CASO PERDIDO
... Y qué mierda me va a decir la psicóloga
si guarda su
miseria bajo el sobrepeso de su vientre,
atacada por la angustia de verse reflejada en mis demonios.
Cómo podría decirle toda la verdad sin que se proyecte en mí
como un espejo de la mujer que
-en realidad-
es ella.
Cómo decirle que respeto sus ideas,
que aprecio su esfuerzo por ajustarme a este rompecabezas,
que es inútil,
que soy pieza de otro juego de mesa.
Cómo decirle que tiene razón,
que su diagnóstico es perfecto: soy ajena;
no pertenezco a nada, nunca he podido,
las multitudes son cardumen sumido en inercia; inadaptada,
no sé obedecer, no sé callar, no sé evadirme; soy
antisocial,
me aparto de las eufóricas y fanáticas masas,
propensas a la ceguera,
dispuestas al mute,
adheridas al protector de pantalla.
Cómo le digo que no valoro lo que todos persiguen,
cómo decirle que soy real,
cómo le digo que para mí el dinero no es la medida de nada,
de nadie.
Cómo decirle que soy cínica,
que acepto ser contradictoria igual que el resto,
sólo que la mentira me cansa, y
las máscaras,
me gustan nada más,
para los días de carnaval...
DESPOSEÍDA
Nací sobre concreto,
gélido destino-pálido propósito,
fruto del azar y del traspié.
Nací desposeída del todo,
del canto ancestral,
de la tradición,
del nombre del patriarca.
Canto en medio del eco neurótico.
Canto en medio del mundo que se quiebra,
que se hunde con el peso de la ausencia.
Desde el caos me lanzo en caída libre.
Como bala perdida,
me convierto en destino.
Desde el rascacielos de la avaricia, salto y canto
sólo para deciros que somos mercancía,
que todos tenemos precio,
que a todos,
se nos vence la garantía.
Salto sin expectativas.
Salto y espero la redención.
No cumplo expectativas impuestas,
no cumplo estereotipos,
me carcomen,
me imposibilitan.
No busco raíces ni ramas.
Sólo busco éxtasis,
sólo quiero mi llama.
PERIFÉRICA
Sí, vivo en el tercer mundo,
vivo y respiro feliz en la periferia de tu paraíso con
calefacción,
alejada de tu tierra con aire acondicionado.
Contraria a ti,
no necesito millones de luces como tú
que buscas llenar el tremendo vacío que te habita.
Nunca iré a tu frontera,
no me interesa,
pero, además,
me encantaría que no traspasaras la mía.
Aquí, tu dinero es valioso pero apesta,
mancha, contamina.
Es una costra seca sobre carne podrida,
un charco apestoso en pleno desierto.
¿Qué dices?
¿Que es un mundo libre?
¿Que los intereses de la deuda con tu país no te benefician?
¿Esa deuda que han multiplicado de forma grosera y salvaje
para tener mayores comodidades?
¿Esa que sirve de base para la grandeza de tu patria?
¿Esa que les permite a tu gobierno y a ti,
sentirse los dueños de dios,
al que han
encerrado entre códigos de barras,
a quien sellaron sobre los billetes?
Mejor calla y vete en silencio hacia el norte. Por mí,
construye monumentales bardas alrededor de la tierra que has
robado, por mí,
siembra más hombres con rifles al borde del río; porque así
eres,
te deshaces de todo lo que no te sirve,
te espanta todo lo que no entiendes,
y de entender,
no entiendes nada,
te niegas a entender
que hay algo más que un signo del dinero,
algo más a cinco centímetros de tu cabeza
anegada de odio, de prejuicios,
de espanto y de asco,
de odio y de rabia.
No me hables de igualdad,
no me hables de misión divina,
no me hables de redención.
Asesinas y destruyes
cada vez que votas por tus políticos.
No me hables de humanismo.
Come tu hamburguesa,
bebe tu soda,
cambia tu realidad con la chequera.
Dispara los domingos,
dispara contra los tuyos,
dispara,
extermina todo eso que odias
y piérdete para siempre,
húndete en el hiperespacio,
exhíbete en el video mientras te disparas,
mientras terminas con todo eso que odias.
Dispara,
destruye el dinero que tienes por cerebro,
dispara,
conviértete en estrella de televisión.
Si en el último momento te arrepientes,
si te acobardas y no jalas del gatillo,
solo un favor,
no salgas de tu país,
nunca más.
VINTAGE GIRL
Somos mercancía,
si hay suerte genética,
destinadas estamos
a ser producto de colección.
Todas somos máquinas de reproducción en serie.
Conforme pasa
el tiempo,
perdemos valor
en el mercado.
Conforme pasa el tiempo,
los consumidores,
regatean con mayor insistencia.
Podríamos ocupar un lugar en la puja de los coleccionistas
adinerados,
siempre que -claro
está- sigamos las reglas del comercio
y nos adaptemos a los moldes más solicitados.
Al parecer no hay opciones de escape:
ricas y pobres tenemos que aceptarlo.
Hacer lo contrario cuesta: se cobra con aislamiento,
repudio, prejuicio, y al final,
seremos denigradas por ser viejas,
inadaptadas e insolentes,
putas… raras.
Somos mercancía: podríamos no serlo.
Es la única oportunidad que tenemos
para escapar de la repisa del remate.
Algunas -unas cuantas- deciden no cumplir con el mercado,
Las menos, se niegan a ser reproductoras;
otras renunciamos a callar,
nos negamos a guardar en secrecía
todo eso que se acepta al recibir una argolla,
una herencia,
un patrimonio.
Nos preparamos para seguir el camino solas.
Todas somos
máquinas de reproducción en serie.
Sin ese poder,
no hay hombre que nos quiera; si lo hubiera,
entonces, habría encontrado el verdadero amor,
el más puro, el único;
porque carece de sentido vivir con un hombre
si no es para compartir la riqueza,
o eso me han dicho,
supongo, que igual resulta ridículo vivir con una mujer
que no garantice la herencia genética;
si eso existe, para mí es suficiente prueba
de que el amor no es sólo una idea.
OMISIÓN
I
¿Cómo no dolerse del estado actual de las cosas?
No es que los tiempos pasados hayan sido mejores,
ni que hubiera más sentido de la moral,
de lo correcto, de lo mejor;
es que antes,
la vida nunca fue tan poca cosa;
se le podía apostar en la ruleta rusa,
pero resultaba excitante,
porque valía, no como hoy
que es tan fácil apretar el gatillo...
II
Siempre que me aterra la situación que vivo,
me pregunto: cuan responsable soy,
cómo participé en esta decadencia social,
cómo permití que todo pasara...
III
Miro a los ojos de mi hija,
su sonrisa es cascada, en su voz
todo es nuevo, todo es esperanza;
lloro al pensar en sus días,
me devora la culpa.
FE
Cansada de la petulancia,
del ego, de la vanidad,
sabe que la ira no es suficiente,
sabe que la solución es fácil.
Cansada de la soberbia del animal que no cree sino en lo que
toca,
en lo que toma, en lo que posee,
cansada,
se ha materializado,
apesta y se desliza entre las manos,
apesta a sangre,
arde bajo el trueno de la bala,
incinera pueblos enteros,
aniquila la vida,
envenena el agua,
destruye el cielo,
corrompe la tierra.
Cansada, se ha vuelto materia,
ha dejado de ser etérea,
baila entre los dedos y se escapa de la angustia,
se escapa de la miseria.
De la lujuria, sale a bocanadas,
entre gemidos y gritos,
entre jadeos y sollozos,
entre virus y destrucción.
Cansada de la humanidad,
se ha convertido en droga,
en ego, en avaricia.
Quiere exterminarnos,
de una vez por todas
-sin vuelta de hoja-
Ha decidido no intentarlo de nuevo. Aquí,
se acaba la vida, aquí
se termina la ambición.
Así que deja de llamarle en medio del llanto,
deja de implorar su protección,
deja de golpearte el pecho y suplicarle que te salve de la
tentación,
justo después de estallar en violencia,
justo después de pisotear,
justo después de abusar.
De nada sirve que le nombres
entre oraciones nocturnas que exhalas
atacado por la culpa.
Hoy es materia, como siempre,
vive entre nosotros, sólo que hoy
no le importa,
sabe que somos caso perdido.
Se ha dado cuenta de que perdió la batalla
y suena entre máquinas,
al caer de tu bolsa,
al tener un registro en las bolsas de valores.
Te equivocas de palabra cuando le llamas,
la palabra ya no es dios, mecías, redentor,
ya no es cordero, ya no es salvación,
ya no es luz,
ya no es iluminado.
Hoy su nombre es diverso y cambia a conveniencia de quien
cree poseerle:
moneda, petróleo, plutonio,
dólar, euro, credito bancario,
cheque de cambio...
En realidad,
no importa.
Mañana, será nombrado en medio del caos
en medio de la destrucción total de la guerra
Mañana será cristalino, puro, esencial,
le llamaremos agua
y mataremos por su salvaguarda.
Igual que en el pasado.
POESÍA &
CUCARACHAS
La cucaracha "más salvaje"
-la que camina sobre sus patas de elefante-
no llegó a la cita.
Se habría quedado en casa
-desidiosa-
por no estar del todo satisfecha
con su crujiente cabeza por la ansiedad.
Se dice poeta, se dice salvaje,
pero le teme a la locura, a la ansiedad, a la amarga caída
del desamor
& en su "poesía"
nos llama Putas Brujas Gatas Perras Golfas Zorras,
todas somos basura por que
-de otra forma-
tendría que aceptar que somos diosas, y
-como cualquiera cucaracha-
tendría que aceptar que estamos fuera de alcance.
La cucaracha "salvaje" se dice "poeta",
pero huye del vértigo,
se dice "salvaje"
y le escribe al dios que ni conoce,
se dice "poeta salvaje"
y hace "poemas" con su lengua enferma de
misoginia,
purulenta de homofobia,
de xenofobia,
de clasicismo,
de elitismo,
de racismo,
de odio.
Tartamudo por el TDA.
Bipolar,
la pobre cucaracha, miserable,
llora mientras ríe,
solloza mientras gime
& levanta las patas hacia el cielo
para alcanzar la grandeza que le ha sido negada.
Pobre Cucaracha se traba al hablar,
se tropieza al versar,
por que no tiene carácter y tenacidad, lo peor...
Ni puede ni quiere afrontar
que ha sido rebasada por las voces nuevas, y-entonces-
hundida entre vasos de cerveza,
en el medio de la cantina,
se le nubla la vista,
se le acalambran las patas
y la poesía,
se le niega entre suspiros y lamentos.
Pobre Cucaracha, ni poeta ni salvaje, ni amarga ni daña,
sólo cansa, sólo aburre y -en el peor de los casos-
se convierte en melasa
para adornar la nostalgia
interminable de añoranza,
de cobardía por que le tema a la vida.
®Mónica Gameros, Cìnica, Ediciones Lago.
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