ESCICIÓN
Acaso te cubres de
sombra pétalo de ausencia
Acaso te viertes en
las manos
caminas patios etéreos
renuncias al verso
te encuentras
te vences
lloras
vuelas
O te inventas en los ojos de un muerto
CONTRAFUERZA
Deshojé un cuaderno en
vano
la
culpa estremece frente al océano
Calzo los zapatos robados
a una niña
que espera el rescate de
las olas
Rescátame caracol de
sueño
Rescátame ensueño
colibrí de batir perpetuo
Rescátame olvido extraído
de la sangre encapsulada
Duele la libertad del
aire
duele tanto batir alas para
sostener una pelusa
duele atravesar descalza
un girasol
Rescátame
caracol de sueño
LOS PECES
Han nacido los peces
proclaman versos a la
noche deshabitada
juegan con ojos de
medusas
insensibles a la brevedad
a
la agonía
Me dejé llevar por el
murmullo de los peces
construyo
una fosa al abandono
bajo
la tarde que aún cubre murciélagos
Sea tu soledad ruina de
mi vientre
ruina
incapaz de traducir escombros
TRANSICIÓN
Del pie al pelo
escalofrío en do
Sostiene
úlcera febril en el espasmo
No no NO
C A T A T O N I A
Abulia postnocturna
A veces salva la locura
A veces salva un golpe astuto en el
teclado
aunque el papel se
regocije en el absurdo
y otras retinas perciban
el reflejo cóncavo de muecas somnolientas
Las piérides reposan
Un mareo de la amapola
presagia remolino
A veces
la
locura salva
DELIRIO
CONTRA LA DESESPERANZA
Gustosa
me consumiré en sus manos
Enferma
Volátil
sirena
o
resquebrajada piedra arrojada al precipicio
No pienso morir en la pregunta retenida
ni en el estático día conformado de “hubieras”
Hubiera
sido niña de caireles
Hubiera
sido miel en panales contenida
Hubiera
sido amapola marchita
a la sombra del manzano
Escojo la derrota del monte para sentir siquiera
que he vivido
¡Estoy loca!
¡Estoy maldita!
¡Estoy viva y condenada a morir
cuando
parta un beso hacia el abismo!
DESTIERROS
Retornemos
a los jardines de esferas
como
bolas de fuego aprisionado
Ayúdame
a recordar las notas
del
último allegro sofocado
Ayúdame
a destilar el naufragio
de una
barca en río salobre
Ayúdame
a rescatar demonios
que
sucumben a los odres
Ayúdame
a pulir rocas de estío
deshojar
madreselvas
infusionar
malvas y desterrar hiedras
Ayúdame
a permanecer al filo de una hoja seca
Ayúdame
señor de ojos tristes
a
desnombrar los cerezos
Ayúdanos
a posar en los sauces
una
tarde eclipsada
Ayúdame
señor de ojos tristes
a
significar la desahuciada alondra
a
deshacer nidos de gaviotas
en esta
boca endemoniada
Ayúdame
compañero de exilio
a sanar
el ángel desterrado
y
levantemos esquirlas
que se
han clavado exhaustas
Compañero
atrapado en telaraña
ayúdame
a disfrazarme de seda
a
descifrar tu careta
para
olvidar flores amargas
¡Ayúdame,
extranjero amigo!
¡Destilemos
millares de uvas antes de ahogarnos en vino!
Ayúdanos
a desnombrar los cerezos esta tarde eclipsada
FEBRERO
Guardaré los últimos días de febrero
con todo y su caminar de
iguana en la canela
El árbol de mango en el
jardín
y la noche de grillos
desvelados
Guardaré el último
febrero entrelazados
Te dejaré partir
Azaroso Estival Callado
pasajero
a la deriva del camino en que dormita mi nostalgia
Te dejaré partir y en tu
maleta no habrá más que estas palabras
No reproches ni llanto ni octubre
Sólo febrero Un árbol
y estos grillos
desvelados
®Gloria Saldívar
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