RUBENSKY
ANIMAL DE FUEGO
NOCTURNO*
El animal deambula
por el circo
En la visión del
paraíso donde escapó
Ronronea maúlla
Su grito es casi
humano.
Los animales
emergen de los astros
Y en las carpas
donde el precipicio es el hambre
El animal por
encima de las llamas avanza
Y un olor orgásmico
se transmite de boca a boca
―el demonio lo besa
detrás del telón negro y le gusta—
¡Animal! ¡Ya no
sientes tus garras!
¡Ya no busques tus
reflejos!
¡Te los arrancó el
relámpago de la noche!
¡De ésta oculta
noche en blasfemia borracha!
¡Del círculo
volátil en los vasos de las hienas!
En las jaulas nacen
lanzas eléctricas
perforan tus ojos y
revientas
¡Animal! ¡Ya no
encuentras tus voces!
Llegan la antigua
saña el sueño y la muerte
y con su hechizo te
vuelven animal de fuego nocturno
¡No puedes! ¡No!
¡Animal! ¡Estamos
aniquilados!
Vamos arrancando
largas flemas de nuestros latidos
huecos
y arpìas sonrientes
en torrentes de plata
nos ahogan en
jardines de cilicio…
ARMANDA plácida
sueña en óceanos de fantasmas
¡No la llames! ¡El
cansancio es duro!
Sus cabellos
evanescentes invoco
también invoco a
las mujeres
de los laberintos
mientras mi boca es
la cábala de su abdomen
y pasan discos
cósmicos cruzando las ciudades
los vemos sin
piel sin nuestro
destino
sin la gota que
quedaba en el ojo
no queda nada –el
cuerpo está desnutrido y polulan arácnidos–
risas y risas y
baile mientras todo pasa y podamos algún día
tener un manojo de
cuerpos para amar…
Ríete animal de
fuego nocturno
como los locos del
manicomio que nos buscan para
arrastrarnos
Siéntate en una
butaca sombría del circo
y abrázame deja que tus ojos humeantes me
evaporen
cicatricen mis
llagas mi desarmonía mi muerte
Animal de fuego
nocturno tu boca es cachonda y
cruel…
Ríete con los
antiguos niños del sótano
que nunca han visto
la luz y son felices
¡Eso! ¡Anda!
¡Desnúdate!
Realmente no
estamos aquí
pero leemos el
tiempo empapados de eternidad ¡Sí! ¡Es cierto!
No nos queda nada
en los alrededores
ANIMAL DE FUEGO
NOCTURNO
Mi único amor…
MÁQUINA INFERNAL*
Creadora de los
demonios que recorren todo mi cuerpo,
y forman mis
maldiciones arrogantes:
¡Bésame como en una
película!
Déjame morir en
medio de los que me quieren
o me quisieron,
déjame buscar las
noches de mi verdadero yo, cuando no
eras tú
lo que importaba,
cuando era yo quien
clavaba los puñales en tu corazón,
cuando yo era y no
tú.
Máquina infernal
que vuelas custodiando tus dominios,
No nos persigas más
¡Danos tu vientre y tu amor!
Deja de sacarnos
ésta pus que nos arde,
que nos duele.
Ama a esos niños
que has violado y golpeado brutalmente,
que lloran colgados
de tus navajas nocturnas,
ama a esas pobres
mujeres que absorberás con el sudor
de tu vapor
infinito hirviéndolas en ollas de la ciencia,
del arte, del
aislamiento, del polvo…
Ama a los hombres
que se lamentan en vez de cantar,
quienes se
persiguen a sí mismos cortándose el cuello,
haciéndose un hoyo
en su piel tatuada de ángeles y santos,
que no respiran,
que se ahogan en ti…
Ama a los muchachos
como tu servidor que se nos quiebra
todo
Entre tanto
infierno: el cráneo, la saliva, nuestro amor, la
juventud,
¡Mi vida es un
hermoso festín!
Me reencuentro con
el sueño lunar.
Aguardaré en el
bosque con esqueletos,
con tus gorilas
corrompidos, tus serpientes, con esos
terribles fuegos
que han pulverizado
a miles de bestias, a miles de esclavos.
Aliméntate con mis
bufidos y sóbame, escúpeme,
déjame llorar,
morir con tu dolorosa sombra,
odio tanto mis
gritos
para evitar que me
mutiles.
Máquina infernal,
mírate al espejo y tómate en serio:
¡Olvídame!
LA OBSCURIDAD ES LA
REINA*
Oro arrastrado por
calles
Oro llevado al
campamento de la Reina
El bosque de
espinas
descuartizando al
buscador de oro
El oro es para la
Reina
La obscuridad es la
Reina
Ama el oro más que
cualquier otra cosa
El oro es negro
El oro es obscuro
como la piel de la pantera
El oro abre sus
ojos a media noche y asesina
DESPRENDIMIENTO*
He roto las
manecillas
Despeñado los
horrores
Luz de dragones
culmina
Beligerantes
ciudades
En reliquias de
amor
Bosques protegidos
Por espíritus
guardianes
Abren la puerta al
nuevo sol
A la luna en
creciente marea
Elevando los cielos
de la noche
HOTEL SANDBERGER*
Mi habitación
No está sola. El
fantasma de una mujer
Se hace presente
por las noches.
Soy luz en ti —me
dice―.
En la obscuridad
bebo el resto
De la botella de
vino y lío un cigarrillo.
Recuerdo mi llegada
a la ciudad. En el avión
Un musulmán se
sentó a mi lado. Me sonrió.
Yo dibujaba,
poseído, cabezas de dragón,
Absorto en sus
líneas misteriosas.
El humo danza en la
habitación,
Y la mujer fantasma
me observa:
Su vestido largo y
blanco ondea,
Casi lo tocan mis
dedos eléctricos.
COFFEE SHOP
AMSTERDAM
Miradas encendidas.
Rostros africanos
Bajo las farolas
humenantes.
Luces rojas en mis
colmillos
De amante
silencioso.
Serpientes en mis
manos
Se extienden a los
brazos de las estrellas,
Experiencia de los
dioses.
Las máscaras de las
paredes sonríen,
Me observan los
retratos.
Todo se
distorsiona:
Delirios se
diseminan
En la claridad de
las visiones.
Se expande la percepción,
Giran las puertas.
Chispas de fuego en
mis manos.
LOS GIRASOLES
Han sido pisados
Por la muerte.
Se dispersan
A lo largo de la
calle
Arrastrados por el
viento.
Se escurren.
Esperan nada.
Lloran y derraman
pus amarilla.
Raspa el asfalto
Sus tallos
vencidos.
Nada sueñan. Nada
miran.
Silencio cubre su
cementerio
Abierto. Cerrado
cielo.
Gotas de sangre
emergen
Por el abismo
agitado.
Se desangran.
Caen por la sucia
coladera.
Han muerto.
Suicidio.
Esperaban al sol
Que los guiara a
través
De la noche.
INSTANTES
Abro la cortina.
Sintonizo en la
radio a Beethoven.
El sol incendia mi
fuego
Detrás de los
laberintos de las ventanas.
No puedo recordar a
nadie.
Cierro los ojos. En
instantes, me voy lejos.
Estoy en una estación
de tren.
En París.
Día nublado. Frío.
Con un cigarro en
mis labios aguardo
La llegada de los
vagones.
Se escuchan a la
distancia, se acercan,
Sin embargo, la
locomotora
Al entrar a la
estación se congeló.
Mi cigarrillo no se
consume a cada bocanada,
Y el reloj del
andén no mueve
Sus manecillas.
Sobresaltado
desperté,
Y frente a mí
brillaban estás líneas.
Sin dudarlo, arrojé
con violencia la pluma por la ventana.
Apagué la radio, di
un trago de vino,
Y cerré la cortina.
NUEVA MAÑANA*
Fumo al amanecer.
No hay prisa.
Fueron ocho días en
Amsterdam.
La energía
Se arremolina a mis
costados,
Vibraciones
cósmicas en mis arterias.
Agitado viento,
Recuerdos y
lágrimas de Vincent,
Tulipanes de tu
memoria, Rubi.
AL INTERIOR*
Tu voz me transmuta
en luciérnaga:
Viento es el latido
silencioso de tus besos.
SONATA DE LA
DESNUDEZ*
Me ensombrezco
En la desnudez de
cometas y dunas,
Me deshueso
En la calavera de
la tumba.
Me desahucio
En los cuernos de
plata del cielo.
Es la risa
Quien me lleva a la
sombra,
Al rincón de
aluminio donde relampagueo,
Sudo, galopo, y
fluye mi lengua,
Mis demonios se
ensucian de sangre y oro,
Se incendian en la
llama violeta de mi ojo.
Y se vuelven la luz
de las entrañas,
Sima de mis
miserias,
La voz de la belleza
Dándome la valentía
Inherente a mi
alma;
El mago contempla
al demonio,
Y sólo ríe.
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