miércoles, 29 de enero de 2014
Lunes 3 de Febrero en Palabras Urgentes: José Miguel Santos Rivera, poeta y cantautor.

presenta este
Lunes 3 de Febrero de 2014
en vivo a las 17:30 horas por
Al poeta y cantautor
José Miguel Santos Rivera

que nos presenta su poemario "Vario"
y algunas canciones de su autoría.
Además de nuestras secciones:
Cada quien su boca
Notas Imprescindibles
Escritorpedia
Palabras Urgentes es una producción de Código CDMX
Conduce Andrés Castuera-Micher
martes, 21 de enero de 2014
Lunes 27 de Enero en Palabras Urgentes: Celebramos 4 años al aire con Dueto FM y un homenaje a la canción de protesta

Cumplimos 4 años al aire este
Lunes 27 de Enero de 2014
en vivo a las 17:30 horas por
y lo celebramos con un homenaje a la canción de protesta con
Dueto FM
Acá el link del programa completo:
http://www.codigoradio.cultura.df.gob.mx/index.php/palabras-urgentes/15598-especial-4-aniversario
Palabras Urgentes es una producción de Código CDMX
Conduce Andrés Castuera-Micher
lunes, 20 de enero de 2014
José Manuel Ruiz Regil presenta en "Cada quien su boca" de Palabras Urgentes (20-ene-2014)
JOSÉ MANUEL RUIZ REGIL
Acá el link de la entrevista completa:
Hilos trenzados, tramados a mano. Colores,
tapices, estampa vegetal. Del amanecer al ocaso habitan las flores; de una
sonrisa infantil al azul anhelante. A medio día las líneas se agrupan,
contrastan, patrones repiten, se ensamblan líneas y curvas. Suave terciopelo,
áspero algodón, bombón bordado, tenso matiz. El día esconde los misterios que
la noche devela en negativo.
Bolsa, zarape, chaleco o tapiz. Escala cromática subi-baja, baja-sube,
igual que el telar del artesano que en su oficio, hermana raíz, canto y ritual.
***
El buscador de ilusiones
Tramaba rumiantes entrecijos mascullando
malabares entre el tiempo y la agonía. Sangraba sus miembros en el silencio
interno de la piel. Engullía exhalaciones de ansia cada vez que se miraba
inerte, y gozaba con la amable compasión del calendario. Su aura mantenía la
temperatura incandescente del centro de la tierra, como un ojo encendido que
todo lo ve y todo lo calcina. Reptaba por los crespones de la incertidumbre,
retando a la estructura, al vicio, al ademán. Buscaba el accidente catapulta
para dimensionar su intento,
hallara o no razón de ser. Cada paso una agonía. Limó los cerros,
enfrascó los remolinos, deshidrató las eras sin descanso. Era tal su sed de
viento que no hubo soplo sin que viera su garra. Colmado en una cima, a los
pies del sol empanizado, exhaló inconforme su jornada. No había más que acción
humeante, estremecimiento conventual que azora cataclismas. Su reloj de arena
se hacía horizonte, el tiempo detenía su granulado flujo. Del hipo apareció una
bella ondina, singladuras peinaban sus agallas. Dejó a sus pies un caracol
iridiscente lleno de agua cantarina. Descreído el sinsentido descendió de aquel
peñazco en que apacentaba su ira, y al ver en la oquedad espiralada su reflejo,
cual narciso develado, se iluminó su rostro. Recordó que el gozo de trotar está
en esa suspensión imperceptible que distingue al vuelo del abismo.
Cazadora de instantes
Atenta al primer atisbo de luz brinca del
lecho donde ha reposado la ilusión primaveral de enfrentar un nuevo día con la
sagacidad del camaleón hambriento. Mira en derredor, virando su tornasol cascaradura, otea a 360 grados
paralelos e, inadvertidamente, latiga un lengüetazo de memoria al recuerdo
moscardón que azuza su mente. Recoge sus aperos y abandona la cabaña
improvisada del presente para remontar el tiempo hacia el origen; los caminos
hacia las huellas, la nube que es hielo que ha sido agua, al pan que está
siendo trigo, a las lágrimas que fueron deseos, a la soledad que amó una
compañía. Halla en cada uno de estos sitios ocasión para la casa deportiva a
veces; otras, necesaria, del codiciado instante que habrá de entretejerse en la
telaraña inmarcesible de su devenir. Instala hitos en esta esquina, tensa
aquella otra, refuerza el centro del hallazgo y limpia del exceso anecdotal
todo argumento. Deja entrever ayer y hoy, veladura liminal que transparenta lo
real de lo ilusorio; lo objetivo de lo tangible; el ser de lo que ha sido.
Espera paciente a que vuelva la presa crónica. Pueden pasar infinitos segundos,
horas fugaces, oportunidades siempre esperadas, momentos
idos que no volverán, porque perviven eternamente. Y cuando al fin su ansia
cazadora se siente colmada, saeta una palabra atravesando el cuerpo del
instante para colmar la alforja que irá a parar allá donde se guardan los
tesoros más preciados, en el lecho del sueño cotidiano.
***
Ahogo la noche en el obscuro de mi llanto
Y me silencio estrepitosamente
Sesentamil veces sesenta guardadas en segundos
Por el amor roto que nos une irremediable
Por el recuerdo el nunca más el para siempre
Las noches cautivas los insomnios
El trago ardiente del recuerdo que lacera
Los cien millones de te quieros y un adiós
El más postrero
Romancing de wind
El cielo es un silencio expectante
trino suspendido en papalotl
Cometas trazan espirales
Danzan arabescos,
Surcan barrocos remolinos,
Dibujan suaves líneas de escritura china.
Aves de papel trocan mantarrayas de aire
Marionetas de Bethell que el viento
Acaricia con su voz siamesa.
***
Yazco
Sobre las aguas de tu escorzo
La espuma hirsuta de tu monte
Me cubre
Como la ola enorme de Hokusai
detrás el Fuji duplicado
nevados pezones anuncian
el sol naciente de tu rostro
***
Mala suerte
Cato era un hombre marcado por el mal
presagio de la ineficiencia. Era tan malo, a pesar suyo, que bastaba con que
tuviera un deseo, un simple deseo inocente, para que todas las fuerzas del
universo conspiraran en su contra. Podría decirse que si la ley de Murphy
hubiera tenido un modelo, él habría sido su principal destino; que si Job
viviera, Cato representaría un fuerte adversario. El anti-Midas, pues a
diferencia de aquel, éste todo lo que tocaba lo convertía en mierda.
Cansado de insistir, de desear y fracasar
llegó a la penosa resolución de quitarse la vida. Los primeros tres intentos
fueron saboteados por la buena voluntad de un vecino, un vagabundo que lo vio
al paso y un asaltante que se apiadó de él y le perdonó la vida. Los siguientes
esfuerzos contaron con la mala calidad de la cuerda, la imprevisión de los
resurtidores de gas y la mala calidad de los medicamentos genéricos. Todo paró
en un lavado de estómago que lo ha dejado más limpio que un excusado de
aparador.
Paradójicamente el hecho de que Cato quiera
matarse ha beneficiado mucho a la comunidad, pues buscando la congruencia de
ese falso valor que supone respetar la vida humana a toda costa - así sea en
contra de la voluntad de quien la padece- se ha creado un patronato y un club
de vecinos alertas y recibe visitas de varias de sus compañeras de generación
con las que ha aprendido a desarrollar nuevas habilidades para relacionarse con
los demás (especialmente con individuos del sexo opuesto). El banco local le ha
asignado una pensión y el centro de abastecimiento le surte gratis mensualmente
todo lo necesario para mantener una dieta sana que lo mantenga libre de
procesos mórbidos.
El problema es que con todo esto le han
vuelto las ganas de vivir y ha comentado con algunas personas sus deseos
renovados de crear una empresa y prodigar al mundo las bondades de su gratitud.
Sin embargo, se rumora que esas declaraciones han puesto en peligro la
continuidad de los programas de apoyo, pues las autoridades suponen que si es
tanto su deseo de triunfo entonces ya puede enfrentarse solo a la adversidad de
una vida común.
®José Manuel Ruiz Regil
lunes, 13 de enero de 2014
Lunes 20 de Enero en Palabras Urgentes: José Manuel Ruiz Regil

presenta este Lunes 20 de Enero de 2014
en vivo a las 17:30 horas por

al poeta José Manuel Ruiz Regil

Hilos trenzados, tramados amano.Colores, tapices, estampa vegetal.Del amanecer al ocaso habitan las flores; de una sonrisa infantil al azul anhelante.A medio día las líneas se agrupan, contrastan, patrones repiten, se ensamblan líneas y curvas...
Además de nuestras secciones de siempre:
Cada quien su boca.
Notas imprescindibles.
Escritorpedia
Palabras Urgentes es una producción de Código DF
Conduce Andrés Castuera-Micher
Camila Krauss presenta en "Cada quien su boca" de Palabras Urgentes (13/01/14)
CAMILA KRAUSS
A golpe de hacha (como un corrido)
a golpe
de hacha te perdí
no fue
uno ni dos
al
tercero entendí
el golpe
seco que desgaja
como
golpe de frío
o de
calor a raja
el hacha
derriba
y te apaga
ay
desaliento, mi resuello, ay
a golpe
de hacha te perdí
sin
astillar, oprime
el
hacha, el filo
puro
machadar el amasijo
la vida
no encaja ya, mi vida
de
llorar tasajo de amor
nadie se
muere
no hay
heridas que lamerse
aunque
nadie duda que duele
un golpe
bruto y contundente
nadie se queda enamorado
el hacha inerte
el golpe muele
uno y dos
y a la de tres
te tira la desgracia,
el hacha.
Yoga
no es
lógico el cuerpo
sistemas,
huesos-carne
refinada
ilógica retórica
circulante
de sangre, prana, estrías o el viciado aire
ahora
engancha tu pie en las costillas
álzate
es decir, quita el peso
es decir, no se lo pongas todo a las
torcidas muñecas
cae de tu caos
cuerpo
descoyuntado en el origen invisible
de la risa
el soplo
sagrado
te deja
cuerpo
la gravedad no discurre
mana
no te traga, ni te sostiene, ni te
transforma
nada
pulsa el corazón
tu noción preverbal de
celosas células de dicha.
Estar en aprietos
persistente,
localizada y doliente
refundida
vergüenza
mutación
indeseable
mal
vascular del sedentario
o
deformación profesional
inevitable
del
abandonado que espera
y espera
sentado
las
hemorroides,
un mal
de aquellos
apremiados
por el tiempo
y
aprehendidos a presión
silencioso pellizco
desgarrado secreto
a voces implorando alivio o
Salón de la nube
una monja
una piedra joven del río
un monje un aprendiz
un tronco de eucalipto
un arroyo en el estiaje
cabeza zen de un sacerdote
un balón brillante elevándose en el aire
pies fríos en la duela
garbanzos que enjuagar en la cocina.
Meditación de la rata
a pelo sobre la rata
roe la mirada
el Vacío,
¿una imagen en mí o en el
suelo?
sin tino
la rata busca
un bocado
o cualquier otra cosa
descubre
hay un jinete
¿quién acaricia mi lomo
como si fuera un caballo joven, tal vez hermoso?
Tomo refugio
¿dónde es aquí?
¿cuándo está o estará el
futuro?
di
do dé
di
do dé
infinita es
la ignorancia infinita.
*
tomo refugio en el abismo,
en los tsunamis de mis sueños
tomo refugio en Buda
en todos ellos, en todo eso
quebranto dulce quebranto
apechugas, decimos los
mexicanos
tomas refugio y tomas por
testigo a la Tierra toda dureza
la Gran Duda te ablanda en las cavernas.
Materia
enorme masa de fuego
el Sol «ojo del mundo»
luz del cráneo
peña desnuda en un cerro
la torre en un país extraño
relámpago en la nada
primer resplandor
último rayo
el pecho: puros huesos duros
abiertos
Sol
penetra
la hoja de espada
implacable
sabio Sol
iluminado.
Distracción 01
en mitad de la meditación, José Lezama Lima
emana como cuarto rey mago, aprovecho para decirle: jinete del animal barroco,
dame por una vez, y sin condiciones, licencia de libertad, una boca de viejo
cetáceo y la memoria de todos sus asombros.
Distracción 02
Simone Weil se encuentra con
los obreros de su sindicato, no sabe, pero los traductores del Western
Buddhism van a discutir
si un hispanohablante en verdad accede al
Noble Silencio.
Distracción 03
al hipotálamo no le importa
si estás dormido o despierto, si
es verdad o probabilidad imposible: Fernando
Pessoa va camino al café de la plaza en los Lavaderos del Xallitic, ahí donde
leer al mediodía sin contratiempos.
Distracción 04
aquí hace mucho frío, querido Federico, ojalá
aparecieras en medio de la nieve, sí, con aquel cocodrilo y los negros del
Harlem; aquí nadie sabe cómo son tus romances, nadie habla, pero los monjes
escriben poemas en secreto; aquí no hay guerra civil, sin embargo, admitir que
el primer pensamiento al despertar ya no es en español me deja frente a un
paredón; de extrañar el español siento balas, Federico… no es que aquí se
encarne la lucha del bien y el mal, y esas cosas, pero está claro, bien claro:
sin palas, azadones y hachas, la Naturaleza nos consume; Federico, la
Naturaleza no se cansa, tampoco la noche, el agua y el frío de las estrellas
altas… unos elefantes son montañas y el color, Federico, el color de esas
montañas…
Distracción 05
se me aparece en la cocina
Marina Tsvetáieva, con su hija, la que murió de hambre en un hospicio… monjes
miran
cadáveres, es un entrenamiento comprender la
finitud del cuerpo, la descomposición constante de absolutamente todo... el
ansia nos come en vida como los gusanos se comen los muertos… no sé de dónde la
memoria me arroja esta imagen: Marina, encarnando la pobreza, el hambre, la
pérdida; mientras yo saco harina y almendras para hacer galletas a unos monjes
más bien liberales… Marina se suicidó de hambre... no puedo zafarme la imagen:
Distracción 06
en Asia hay monjes niños, por huérfanos, por
pobres, por divinos; en mi mente son ladrones, quieren robarme la idea de ser
yo misma…
lunes, 6 de enero de 2014
Lunes 13 de Enero en Palabras Urgentes: Camila Krauss

presenta este Lunes 13 de Enero de 2014
en vivo a las 17:30 horas por

La poeta Camila Krauss

presentará con nosotros su más reciente libro:

...a golpe de hacha te perdíno fue uno ni dosal tercero entendíel golpe seco que desgajacomo golpe de fríoo decalor a raja...
Además de nuestras secciones de siempre:
Cada quien su boca.
Notas imprescindibles.
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Palabras Urgentes es una producción de Código DF
Conduce Andrés Castuera-Micher
José N. Méndez presenta en "Cada Quien su Boca" de Palabras Urgentes. (6/01/14)
JOSÉ N.MÉNDEZ
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EL QUETZAL ROJO
Quetzal rojo
o ave que pare un
millar de voces
de hombres de maíz,
estallando a fuego armamentista;
en nuestra plegaria
matinal
más allá del pan,
anhelamos liberarnos
de la metralla de cada
día.
Rojo,
quetzal rojo;
en tu plumaje
pernoctan
cadenciosamente
los ecos del perpetuo
y oxidado grito.
Rojo,
quetzal rojo;
nos vendaron los ojos
y no supimos
si fueron aquellos que
juraron protegernos
o los que se declararon
enemigos,
nos callaron a punta
de pistola,
nos rompieron los
tobillos,
nos dieron descargas
eléctricas en los genitales,
nos violaron,
una vez tras otra
y
cuando volvió a
ocurrir
prometieron que sería
la última vez
y nos mintieron,
nos golpearon tanto,
tantas veces
y con tal fuerza,
que un día;
la costumbre
nos dijo al oído
que ya dejó de
dolernos
y le creímos.
Rojo,
quetzal rojo;
rojo sangre del
valiente,
rojo sangre del
cobarde,
rojo sangre del que
dispara,
rojo sangre del que
nunca supo qué o quién lo mató,
rojo sangre de la
madre,
rojo sangre del padre,
rojo sangre del hijo,
rojo sangre de todos
los convertidos en una
oveja
que gracias a
irresponsables ganaderos,
quedó a merced del lobo.
Rojo,
quetzal rojo;
rojo amargo,
rojo que fue
reemplazando al negro
como símbolo de luto,
rojo desde el mismo
rojo
y que de tanta muerte
se hincharon sus ojos
de tal manera
que ya no le quedaron
lágrimas
y se ha cansado de ser
rojo
y a una estrella fugaz
le ha pedido ser rosa
o al menos violeta.
Rojo, quetzal rojo;
te juro que creí que
navegábamos
en la misma dirección;
hemos olvidado quienes
somos
y hacia donde íbamos.
Rojo, quetzal rojo;
duérmete ya;
si es que no nos
interpusimos
en la congelada
sinfonía de la pistola;
mañana será otro día
en el que nuestros
barquitos de papel
llenos
de hombrecillos
camuflados
con tinta negra
poesía;
saldrán del puerto de
la mano derecha
y con la única
intención
de golpearle la
bragadura
a los demonios de la
violencia.
Rojo, quetzal rojo;
no es nada personal,
es sólo que en el ojo
de una tormenta
a la que probablemente
le falten estallidos;
nos dimos cuenta
lo hastiados que
estamos del rojo.
EL APOCALIPSIS
DEL NAVEGANTE
I
Del viento con la ropa de lana sucia
en el cuerpo de sus corderos;
descubrí que el ojo izquierdo
de la tempestad en la que eternamente viven las sirenas;
era una puerta
cuyo rechinido
imitando a las eternas lamentaciones
de quienes lo han perdido todo,
indicaban su apertura.
II
Vi a Caribdis;
oscilando
las perpetuamente oscuras aguas,
en un infantil abismo
que tiembla de miedo
mientras el monstruo, solitario;
permanece a la espera
de ese Ulises
que suspendido en el encanto de Circe,
en el deseo de Calipso
o en las inacabables charlas con Eolo;
para malestar de quien todo lo devora;
ha vivido
eternamente retrasado.
II
Vi un Adonis
de traje blanco
producto del brutal impacto de las refracciones
que en la luz duermen
como damas de cuento a la espera de un beso;
sostenía un caracol
que al dejar libre
el hipocampo del aliento en su interior;
indiscretamente
repetía
una vez tras otra
ciertas cosas que sospechábamos;
como que a las nereidas no les gustan
esos pretendientes malos perdedores
que dejan caer montañas encima de otro;
con un lenguaje tal
que la pequeña Galatea (dicen)
hizo llorar a Polifemo.
III
Vi una mujer fraguada en cristal melancólico
que a la tierra se inclina para besarla al unísono con su millón de
hermanas;
todas ellas educadas en la misma legión
instituida por mis ancestros;
con sus labios rozan los pies de Gea
suavemente, para que estos no sufran
una voraz ofensiva
de la sal con la que se han pintado los labios
y rápidamente retornen al cielo
para volver a descender las veces que sean necesarias
mientras el espíritu de Dios se encuentre triste.
IV
Vi a un Dédalo que
en silencio
y como única moneda
de un mendigo;
a las húmedas entrañas azules
les ha extirpado
un trozo de esperanza
que le permita reunirse
nuevamente con Ícaro;
mientras las masacres del Minotauro
o las rabietas de Minos;
son gacelas pastando en el Hades.
V
Y tras un golpe de aquella puerta,
mismo que se esconde en el travieso tritón
que te moja el rostro;
escuché
un emocionante blues
coreado por nueve ángeles;
la normalidad,
infanta berrinchuda sin su dosis mortífera de azúcar,
me abofeteó al ritmo cansino
de un timón expulsando a la
embarcación de su trayectoria.
Después…
Todo fue niebla.
El abrazo
reconfortante
A la mano
que sostiene
la batuta
mortuoria;
dedos
vacilantes que
en un
movimiento
pueden
iniciar el estallido;
sinfonía
del ángel viajando al abismo.
Al rostro
al que
alertan,
hieren,
someten
y en el
sendero
que va de
la cueva del dragón con traje sastre
hacia el
cubículo;
se torna
en arena
de playa
que el
viento deforma con un soplo.
Al
pequeño fruto
en el
árbol de la vida;
que en el
desayuno
tiene un
plato lleno de ofensas.
A la
madre,
a la
hija;
residente
y exilada
de los
sitios al que los seres de luz
temen
volver
por
aquellas que se convirtieron
en
aperitivo para la injusticia
y tristes
efigies
del
silencio.
A los que
no necesitan
de la
lógica del hombre
para
saber que quienes creyeron sus amigos;
al
contemplar el signo de la muerte
escrito
en las pupilas,
les han
abandonado.
A los que
arrojaron botellas
con
flores de tinta negra poema
hacia la
garganta de Poseidón
y ahora
mismo
continúan
en el puerto,
esperando
una respuesta.
A
aquellos
cuyo
fruto vital;
por
posesión de un fantasma
que huele
a realidad,
se les ha
ido pudriendo.
A los que
elevan su voz,
a los que
se quedaron sin ella
y a los
que no la tienen.
A quienes
pudieran haberse escapado
de un
sitio en la historia
o en los
recuerdos.
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