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***
Soy el jinete que monta los cuernos del
diablo…
Con las agujas he de cocer al
embrión con tu pecho, embrión que
encuentro chillante en la azotea.
Voltea cristiana sepultura que quiero
beber del lodo en tu lápida.
Hay que arrancar los cedros por rosales
arco iris.
Ven calavera a contarme sobre las
noches negras bajo las sábanas de una virgen.
Las manos se elevan en caos
Las manos se elevan en caos.
Fuma de mi bala hasta arrancarle la
pólvora a jalones, hasta dejar de ver la depresión.
Cuero roto atado con listones dorados.
Mente a cascaros.
Vivo en el lóbulo de un gigante hoyo
negro comiendo trozos de arracada.
Transparencia fúnebre tras la cumbre.
Arde en mí cuadrúpedo, inféstate.
Siente el puño golpear la estigma.
Ventiscas sacuden las palmeras que sombrean
los pies enterrados junto a tu corona.
Desvaino las dagas, corto las rejas.
Parpadeo de mujer negrura, risos de
castaño.
(67)
Hoy no
hay luz en mi costado. Tan solo un libro de salmos bíblicos con gravado en la
esquina “este libro no será vendido” y ha costado $50.00. Entonces vienen las
reformulaciones eclesiásticas a danzarme
las pupilas.
La luna
es de colores. Los árboles no tienen raíces. El viento escupe pliegos.
Tomo
vacaciones en el coma de un perro. Mis corneas quieren poder ver sin el
cristal, pero el hacerlo es ver la cara depresiva del mundo.
No tiene
rostro ni forma.
No tiene
rostro ni forma.
No tiene
rostro ni forma.
No tiene
rostro ni forma.
No tiene
rostro ni forma.
No tiene
rostro ni forma.
No tiene
rostro ni forma.
No tiene
rostro ni forma.
No tiene
rostro ni forma.
No tiene
rostro ni forma.
No tiene
rostro ni forma.
Este
corazón borroso. El quetzal se
duerme al son de las pulsaciones. Me preguntan las luces de la calle sobre la
vida. Saco una escopeta, respondo.
(94)
Hablo con la espalda de la Sur-realidad para hacerla
voltear.
Abro los brazos ante los sueños del cadáver de junto.
Siento hervir mi pulso.
Aún recuerdo las piernas tiradas en el sofá, el conocimiento
que se fuga a las 3:00 am.
Cuelgo al hombro la voluntad que me mantiene camino a la
cuerda, soportando los tornados queriendo derrumbarme; destrozada al final de
las estacas junto a los cuerpos de antílopes degollados.
Despilfarro las monedas de plata, le doy de comer a los
gatos con pan ajeno.
Ya no me encuentro en la raíz de mi cabello (el origen del
gusto por el lodo).
Bailo la pesadez, el vaivén enérgico de la mecánica de
cuerpos.
El olor de las flores no es más.
Hace 235 días vi una mariposa violeta revolotear hasta
mirarse enredada en la selección natural de esta ciudad.
Mi mente se está abriendo hasta el desgarre mientras miro un
ajeno monumento caer en la habitación.
Duele tras sonrisa.
Duele tras sonrisa.
Duele tras sonrisas ver reverdecer desde la ciénaga las
luces del mirar en una niña sin rostro.
***
Llantos galopando sobre el frutero.
La botella de cristal rota y la mano en la palanca.
No entiendo el lenguaje de estos edificios, el vértigo no me
deja de lado.
Tambaleante sobre un pie, recordando al hijo que nunca parí
y ahora es parte del tumor que me devora.
Soy ranura, estática, un objeto; la mugre en el espacio,
trozo de roca.
No hay más que este círculo lleno de cuadros y el bostezo
por cada idea fugaz.
El viento contrae las cortinas de la única ventana diáfana.
No queda nada, miro mis cutículas sumergidas en lo rojo, el
tic tac boom de las manecillas.
Respiro los cuerpos yertos aferrándose a la vida y esta
muerte en cada abrazo me despoja de una prenda. Desnudez sin ojos que la
sacien.
Luciérnaga rasguñando el frasco opresor.
En los ojos del perro el diablo muerde.
La glándula mamaria ya no me alimenta.
Feto chillante.
Los caminantes son sordos, ciegos; complexiones desquebrajadas.
Nos cubre el holán la entrepierna de la duda, visto de
corbata para la boda del mar y las nubes de lonas azules se elevan y caen, se
elevan y caen sobre sus cabezas de maniquí mohíno.
***
Balcón
guardián de miradas.
Yo
quiero ser el sol
Tú
la nada que permanece.
Entre
las luces parpadeantes pierdo la imagen
Hoy
soy un ave que fuma alas
Y
bebe la cautela de los gatos
Me
reproduje 468 veces en tus órganos
Y
en el pavimento
Quise
sujetar cualquier tobillo
Pero
nadie caminaba
Sigo
con la mira de tu cuerpo
Sujeto
al barandal de la humareda
Y
aprendo de tu lenguaje
Y
aprendes de mi corazón
Gente
solitaria
Paso
un puente oscuro
Gente
solitaria
Clonándose
Brazos
en cruz
Pequeñas
mentes sin respuesta
Unidades/
Medidas
Puestos
ambulantes
Jarochos
en el desierto
Y
como un pez sin mar
Yo
necesito arena
Propaganda
Capital
Parabrisas
de una comunidad desfallecida
Aventura
en los molares del dragón
Naipes
sin corrida
Tres
reyes sin cabeza
Y
una dama con la oz ensangrentada
En
el espejo la virgen habla
Estos
son textos no ultrajados
Y
una mano sin anillos
Estos
son textos
Encapuchado
cantando al acero de mi cuello
Rivera
de mi cuerpo sin plástico
Viejos
esperando la empatía de sí mismos
Risas
y manos, bocas que comen morones de concreto
Es
verdad, no estoy acá
Hablo
con una hoja
Escribo
la voz que niega
151
veces vomita el mundo
Pero
no, no es posible
La
gente de este lugar no puede ver
Pero
no, no es posible
Escribirle
a mi sangre
Pequeños
espíritus sujetándose las manos
Contradictorias
Humanos
y escaleras al frente artificial
Para
y culmina la línea de trayecto
Vive
y quema
Rostros
nuevos más deformes
Bardas,
espesuras
Cuerdas
atando las lenguas
Mi
jardín es un edén
Y
mi edén son 25 x 15 cm de blanco
México
cae
El
mundo es un ladrido.
***
Eremita
acuchillado/ Risco.
Huérfano
a los ojos de la luz.
Jamás
fuiste domeñador de ti y la roca que te acompaña ignora tu pie.
Mala
catadura. Burla, llanto al ruin destino imperecedero.
Mortuoria
cadena, eslabones fundidos.
Cada cual
(1) es ojo y sal; cortadas.
Insomne
desfallecido en el brazo del mar. La corriente desprecia al mulato por tener barro por sangre.
Pero es
un NO a la vida y la suerte: tu color
Terrones
en complicidad.
Tatuaje.
Artería. Tu nombre. Maldito. Tu nombre.
Rostro en
todo crimen.
Incredulidad,
la belleza como espejismo.
Burla a
la común, pueblo que de fe tiende un diente de león en cerro a tempestad del
norte furioso.
Equivocaciones
(2)
Nuestro
parto, no somos control y vamos al reverso del proceso hacia la muerte.
II
Silenciosos.
Secretos bordados en el pecho,
guárdale.
Enjaula
los corazones, los kilómetros.
No sirve
hablar con la lengua agusanada.
Derrúmbate
en esta columna pies morenos, ignorante y apedreado.
No alces
los filos. Ve, golpea a dios en la frente con una rosa.
Escupe
formol a los cerros y los pájaros.
No creas
en milagros.
Mira
desde el valle este caos apiadado.
Has arder
las ámpulas en los mudillos, vejez moribunda.
Alma
envuelta en piel y uñas.
Calamidades
llameantes; mis ojos cuelgan en la rasta de un ángel humillado.
Mi voz
como coro al ladrido del mundo.
Vendoleta
a la herida colectiva.
[Estratocúmulo-
Cuerpos-
Tierra mojada-
Tejado de barro-
El olor de la muerte]
Sigo
parado desde la ventana junto a la niña que me llora el talón mirando su
retrato.
Alguna
vez fuimos queridos-susurro-, en otros tiempos.
Despojos.
Ranuras
en el rostro.
Espejos
Pedazos
de tristeza remendados en mi dorso.
Alucinaciones.
Andaluces
Mi madre
es un cadáver que se multiplica en cada patada.
Mi abuelo
un arcángel de arrugas y humo
Y éste mi
cuerpo, mis ideas atroces y equivocas, hogar hecho de ramas enmohecidas, es una
perilla oxidada bajo la llovizna.
***
código
de barras
cruz
de trenzas en mi frente
ajeno
al costado haciendo el amor al dragón en la pierna del mundo
la
tinta en verde
se
me han acabado las páginas
manchas,
todo está en manchas escrito
espejo
en roca
no
debo dejarle, de algún modo me importa estar aquí; compartiendo el mismo
asiento con cientos de pétalos
Dioses
en orgía,
Genios
caníbales devorando constelaciones, a puños y golpes, a puños y golpes.
Bailando
la despedida de Arequipa
Un
regreso caótico
El
mundo detenido, todo desnudo y despierto
Tomando
la carne, tomando la carne
Jóvenes
de clima, tormentas
Hoy
el piso es de hielo, escalar la cúspide de nuestro cuerpo.
Pánico,
todos miran mi fractura.
Letanía:
la mugre entre mis dedos.
Desfiguros.
Lepra
literaria: desbordo frases incompletas
Pantano
majestuoso, mi país.
Probar
toda la sangre, beber cada gota del trópico.
Deslavo
el lodo poético de mis tentáculos.
Solía
ser un tallo, una especie marina, y reír, y no besarle los dedos al demonio que
hoy me tiene arrodillada.
Colibrí, mi espíritu está lisiado.
***
Filtro en las torres.
El chorro tempestuoso sobre cabezas
enguillotadas que barre mi hermana.
Siembro girasoles en las uñas.
Hilillos en el esférico.
Montaña de ladrillos
Escalo el contorno de una vena.
Todo está bloqueado con lágrimas del
cerro, valle calumniado.
5cm de profundidad y un lago de sangre.
Entre el gris una luz sucumbe.
Lluvia de tachuelas en el calor de los
nudillos.
Relámpago taurino enmudece mi lengua.
Relámpago taurino enmudece mi universo.
Se han lavado los colores, las córneas.
Bichos restaurando sus hogares.
Vistas evadiendo la ceguera.
En tu muerte celebro aparente vida Mario
Santiago,
Entre gritos desembocados a una roca.
Se acerca el estallido, la ausencia de
nuevos mundos más allá de esta habitación hueso.
Más allá de la tormenta y los cables
que rodean mis hectáreas.
Hay un arco iris apenas parido que la
niebla le ha tapado.
Red de brazos cruzados con el dorso en
reverencia.
Los papas adornan mis paredes,
Pero la cruz de Dios se ha vuelto
tendedero.
Maderas rotas.
Polillas que brotan de las alas de
otras polillas
®Daniela Rey Serrata
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