Locuciones de metro.
Y
porque no habrá grito sin silencio.
Y
porque también podremos soñarlo.
Por
los ancianos que hay a la entrada del metro
Y
piden limosnas, vida o pan.
Por
los niños de cara con mocos
De
lagañas incautas
Y
miradas de necesidad abundante
Por
los perros a la orilla de los vagabundos.
Por
tu sonrisa en el torniquete
Por
el pib, pib y los anuncios de metro
Que
harán el viajetúnel más ligero.
Por
los vendedores masturba sonido
De
revienta tímpano quema cabeza
Por
los rompe bolsillos.
Y
los silenciados reparte papeles pide limosna.
Que
se emputan si no compartes el salario
Y
se les va la vida en pedir.
Viajetúnel
De
miseria ciega.
De
ojos llorosos.
De
ojos color de nata de noveonada
De
miradas perdidas
De
ojos con nubes y miseria.
Y
sudorosas morenas pieles
De
sacos y corbatas con complejos
De
transporte no merecido.
Y
miradas de extraños,
Extranjeros
extrañados
Transporte
ocupado
Por
extraños con cámara.
Patidifusos
De
la cotidianeidad absoluta
De
un tercer mundo.
Acaso
más lejano al sol de sus mañanas
Tras
el atlántico.
Y
afuera en las banquetas del subterráneo
Morenas
caras pintadas
De
limpia zapatos de tinta de brillo
Para
contar un chiste repetido.
Por
el cual no sé habrá de recibir dinero.
Y
las pieles oscuras de sol
Con
mensajes de arrepentimiento,
A
cambio de dulces o rosarios
A
trueque por monedas de cinco pesos.
Que
no reconstruirán
Los
sueños de la juventud
Vaciados
en paredes frías
De
avenidas gigantescas,
Largas,
largas, largas.
Largos,
largos, y tierra dentro
Túneles
que no llevan a nadie,
Ni
más arriba ni más abajo.
Acueductos
nocturnos de rata
Casas
de ratas,
Y
humanos que transitan por ellas
A
fin de llegar a la ratonera mayor.
Ciudad
oscura. Ciudad subterráneo,
Ciudad
abajo, abajo, abajo.
Abajo
el túnel es un mundo.
Y
se vive de a diez pesos.
Y
se duerme camino a casa
Y
se mira la miseria sin decir nada
Y
fingiéndose para si mismo
Más
oscuro y mas adentro
La
propia miseria absoluta.
Mientras
vemos a los intentos de faquires
Y
a los anuncios de trabajo,
de
marchas, de olorantes y comida.
Y
otra vez la misma cara, la misma herida.
Abajo
es otro mundo.
Otra
llaga,
celda
mortuoria de los que caen ahí.
Y
alrededor de la entrada al subterráneo
banquetas
rotas de miradas, desgaste.
Y
nada, afuera muchas veces
más
oscuro que adentro.
Pared
Te encuentro desnudo
En los bordes de mi boca
Permanente me queda
El sabor a vivo que expeles
Parados y al descubierto.
Sobra la calle –territorio de innumerables cenizas-
Hay vientos vacíos que se llevan las imágenes
Caminos en círculo que no han sido empezados
-Un vuelo profundo de la alucinación-
Desnuda estoy: encuéntrame.
Y si pregunto ¿en qué estación de trenes?, es
Para que el tiempo no expire pronto
Porque vengo al sitio que es tuyo
A comerte las entrañas
A dejarte palabras descalabradas
Sobre las paredes de tu casa
Caminos
Vamos a invadir esta ciudad
A conquistar el asfalto con sexo
Y humedecer los caminos con las lenguas
Yo que de polvo y smog llevo cargadas las maletas
Todos los caminos me llevan a tu casa
Y cada parpadeo te acerca a mí
Abre la boca
Húndela entre mis piernas
Voy a despertar tus caminos
Dame la hora antes de que caiga la tarde
Muéstrame los palacios de esta ciudad fija
Vamos por la puerta
Ábrele a la noche, tu cuerpo se confunde,
Las luces parpadean
Montículos de tierra llenos de cosas
-mi cuerpo en tu casa-
Autos reptando en las calles
Yo, trepando tus caderas
El hormigueo de mis piernas
Enciende tus constelaciones
Lunares: puntos de cruce en un mapa.
Ciudad inadvertida: Llega y toca la llaga que hay en
cada paso
Yo juego a recorrerte
Y tú a que te comes este pedazo de mundo
Que yace entre mis piernas
Tu cuerpo, letras
y deseo.
Tu cuerpo es para mí la carta de un suicida.
Testamento.
Una orden.
que he considerado mantener como guía.
Escritura.
Testimonio.
entrada a tu locura y soledad.
Y escribo te.
En tu cuerpo a papel
Con las puertas cerradas,
-por saberte macho,
La desmesura poética de mis labios.
Metamorfosis subcutánea
Movimiento perpetuo.
Un péndulo que oscila entre tu vocablo
Cuerpo. Figura.
HISOTRIAS
La
silenciada conoció al silenciador,
En
un viaje nocturno.
Y
se enamoró
De
su voz de corta cuello
Y
su epígrafe de amante.
La
silenciada lo escuchó por horas
Y
sin decirle nada lo hizo dormir
Con
la mano en su entrepierna y
La
cabeza en su pecho.
Y
el silenciador durmió.
(Tenía
que descansar la voz)
Y
al despertar, volvió a escucharlo.
Escuchó
en su voz de amante nocturno
Canciones
de Nueva York.
Y
en su voz de moldeador
Promesas
de atrevimiento.
Pero
en la noche,
La
silenciada no pudo ver
La
cara de miedo del silenciador.
La
silenciada conoció al silenciador
En
un viaje de noche
Entre
canciones de Nueva York.
Y
canciones donde él
La
invitaba a quererlo.
MUJER MARIDA
Tenía un cuerpo abierto
Las uñas rotas
Tu verga firme me abrigo
Tu boca me dijo mentiras
Cerré los ojos y empecé a gemir
Me deje penetrar hasta el alma
Termine en tu casa
Preparándote el desayuno
Explicaciones
Tu padre fue un cabrón pletórico
Que se creía poeta
Y yo.
Yo supe que te amaba demasiado
Como para conocer tu rostro.
Decidí no traerte al mundo;
Como quien decide no comprar suvenires
Para no llevar sobrepeso en el avión
Jamás te odie, ni fue un acto de venganza
Sólo supe
Que no traerte era lo mejor opción
Lo confirme tiempo después
Con el paso de los años
Y la decadencia del mundo.
A veces aún me acuerdo.
A tu puerta
Llegare a tu casa
Cuchillo en mano
A abrirme las entrañas
Mira, ahí esta, palpitando
¿No te reconoces?
Escucha, pronuncia tu nombre
Te recuerda.
Sabe quien eres
Siempre será del mismo tamaño
Su recuerdo no crecerá
Es una verdad del tamaño de un grano
No importan los muros afuera
Las paredes que me hayas impuesto
Llegare a la puerta de tu casa
A llamarte por tu nombre
A decirte que te recuerdo
A que me mires
Sigo aquí.
Ve
Ahí donde nos vimos
En el silencio que tú me sabes
Ningún recuerdo
Ha quedado en tu vida
De lo que fuera mi nombre.
Huellas
Es una huella de pedazos
Lo que transita, entre nuestras memorias
Ha sido corto el aliento que
Nuestro silencio no nos ha dejado interpretar
¿A dónde van aquellos pasos que nos hacen temer de
nosotros mismos?
Abderrazak
Llegare a tu casa
A montarme a tu verga musulmana
A usar tú cocina
A leerte el Corán por las noches,
Antes de que tu espada me embista
Hasta quebrarme en bramidos de dicha
Llegare a tu casa porque me lo pediste
Que más daría yo
Por pasarte juventud de entre mis piernas
Mientras me lloras desde dentro
Y quedarme con tus años…
Con tu árabe y tu lengua
Tu francés
Tu africana piel
Batiéndome en dicha revolcada
Dime que es más fácil cubrirme con tus cantos
Que me vuelva a nacer otra alma
Y entonces
Píntame, pedazos de dios en la piel
Oraciones en tu lengua
Y devórame, recítame, cántame.
Mientras me llevas a bramar de dicha
Mientras te corres desde dentro.
Llévame
Si me vas a llevar
No me traigas de vuelta.
Puedo volar de regreso.
Si me vas a tomar,
Tómame completa
Como el jarabe que te quitara la gripe;
Esa gripe que siempre regresa
Y para la cual no hay cura.
Conóceme
Desde el sabor de mi sangre
Hasta el lamento que exhale
Cuando me llores por dentro
Cuando viertas tus lágrimas
Desde tu carne,
Y si te cansas
Conviérteme en tu canto
Para irme con la brisa
Y confundirme en la arena.
Cántame hasta que la cordura se nos pierda
O quédate conmigo
Para ser la loca de tu casa
Que en cada rincón recite palabrotas
Que deje la humedad de su cuerpo
Y su mirada perdida en las paredes
Para observarte constante
Y esperarte mientras
Se besa con otros nombres
®Diana Ubicua
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