lunes, 6 de mayo de 2013

Gustavo Enrique Orozco presenta en Cada Quien su Boca de Palabras Urgentes (6 Mayo 2013)



GUSTAVO ENRIQUE OROZCO

Aqui les dejamos el link de la entrevista completa:

ansiedad o delirio
o solo peso

barca
libre volante entre las ramas

pétreo y salino cuerpo
que se amarra
durante el pecho al sol de su caída

nudos de transparencia
y alas blancas
que revientan
en los ojos
de tus ojos

alza el cuello el vapor

abiertas como párpados
la piedra y la quietud
hacen nacer los pájaros
la desnudez del grito
y de las venas
las columnas
y los puentes de ceniza

donde obscura
posa su planta
este que viene a hablar ahora
aquí hasta esta orilla

miro la luz que repta
miro
su sangre larga
larga sombra

miro cómo
se pierden
mis pisadas

en el mármol del día
una voz ahogada
ve crecer
el silencio del mar

si estallara en tus ojos
escucharías el sonido de un nombre
derrumbándose en ti

muere el sol que se enreda en el delirio del mundo
y otra vez
la aguja inconfesable que es el tiempo
hace nacer el agua
feroz y la tormenta

hilos de aire y murmullos
y de gotas
que no vienen del mar

como un ciego
que habita en un paraje indescifrable
y camina desnudo
frente al vapor del espejo
oigo caer los últimos silbidos de los árboles

el día comienza a caer sobre su sombra derramada

el día
hoy lo sé
no tiene sombra

ahora escucha en silencio
a un lado mío
cómo
pez atrapado en el camino del aire
una hoja se dobla y cae
otra se parte

en el aire se escucha crecer al cielo entero

imagina
la nota que se alarga
y hace el tacto de la luz en una hoja

bajo el aire
en su gota de silencio
duerme un ave

la quietud
derramada
ha caído en la sombra

el corazón de un ángel viste estatuas dormidas
en su sueño se escucha respirar
la nube en nacimiento

puedes oír nacer también la voz de su contorno
siempre raíz de un mar
abierto
todo

imagina que
en las líneas de una mano
algo toma la forma de un insecto

en aquella ventana se mueven las cortinas

en un pañuelo alguien guarda
una ofrenda infinita
idéntica en sus modos
a un cardumen plateado

y algo
en esos peces hay
que la antigüedad ha habitado
desde siempre

un espacio de dicha que despierta
más suavemente
que la invención del aire

cierto como
el latido
de su
conformación

claro es el aire
y su trazo
mensajero de incendio entre las aguas

imagina un barco que en tus ojos naufraga

imagina a un incendio
sumergirse
y temblar

imagina
una gota
amarilla

imagina la gota inverosímil
fruta mínima
abierta incandescencia

imagina caer palabras como ruinas

imagina que todo vuelve a nacer

imagina jardines silencios y gargantas

imagina que llueven flores sobre el mar

imagina que el incendio permanece
y arde invencible el sol
que todo besa
con su boca tremenda

imagina ese sol
y su escritura

imagina ese sol

y un jardín
en cuyo centro
una niña camina sobre el agua

imagina
su risa
secreta
que adivina caminos
de musgo
entre los árboles

qué despliegue
de pasos
más ingenuos

qué invitación de aire

qué jardín este
imaginado
y qué alas más sonoras
que tiemblan

en cualquier momento echarán a volar

imagina las sombras
que a esta hora se mueven
por debajo del ala de la noche

se sacuden despacio
como banderas líquidas
como notas que suben y se enredan con la fronda en las hojas

imagina a las notas tocar a algunas de ellas

imagina
que se encienden
ya por última vez

imagina que nos escucha
la mujer que con su vara enhebra el sueño del árbol y la nube

imagina que nos escucha
el árbol que a sus rodillas duerme y se deja mesar la cabellera sonora

imagina
que nos escuchan las sombras que bajo sus alas gimen

y el temblor de la nota que convoca a los viajeros desconocidos

imagina que nos escucha
el puerto en que yace la espera inquebrantable

y la estatua que no dejará de sonreír

y el insecto que no dejará de correr

y las gotas caídas
de ese mar de sus ojos

y los peces de vidrio que los viejos confunden con el alba

imagina que nos escucha
la mujer de la risa secreta

imagina que ella nos escucha
y recibe estas palabras
como una carta que llega hasta su país lejano

imagina que al recibir la voz escuche
cómo se agitan sus alas transparentes
y recuerde por fin
el lenguaje de sus árboles

imagina que escucha
y sueña
exactamente
para todos los hombres
para todos
las palabras que hacen temblar las hojas

que ahora las hojas den testimonio del sonido
y se enciendan
o caigan
o bailen




“…La tierra es su cuerpo: mora dentro de la tierra pero la tierra no le conoce.
El agua es su cuerpo; mora dentro del agua pero el agua no le conoce.
La luz es su cuerpo; mora dentro de la luz pero la luz no le conoce.
El aire es su cuerpo; mora dentro del aire pero el aire no le conoce.
El cielo es su cuerpo; mora dentro del cielo pero el cielo no le conoce.”

Adhyatma Upanishad

ciudad de méxico, dé efe
sin conceder
ningún espacio al sueño
austero de humedad
resuelto a descender comienza y gira
el trazo iluminado del frío

décimosexta carta fantasma


alta es la pretensión de atarse al vuelo aun sabiéndolo precio del derrumbe
infinito caudal de envueltas alas

manos
que desmigajan

la tibieza

fino aire que vaga en el espacio vacío

altas son también las rotas hojas
en las que el cuerpo de estas voces fue trazado

alta calma nocturna
alta calma

frágil respiración

alto el cálamo hundido de la sombra
su dibujo de zanjas para albergar el sueño

alta traición de dios

alto estruendo
detrás de la cascada

alto tacto en los párpados

alta

triste

quietud

alta paz
alto amor
alto silencio

alta noche cerrada

alta
alta esperanza

llama en una habitación sin brisa alguna
dorada piel del polvo en la luz

alta distancia


así

hacia el final del día

perdido en su calor
termina el sol su carrera

así avanza la arena también

así guarda en sus marcas la madera
la presencia del agua

así invade la humedad
las paredes

con cuánta humildad el cielo entero concede su gobierno a la tarde

alta es la veneración con que se extiende el agua para llenar la marca que de tu cuerpo sacia su sequía

río inextinguible de mansa sed

agua que prevalece incendiada

alta
caricia
lejana




mesura
de la tierra nace la flama
el largo testimonio del océano
su pequeña
y necesaria
crueldad
su anciana sed
su sal de largo alcance
su imperio
de ruinas
dormido sobre la claridad con la que el día
hace latir el agua en cualquier rincón en que se encuentre

y tú
despierta en tantas partes
y tú
que en esas partes brillas y rasguñas
grano de sal
perfecto
diminuta llamarada de piedra
que hace arder el inicio del día
invisible estallido
en el centro de todas las pupilas del mundo

somos los que han respirado tierra
muertos de sed
somos los que envenenaron el agua
somos los que juraron que jurarían y juraron
y se perdieron

somos los que amamos dragones

primeros días del cuarto mes del año dos mil trece
ciudad de méxico, dé efe
ha comenzado a llover

tercera carta acuática

agua
su lenta pronunciación

por más que su dibujo se ensanche
mancha de dos caballos que se alcanzan
memorial
de lo que alguna vez
hemos podido amar
volver sagrado
porque somos también
toda nuestra ambición

oh
venerables ruinas
oh
antiquísimos llantos de piedra
oh
dulce voz
ala de odio
que no pudo salir
y constreñida causa estragos
y se hincha
oh
como gota de sangre en el mar
oh
que nadie pueda jamás sentir un dolor como este

que al abrigo del sol el sueño acuda fiel
guardián pastor
que lame tus pasos
con su lengua de llama
su lento crecimiento por las plantas
la perturbadora gracia
que tienen sus fantasmas de vapor
que hacen temblar de transparencia
las torres

oh
cómo comienzan a caer las gotas
oh
crispado cristal raíz del cielo
desgarrando con luz
la obscuridad

oh
furiosa compasión
lejana suavidad que naufraga


®Gustavo Enrique Orozco


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