MAR RUIZ
Haz click para escuchar la entrevista completa
http://www.codigoradio.cultura.df.gob.mx/index.php/palabras-urgentes/13800-mar-ruiz
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I
Nada queda en esta ciudad
las caricias
vacías divagan en tinieblas,
soy cuervo
que vigila la noche
mientras
inundo de lagrimas
el eco que
solloza en la madrugada.
Mis palabras
exiliadas
recorren los
callejones
buscando las
caderas de aquella
que vende
instantes de olvido.
La última
gota de felicidad
deja su
espacio vacío,
huir del
frio, refugiarse en las esquinas
de una
ciudad a la que no pertenecemos.
Los pasos
siguen marcando
el ritmo de
este laberinto,
los
habitantes caminan en caravanas
entran y
salen de los vagones
como sombras
que buscan historias.
El reloj
abre sus fauces
devora los
sueños de los que duermen,
mientras el
dolor inunda
los ojos de
una mujer y
la ciudad se
ahoga de recuerdos.
II
Caminar por el espejo roto
de la ciudad,
calles de madrugada
dispersan angustia de alcohol.
Luciérnagas ciegas
destrozan el pavimento,
las esquinas susurran
un tiempo desgastado.
Puentes de pasos viejos
evocan el funeral del presente,
duerme la ciudad
bajo el instinto de supervivencia
que la habita.
Noche,
te habito en la hora del olvido
madre insaciable de palabras
cae tu sombra en las tazas de café,
dictas los días en el recuento de la oscuridad
los sonámbulos te penetran cansados,
cómplices de tu presencia.
A esta hora donde todo lo circundas
el espejo me abarca desnuda,
crucificada, con la corona de espinas en la memoria,
eres mi presencia.
Madre que abandona a los débiles,
les consume la sangre para ser tiempo,
el invierno abraza el aire
alguien llega a una ciudad nueva
transformada en el monstruo que la consume,
los amantes jadean en parques abandonados,
los miras sedienta.
Noche,
te habito en la hora del olvido
madre insaciable de palabras
cae tu sombra en las tazas de café,
dictas los días en el recuento de la oscuridad
los sonámbulos te penetran cansados,
cómplices de tu presencia.
A esta hora donde todo lo circundas
el espejo me abarca desnuda,
crucificada, con la corona de espinas en la memoria,
eres mi presencia.
Madre que abandona a los débiles,
les consume la sangre para ser tiempo,
el invierno abraza el aire
alguien llega a una ciudad nueva
transformada en el monstruo que la consume,
los amantes jadean en parques abandonados,
los miras sedienta.
Noche,
mártir de
las cenizas de los poetas
alguien tomo el estandarte de tu cuerpo
para escribir la historia guardada bajo tu falda.
Sentada con los ojos entreabiertos
le pregunto a lo que queda de mi
¿Quién soy?
lo sabes tú noche virgen acorralada
por las plegarias y los rezos.
¿Cuánto tiempo serás
la prostituta de los abandonados?
¿Cuánto tiempo seré la amante
cómplice que te paga las horas con palabras?
alguien tomo el estandarte de tu cuerpo
para escribir la historia guardada bajo tu falda.
Sentada con los ojos entreabiertos
le pregunto a lo que queda de mi
¿Quién soy?
lo sabes tú noche virgen acorralada
por las plegarias y los rezos.
¿Cuánto tiempo serás
la prostituta de los abandonados?
¿Cuánto tiempo seré la amante
cómplice que te paga las horas con palabras?
En el jardín de la infancia
los columpios se oxidan,
el sube y baja
juega con una silueta sin rostro.
Los caballos relinchan
en pasto sintético
olvidado…
seco.
Con raíces en las sienes
recibes pisadas
de ancianos que ahora son niños.
Un vestido recién planchado
se posa en tus huesos,
gota de silencio
que detiene la memoria.
Escuchas la jauría
que fornica dolor
ante tus ojos.
Llueve,
todos se refugian bajo
este cielo sin nombre.
La banca en que descansa tu espera
se deslava,
te
sepulta.
Mi Piel
Mi piel es el sueño de un dios recién nacido
creado en
la furia de la verdad,
espacio
de tiempo que se duerme en palabras,
historia
de la mitología en cada pliegue,
arena y
humedad.
Tiene la
herencia de lo humano
en su
transpiración,
sabe de
las batallas y su penumbra constante,
ha sido
víctima del torturador,
desaparecida
en cualquier mazmorra
abandonada
en las cenizas perdidas de los muertos.
Ha sido
carcomida por los buitres,
las
hormigas, los gusanos
y sigue
respirando,
renace
cada madrugada,
en el
aliento del ritual blasfemo
que se
niega a verla morir,
porque se
baña de ella,
se
alimenta de los restos que deja sobre
el lecho
de palabras.
Mi piel
no tiene tregua,
invoca el
silencio de los abandonados,
guerrillera
de poesía,
camina en
espinas de la verdad y no se rinde,
respira y
transpira,
se
purifica ante la ausencia,
no tiene
enemigo capaz de derrotarla,
esta
viva,
aquí
sigue junto al dios
herido de
muerte por el abandono.
Mi piel
creación
de tiempo,
ciudad
sagrada para los peregrinos,
tierra
prometida del profeta,
respiración
del viento en el lenguaje.
Voz
primigenia del fuego,
en ella
vive el jaguar y la serpiente,
tiene
garras, tiniebla feroz del miedo,
ha sido
devorada por los tigres,
transformada
en tierra y cielo.
Corazón
refugiado en sangre
de
guerreros zoomorfos,
espíritu
divino,
nivel
celeste del cosmos
augurio
de sabiduría marina,
lleva en
su voz al chaman de la locura.
Mi piel camina
sin tiempo,
fuma el
tabaco de la vida,
esperando
que llegue
el cosmos
de otra piel nómada
que
refleje la humedad
en el
corazón de la palabra.
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