lunes, 13 de enero de 2014

Camila Krauss presenta en "Cada quien su boca" de Palabras Urgentes (13/01/14)



CAMILA KRAUSS




A golpe de hacha (como un corrido)

a golpe de hacha te perdí
no fue uno ni dos
al tercero entendí
el golpe seco que desgaja
como golpe de frío
o de calor a raja

el hacha
derriba y te apaga
ay desaliento, mi resuello, ay

a golpe de hacha te perdí
sin astillar, oprime
el hacha, el filo
puro machadar el amasijo
la vida no encaja ya, mi vida

de llorar tasajo de amor
nadie se muere
no hay heridas que lamerse
aunque nadie duda que duele
un golpe bruto y contundente

nadie se queda enamorado
el hacha inerte
el golpe muele
uno y dos
y a la de tres
te tira la desgracia,
el hacha.

Yoga
no es lógico el cuerpo
sistemas, huesos-carne
refinada ilógica retórica
circulante de sangre, prana, estrías o el viciado aire
ahora engancha tu pie en las costillas
álzate
es decir, quita el peso
es decir, no se lo pongas todo a las torcidas muñecas
cae de tu caos
cuerpo
descoyuntado en el origen invisible de la risa
el soplo
sagrado
te deja
cuerpo
la gravedad no discurre
mana
no te traga, ni te sostiene, ni te transforma
nada
pulsa el corazón
tu noción preverbal de
celosas células de dicha.

Estar en aprietos

persistente, localizada y doliente
refundida vergüenza
mutación indeseable

mal vascular del sedentario

o deformación profesional
inevitable
del abandonado que espera
y espera
sentado

las hemorroides,
un mal de aquellos
apremiados por el tiempo
y aprehendidos a presión

silencioso pellizco
desgarrado secreto
a voces implorando alivio o
arañar precipicios.


Salón de la nube

una monja
una piedra joven del río
un monje un aprendiz
un tronco de eucalipto
un arroyo en el estiaje
cabeza zen de un sacerdote
un balón brillante elevándose en el aire
pies fríos en la duela
garbanzos que enjuagar en la cocina.

Meditación de la rata

a pelo sobre la rata
roe la mirada
el Vacío,
¿una imagen en mí o en el suelo?
sin tino
la rata busca
un bocado
o cualquier otra cosa
descubre
hay un jinete
¿quién acaricia mi lomo
como si fuera un caballo joven, tal vez hermoso?

Tomo refugio
¿dónde es aquí?
¿cuándo está o estará el futuro?
di do dé
di do dé
infinita es
la ignorancia infinita.
*
tomo refugio en el abismo, en los tsunamis de mis sueños
tomo refugio en Buda
en todos ellos, en todo eso
quebranto dulce quebranto
apechugas, decimos los mexicanos
tomas refugio y tomas por testigo a la Tierra toda dureza
la Gran Duda te ablanda en las cavernas.
  


Materia
enorme masa de fuego
el Sol «ojo del mundo»
luz del cráneo
peña desnuda en un cerro
la torre en un país extraño
relámpago en la nada
primer resplandor
último rayo
el pecho: puros huesos duros abiertos
Sol
penetra
la hoja de espada
implacable
sabio Sol
iluminado.



Distracción 01
en mitad de la meditación, José Lezama Lima emana como cuarto rey mago, aprovecho para decirle: jinete del animal barroco, dame por una vez, y sin condiciones, licencia de libertad, una boca de viejo cetáceo y la memoria de todos sus asombros.


Distracción 02
Simone Weil se encuentra con los obreros de su sindicato, no sabe, pero los traductores del Western Buddhism van a discutir
si un hispanohablante en verdad accede al Noble Silencio.


 Distracción 03
al hipotálamo no le importa si estás dormido o despierto, si
es verdad o probabilidad imposible: Fernando Pessoa va camino al café de la plaza en los Lavaderos del Xallitic, ahí donde leer al mediodía sin contratiempos.


Distracción 04
aquí hace mucho frío, querido Federico, ojalá aparecieras en medio de la nieve, sí, con aquel cocodrilo y los negros del Harlem; aquí nadie sabe cómo son tus romances, nadie habla, pero los monjes escriben poemas en secreto; aquí no hay guerra civil, sin embargo, admitir que el primer pensamiento al despertar ya no es en español me deja frente a un paredón; de extrañar el español siento balas, Federico… no es que aquí se encarne la lucha del bien y el mal, y esas cosas, pero está claro, bien claro: sin palas, azadones y hachas, la Naturaleza nos consume; Federico, la Naturaleza no se cansa, tampoco la noche, el agua y el frío de las estrellas altas… unos elefantes son montañas y el color, Federico, el color de esas montañas…

  

Distracción 05
se me aparece en la cocina Marina Tsvetáieva, con su hija, la que murió de hambre en un hospicio… monjes miran
cadáveres, es un entrenamiento comprender la finitud del cuerpo, la descomposición constante de absolutamente todo... el ansia nos come en vida como los gusanos se comen los muertos… no sé de dónde la memoria me arroja esta imagen: Marina, encarnando la pobreza, el hambre, la pérdida; mientras yo saco harina y almendras para hacer galletas a unos monjes más bien liberales… Marina se suicidó de hambre... no puedo zafarme la imagen:

Distracción 06

en Asia hay monjes niños, por huérfanos, por pobres, por divinos; en mi mente son ladrones, quieren robarme la idea de ser yo misma…

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