miércoles, 29 de agosto de 2012

Lai Sing presenta en "Cada quien su boca" de Palabras Urgentes (30 agosto 2012)

Lai Sing


Pasiva-agresiva

Un mundo color de rosa
que se pierde en las sombras de sus miedos,
que se esconde en una mente retorcida y enferma.



La culpa decae
en la depresión y la lujuria es
la única salvación.


La ansiedad atrapada
en la mirada aniquila
una vida feliz.
El miedo atraviesa la piel
y destruye un corazón
indefenso, débil, asustado.

¿Cómo se puede amar y odiar
al mismo tiempo?
Una duda eterna que
es alimentada por la locura.

Visiones fugaces de 
un fuego destructor,
purificación completa
de una alma atormentada,
la destrucción total 
de una mente perturbada.

No existe un final feliz
para una vida asesinada
por el amor.

En una mirada vacía
se refleja el sufrimiento
interno,
dolor constante
que invade cada vena
de un cuerpo mutilado.

Una vida perfecta y 
prometedora es devorada
por un enemigo impredecible:
el miedo disfrazado de amor.

El asesinato y el suicidio
son dioses poderosos,
que controlan la mente
para cumplir sus mandatos
la razón es derrocada.

Una alma aterrorizada,
una mente que ha sido vendida
y una vida que sólo
desea la muerte.
Todo oculto detrás 
de una sonrisa sarcástica
que demuestra una
falsa felicidad.



Me enamoro y me pierdo,

mi mente se distorsiona, 
se engaña.

El amor me transforma 
en un demonio
voraz y posesivo.
El amor me asusta.

¿Y cómo no temerle al arma 
que tantas veces me ha herido?
No puedo olvidar tan fácil
las heridas de guerra.

Si me aferro al amor, 
él se aferra a mí,
distorsionándome,
despertando a la perra.

¿Será que en verdad nunca
había conocido el amor
y hasta ahora lo descubro?
No sé cómo manejarlo,
nunca lo he sabido.

Siento que la vida 
se me escapa,
que mi voluntad 
ha sido arrebatada.
Yo misma la he cedido.

Me encuentro 
posesiva, 
obsesiva, 
primitiva,
soñadora.

Pero los sueños se 
han vuelto borrosos;
surgen nuevos,
mueren otro.

Trato de recoger las cenizas
de esos sueños incendiados.

¿Qué es aquello 
que intento revivir?
¿Qué es aquello 
que trato de encontrar?

El cielo se ha vuelto
turbio de nuevo,
el amor me ciega
aún más.

¿Cómo renunciar ahora
a ese sentimiento, 
intenso y hermoso,
en donde por momentos,
sólo existe felicidad pura?

Tener el corazón a flor de piel,
sólo provoca que 
el más mínimo roce,
encienda sin piedad
los sentimientos más intensos.

Soy la poetisa que sufre por gusto,
soy masoquista por la delicia 
que hay en ello.

Retorcido aprendizaje

Aturdida, confundida
debatiéndome entre
sentimientos encontrados
temerosos, impensables.

¿Será amor o
sólo miedo,
dependencia?

El amor implica dolor,
abandono y lejanía.

¿Será el concepto
del amor lo que
está errado?

Aprendí a amar
de forma retorcida,
a través del control,
de la manipulación
y la culpa.

El amor me obsesiona,
me trastorna,.

Aprendí que el amor
es destrucción.

Aprendí a temerle
al amor.

Alma en pena

Me desgarro el corazón
con cada lágrima,
con cada pensamiento.

Me asfixio, sin ti
mi sangre se transforma
en humo venenoso.

Estoy vacía  y es
ese vacío lo más doloroso.
Sufro una carencia de
emociones,
mis sentimientos
han sido arrancados.

La pasión,
ha sido desgarrada,
las heridas
están secas,
la sangre
se evapora.

El vacío me devora,
el dolor me ciega,
el llanto que debería
limpiar el dolor,
sólo lo intensifica.

No encuentro
una razón,
no encuentro
una meta,

La vida se ha
vuelto una carga.

La luz se apagó,
me pierdo
en la tinieblas,
herida y atormentada.

Soy una esclava perdida.

El amor se marchó
de nuevo,
el amor efímero.

No es que no pueda
vivir sin ti,
es que no quiero.

No quiero vivir de ilusiones,
no puedo dejarme caer
en esa tentación,
por más dulce que sea.

La diosa se transformó
en esclava,
y ahora, temerosa,
rehúsa su libertad.

¿Será que disfruto
atormentarme,
será que disfruto
la demencia?

Cómo negar que
soy masoquista,
que soy un alma
en gozo de su pena.

Amor perdido

Te extraño más que
a la felicidad que  alguna vez tuve,
tanto que me gusta creer que todos los besos
proviene de tus labios.


Eres una tortura,
eres un deseo;
el amor olvidado.

Me pierdo en tu recuerdo
y me abandono a la pasión
aún cuando no te tengo.

Tú eres el único sol,
en cada sueño tú eres
el protagonista,
quien hace girar mi mundo,
quien me despierta una sonrisa,
tú sólo eres el amor perdido.

Sin Ti

¿Qué espero de ti?
No lo sé.

En mi sueños,
en mis esperanzas,
estás entre mis brazos.
En mi mente,
no espero nada,
absolutamente nada.

Eres sólo un fantasma,
un recuerdo con el
que me gusta jugar.

Sin ti, mi vida está vacía,
sin ti, mi vida es feliz.
Sin ti, mi corazón muere,
sin ti, me hundo en la depresión.

¿Por qué amor mío?
¿Por qué me dejas en el olvido,
en un limbo donde
sólo recuerdas mi cuerpo?

Si ti, soy algo más
que una puta.

Me torturo al amarte.
Tu cariño es un veneno,
que me destruye.

No me ames,
si no es verdad,
no me busques,
si no es para amarme.

Mátame, por favor,
es lo único que pido.
Mátame de amor,
mátame de indiferencia,
mátame con tu olvido.

Huye de mí,
huye como siempre
lo has hecho.

¿Le tienes miedo al amor
o a la falta de éste?
¿Le tienes miedo al reflejo
o al vacío que encuentras
al mirarme?




La lujuria que comienza

en la sangre, se convierte, en un pecado vivo.

Logra que la razón
abandone el cuerpo.
Los sueños ahora
son los esclavos del placer
que abandonan a la conciencia
en la sangre torrencial.

Una explosión que se desea vivir
con cada latido del corazón,
con cada gota
de rojo deseo.

Una pasión intensa hierve
en los pensamientos.
Una lluvia dulce recorre la piel.

Un beso más y
el fuego se avivará.
Otra caricia que
recorra mi cuerpo,
que deleite al pecado.

Un deseo tan dulce y puro
invade la mente,
ilusiona al alma,
vuela en nubes 
tórridas de placer.

La mente y el corazón huyen,
sólo el cuerpo puro se deleita
en el éxtasis supremo,
se pierde en la marea que
explota en la sangre turbulenta.

Un deseo cumplido
queda inerte
cuando el placer acaba.

  
Amante destituida,
diosa moribunda,
pasión insignificante,
instinto censurado
y condicionado.
El fuego del deseo
ha sido maldecido.
Mas las llamas del placer
no se sofocan con prohibiciones,
sino con indiferencia.

Anhelo lo que
insisto no desear.

La diosa se levanta
a través de
la esclavitud,
del deseo.

La hoguera se enciende
de nuevo en los brazos
de un amante inesperado,
que derrite el cuerpo
y conquista el templo.

Busco pasión,
no amor,
pasión pura,
intensa y destilada.

Mas el amante
parece buscar
ser el amado.

No quiero un amor
pero los celos me invaden
cuando pienso en
la lejanía del amante.

Con sólo palabras despierta
al deseo arrebatador
que fluye por las venas,
incendiando la piel,
deleitando a cada nervio.

Me abandono cuando
sus labios me devoran
y su lengua me atraviesa.

Mientras sus dedos me recorren,
recuerdo mi verdadero ser,
esa pasión que me alimenta
y le da sentido a la existencia.

Los sentimientos no siempre caben
en la lujuria salvaje y animal,
en ese instinto que bombea vida en mí.


®Lai Sing



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