MARIO ROJAS LERMA
SEMILLAS DE
PALABRAS
A la
biblioteca José Vasconcelos, México D.F.
La luna está en el cielo azul resplandeciendo como a
ti tanto te gusta… tantos años de vivir bajo este cielo, y hasta que te conocí
lo vi, hoy sólo me queda el recuerdo de tus lágrimas mojando mis manos en
aquella biblioteca, donde nos íbamos a pasar el tiempo, por falta de dinero y
exceso de amor. ¡Ahí leí a Saramago en una hora! ¡Bueno! Si mi maestro de
literatura decía que un buen libro se lee con los años y que “nadie por muy
chingón que sea comprende un libro en una leída”, sin duda tenía razón, sólo
quería que pensaras que era inteligente, que era capaz de comprender el mundo
tan amplio y diverso como esos cristales transparentes que unen las columnas de
aquel hermoso lugar. Recuerdo los sillones tapizados de color rojo y café, el
guardia celoso espiando para que no distrajéramos a los que sí iban a leer… ahí
entendí que no te amaba por completo, si te amaba pero no del todo o más bien
no a todo tu ser… ahí descubrí que más me fascinaban tus ojos, que si como Poe
en Berenice tuviera que elegir una parte de tu cuerpo, yo me quedaba con ellos
para siempre, ese color misterioso café claro, como la madera de los bosques de caoba: firmes y suaves a la
vez, esos ojos eran lo que yo más amaba en este mundo, con ellos construiste puertas
que se abrieron a
nuestro paso, y con ellos cerraste mi mundo cuando me dijiste adiós.
Fue en la Cineteca Nacional, después de
una muy mala película de arte, que me dejé atrapar por tus encantos, una noche
lluviosa en donde cualquier menesteroso sucumbe ante los encantos de la
belleza. Yo tenía veinticinco años y tú veintitrés, la lluvia caía sobre
nosotros y yo, que me enfermo de todo, dejaba que por primera ocasión, el clima
hiciera de las suyas sin la mayor preocupación, me refugiaba en tus brazos,
mientras sentía cómo la electricidad, esa que dice la canción de Lucero y que
yo tanto odiaba, se convertía en realidad. Me dijiste “¿quieres ser mi novio?”
Y yo contesté: no digas palabras que no puedas controlar…
SEMILLAS DE PALABRAS
Las palabras son
semillas,
Cuida siempre bien
los surcos
Que por donde Tú
caminas,
Van germinando en
el mundo.
No digas palabras
bellas
Si no quieres ver
nacer
Un hermoso
sentimiento
Que no puedas contener
No digas palabras
malas
Si no quieres que
después
Te claven fuerte las
dagas
Por lo que sembraste
ayer
Las palabras son
semillas
Que deben ser con
amor
Nunca las vuelvas
mentiras
Nunca las vuelvas
traición
Las palabras son
semillas
Que no suelen germinar
En el camino en que
pisan
Los que caminando van
Cuida que no haya
guijarros
Cuida que siempre
haya sol
Sin espinas en el
prado
Puede nacer la ilusión
Las palabras son
semillas
Que puse en tu corazón
Y como no las
cuidaste
Nuestro amor no
floreció
UNA VERDAD
Un día me enamoré profundamente de alguien que desde
un inicio me mentía, pues el amor es una venda que te impide ver lo evidente.
Me enamoré de un castillo de arena, un unicornio azul, una figura en las nubes,
del tesoro al final del arcoíris, de la cara oculta de la luna, de una mentira, en resumen. Mentir es innecesario, me decía Clarissa
Malheiros, actriz de cine y teatro de nacionalidad brasileña, en la clase de
Dirección Teatral, en el Centro Nacional de las Artes, ella decía: “Yo tardé
mucho en entender al mexicano, porque en Brasil si te invitan a una fiesta y no
puedes; dices no, pero el mexicano dice sí,
cuando sabe que no puede; entonces entender al mexicano es difícil porque no
sabes si el sí es un sí o un no”.
Una mentira puede terminar con una vida, con la honra
de un ser, con la ilusión de un niño, con la esperanza de un país, mentir es
malo y más cuando se mezcla con amor. Hoy todavía no comprendo por qué alguien
que tiene belleza, juventud, energía, talento, amor y amistad es capaz de
mentir tan fácilmente, y hoy no puedo saber claramente qué de todo lo dicho era
verdad y qué mentira… No sé si me
quisiste como yo te quise, pero sé también que la mentira no dura eternamente,
y tarde o temprano todo sale a la luz. Sé que la mentira es prisión para
quien la dice, y daga para el que la cree, pero la herida se sana y de la prisión
difícilmente se sale, mentir frecuentemente ocasiona que la gente pierda el crédito
en sus palabras, como decía Juan Ruiz de Alarcón: “En boca del embustero la
verdad es sospechosa.”
Mi amor no fue mentira, mi dolor fue una
verdad, recordar espejismos no tiene sentido, la sociedad en su conjunto es
mentirosa y crédula a la vez, muere por la misma daga que clava. Cuando te
digan que soy lo peor del mundo, así lo quise hacer, así créeles también…
UNA VERDAD
Cuando hablen mal de
mí, créelo todo…
Cuando hablen bien de
mí, créelo también
Cuando te digan que
soy lo peor del mundo
Así lo quise hacer,
así créeles también
Cuando no hablen de mí,
es porque he muerto
Y entonces habla lo
que aprendiste tú
Dame la vida con la
luz de tu recuerdo
Siembra y germina la
semilla de mi luz
Cuando hablen mal del
amor que nos tuvimos
Cuando te digan que
nunca valió este amor
Solo recuerda todo
aquello que vivimos
Si vale o no, te lo
dirá tu corazón.
Cuando recuerdes las
mentiras que me diste
Cuando recuerdes lo
que yo dejé por ti
Sabrás que en vano
fue todo lo que mentiste
Si yo te amaba como
eras, sin mentir.
Cuando hables mal de
mí, lo creerán todo
Cuando hables bien de
mí, lo creerán también
Cuando tú digas que
soy lo peor del mundo
Tú lo quisiste así,
pero te creerán también.
Cuando digas a todos
que estoy muerto
Será entonces cuando
mentir no puedas más
Te tomara del corazón
un sentimiento…
Y al fin tu boca habrá
dicho una verdad...
LO HUNDISTE EN EL MAR
Tú has tenido la culpa…
Ella… quería volar
Le cortaste las alas
Y se perdió en el mar…
Tú has querido su daño
Pues pudiste evitar
Que sufriera contigo
Y preferiste jugar…
Tú querías quererla
Ella quería querer
Más quisiste perderla
Y hoy no quiere volver
Hoy la vi cabizbaja
Tal vez pensando en ti
Al final de un camino
Que la lleva a morir
Ella piensa si cierra
O regresa a tu amor
Se recarga en la puerta
Y al cerrarla da un: no
Tú mi triste amigo
Tal vez debías llorar
Pues tuviste un navío
Y lo hundiste en el mar
DESCONECTA EL CABLE
Vamos… desconecta el cable…
Vamos… ya empezó mi fin…
Vamos… no quiero dolores
Vamos… por amor di: sí
Yo te traje a este mundo
Hoy tú lo harás por mí ser…
Vamos… desconecta el cable
Vamos… no quiero volver…
Yo, ya conocí las flores
Yo, ya vi un atardecer
Yo, ya nadé en mil mares
Y, de todo hice ayer…
Hoy yo ya no tengo fuerzas
Tú las perderás también…
Vamos… desconecta el cable
Vamos… te volveré a ver…
Yo te amo, eres mi hijo
Sé; tú me amas también
Vamos, vamos corta el hilo
Siempre, lo agradeceré…
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