bueno, casi no les cobro, porque pues una tiene que comer y pagar la renta y hasta tomarse un café en Starbucks de vez en vez, ¿qué no? Y para ir a ver teatro, que por algo una es dramaturga. Ya el teatro es bien caro, por eso cobro, poquito. Nomás para la comida y los cigarritos. ¿No tendrán un cigarrito, por cierto? (Espera que alguien le regale un cigarro. Continúa.) Porque a mí nadie me paga las comidas en los restaurantes, ¿eh? Eso sí que no, yo nunca dejo que nadie me pague nada. Ni el cafecito ni los tragos en el bar ni nada. Yo puedo sola, muchas gracias. Es que yo soy una feminista aferradísima a la causa. Cuando estudiaba la licenciatura era parte del Frente Feminista de la Facultad. Triple F. (Ríe.) Yo no soy como esas actricitas guapísimas, tan bonitas que parecen estatuas de mármol recién sacadas del Met, que se ligan a dos o tres productores, y ya la hicieron de por vida. Luego una las ve en todas las telenovelas y hasta actuando en obras de teatro con directores más que respetables. Todo gracias a unas tetas o un buen par de piernas. Una que trata de ser una intelectual, no tiene tiempo de hacerse el manicure o ir diario al gimnasio. Yo elegí ser escritora porque para este oficio no necesitas estar bonita ni buenota, necesitas pen-sar. De dramaturga nadie te da trabajo por arrimarles las nalgas. Ése es mi consuelo: seré feíta pero talentosa. Y así como me ven, feíta y llenita, yo actuaba. Hacía de feíta, pero pues qué. Actuaba bien. Pero hay que mirar todos los anuncios de casting que están pegados aquí afuera: Se busca mujer de 20 a 25 años, rubia, guapa, con buen cuerpo, de rasgos finitos. Pues así cómo. Por eso dejé de actuar. Y porque me tocaba actuar con pura güerita pendeja arrima-nalga. Ellas ya se saben los trucos y son –con perdón de la palabra- bien putas. Por eso también quería poner de personaje principal al vagabundo, para que no puedan meter a ninguna flaquita de ésas a actuarlo, porque tendrán cara de actriz francesa, cuerpo de Megan Fox y saldrán en todas las películas, pero ni pizca de cerebro y mucho menos de cultura. Y si a fuerza quieren poner a una guapilla hueca -porque además carecen de todo talento excepto de aquel para destruir cualquier personaje bien planteado-, pues al menos va a tener que embarrarse la carita. Ah, porque no sé si ya les había dicho que yo cobro poquito, pero tengo que dar el visto bueno al montaje final. Es que esas mujeres son capaces de darle en la madre a la obra de cualquier dramaturgo o dramaturga. (Como si contara un secreto.) Sí, existen algunas que, además de divinas, chulas de preciosas, cuerpo de uva, piensan. Son raras, pero hay. (Desenfadada.) Esas son las peores. Ahí sí ni para dónde hacerse. Todos los hombres les jadean como perros, les vuelven locos. Y no nada más a los guapos, ¿eh?, también a los inteligentes. Y una, como si fuera invisible, pero pues qué le va a hacer. Yo siempre he dicho: “Por tu inteligencia te van a estimar mucho algunos pocos, pero si eres guapérrima, te van a querer todos, incluyendo a esos pocos”. Está de la chingada, pero así es. Para colmo, hay algunas que escriben, las condenadas. No serán Simone de Beauvoir, pero escriben, y no escriben mal. En esos casos sí le dan a una ganas de suicidarse o de romperles todo. Es que no es justo. (Con asco.) Perfectas, eso son. No deberían existir. Y no son sólo los hombres. Son todos. Las adoran. Pareciera que son semi-diosas que nos hicieran la gracia de bajar del cielo a visitarnos. Y a una le bajan a todos los hombres porque una, ¿qué tiene para ofrecer? Buena plática, dedicar algunos textos no tan mal escritos, pero y ya. Y eso a los hombres qué les interesa. Como amiga, puede ser. Pero las guapas son las que están para coger. (Muy digna.) Y es que así como ven a una, feminista, medio intelectual, una necesita amor de vez en cuando, salvarse un poco. Y una va y se enamora de un hombre medio guapo, medio listo, muy interesante, que nomás le hace ojitos pero, al final, nada. Y la gente le dice a una: “Pues sí, ¿cómo te van a querer si tú no te quieres?”. (Se le quiebra la voz.) Cómo se va una a querer, si se mira en el espejo y se ve gorda, fea, con la mirada estúpida, la cara grasosa, el pelo enredado. Al lado de esas muñecas, ¿qué puede una hacer? Extinguirse no, eso seguro. Las feas no se extinguen. (Pausa, recuerda.) Luego una se sorprende cuando un pobre perdido anda atrás de una, comiéndole los pasos, y es que quién sabe qué andará buscando o de plano nadie lo pela como para que quiera con una así. (Con certeza.) Porque el hombre es un ser con erotismo vi-sual. El que diga que prefiere una lista fea que una guapa pendeja, miente. Por eso una, que planea ser intelectual, pasa mucho tiempo sola, va al cine sola, duerme sola, se paga todo ella… porque claro, nunca nadie se ofrece a pagarme los tragos en el bar. (Llora.) Eso de que la belleza es interior es otra mentira. No hay belleza interior. Todos somos unos sacos de mierda, pero algunos están mejor decorados por fuera. Bien dicen que la suerte de la fea a la bonita no le interesa, pues cómo le va a interesar, si la bonita se queda con el papel, con el hombre. Porque él, que se dice culto, intelectual, cómo va a querer a una Triple F: fofa, fea, fracasada... Y el pobre perdido quién sabe qué traerá en la cabeza que me quiere aunque me vea así, aunque sepa que yo quiero con el otro, con el interesante, que será muy culto pero a la hora de la hora ni me mira y hace como que no viene conmigo cuando le estoy hablando de Nietzsche y pasa una muchacha guapa al lado. (Se percata del público. Se limpia las lágrimas y trata de recomponer.) Entonces… estábamos hablando de que el tema de la obra va a ser la soledad… ¿Cómo se imaginan que pueda ir la trama? (Oscuro.)

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