JERRY ESCALANTE
“No dedicaré mis
poemas,
así como la noche
no dedica sus tormentas”.
–Lorenzo Peirano
Nota verana
El muelle exhala una densa neblina
que sujeta los puentes
octubre pasa de largo
desde la ventana
y me olvida
No sé si regreso del verano
o llevo en espera los días laminados del invierno
me he
marchado les dije,
pero aguardaba frente a la mañana
el abandono del día
II
Con el relieve ciego de su cauce
mi sangre se dirige a todas
partes
Usa las letras que derrama
-también
las letras son río, diría alguien-
Se desnombra en una resaca
estática
se desgarra en los peñascos
futuristas
donde no querremos amar
En algún lugar
la sangre nunca cambia de nombre
filtrándose por el código de
barras de las alcantarillas
pretendiendo salir de ti:
nuestra Luvina y
sus callejones estrechos
que son una metáfora del destino
graniceros brujos chamanes
rabinos abriéndose la frente
contra el muro
piden una noble nube del temporal
ante la sequía que anida en
nuestros patios,
pero una lluvia de fuego y ceniza
aguarda fiel sobre la tierra
prometida
III
el vaso con vino
ya ha fermentado /piensas/
es de hace unos dos días
ya es viejo
como polvo de relojes
/murmuras desde tu puerto de hastío /
flexionas la cabeza hacia atrás
una cucharada o un sorbo –es lo
mismo en el centro de la neblina–
buscas un rostro a través de la
nube tóxica de tus pensamientos
tomas el vaso y das un largo
trago
: el muelle
: un árbol con una jarcha de
hongos en el prado
la tarde ha muerto en el incendio,
pero encuentras un recuerdo
III
los poetas esculpen
labran
pintan componen
desfiguran deliberadamente
notas con ruta a Wagner en
tiempos de guerra
entonan gestas
escriben novelas prosaicas
lo que sea, tan sólo para escapar del infierno,
pero yo pienso que el poema es
como caminar sobre los delicados mapas
del sueño
y querer despertar a fin de
seguir corriendo
sobre la proyección corrugada de
un reino en ruinas
acercarnos entonces a la puerta
que el señor Sandburg intenta derribar
la cual deja ver otra en espera al
extremo del oratorio
y al pasarla seguramente nos
señale una ventana para que saltemos al prado
donde creemos ser conducidos a la
salida final
Pero las burlas en el escenario
indican el cadalso
el jardín del borde
Vuelo a ras
de espejo
(1)
El conejo
traga,
por equivocación,
en el desierto marino de los sueños,
Milepora
alcicornis,
–o el coral de fuego–
y da un salto frenético a la
superficie,
derruida ya.
Ahora busca,
con sus ojos de semilla-luna
y fuego,
un poco de viento,
un
lago de alfalfa,
una trampa de hielo,
un lienzo dónde desordenar las
estrellas
de los cuentos,
una coneja
II
Colosalmente
irracional
briofito
monstruoso
ácido
áspero
y gigantemente
burdo y hediondo
ella huye de mí oculta en la luz
rompiendo en
silencio el espejobosquepáginadeteatro
de la luna
en tanto
dormito en la
caverna
aguardando la
visita de la noche para recomenzar mi asedio
a la mujer de
alado
soy su trol
un origen menos
es probable que haya sido yo el último en ver con
vida a mi padre
tendido sobre sábanas que ya no daban flores
conectado a un estanque de vidrio con un cultivo de
algas
o composta de laguna
la cirugía, una pequeña reja de varillas sobre el
abdomen
un accidente en el pasado le dejó de recuerdo
una aneurisma en el meridiano del estómago
había perdido demasiada arena
dijeron los doctores
Las palabras de Carlos eran tan secas como la manzana de azufre que
iluminaba la habitación
una enfermera autorizó acercar una esponja con
vinagre
a una boca que clamaba algo de dios,
aunque, en honor a la justicia cristiana, sólo
ofrecí una gasa de agua con mi mano a quien me había
traicionado por una moneda de plata
Catorce años sin oírle decir una sola frase
una sola llamada -vaya
ni una foto-
pero dejó una nota de ira en el camino
y una postal puntualmente dedicada
por la muerte
El brillo de sus ojos perdía la ruta
la larva del mediodía bajaba por los muros
las grapas metálicas sobre la piel dejaban entrever
desde sus cavidades
una negrura perfecta
Cantar de gesta
a)
A Leo Cruz
La noche como una gran nave varada
proyecta su sombra al otro lado de la línea del tiempo
habitando el arrecife.
Asalto la arena y derribo la puerta
por la que conviven atrapadas
en tropel
nociones modernas y teorías del arte
la vida y la sangre de la comprensión
el canto y los sueños
b)
Tras el clamor del olifante,
fiel como la batalla que aguarda sobre la ruda playa,
el portillo ha dado entrada al valor y al miedo
a los gritos...
Los goznes desatan sus gusanos,
la dirección hidráulica de la historia se retuerce
Los sabios esperan
Al otro lado del monte
Los demonios
Desde la orilla
“…solo falta que
tú seas Eco, Helena, Julieta, Isolda, la Maga, la niña metafísica de los
chocolates.” –J. Aguilera López
Me encuentro en el
corazón del Ser
Parto desde el
pulso de un dios
que sacrifica su
silencio
por el amor de
hierba de su diosa.
Entonces emigro
Me detengo en el
poniente del Principio donde observo
a Sofía
su
cabello mojado
se
extiende
como
el liquen de Ovidio
en
el estanque de su sueño
y su sueño
inaugura ciudades interminables
Despierta
:
la visita del día posee el piano….
©Gerardo Escalante.
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