Línea
Sobrevivir nos cuesta toda la vida
el olor, el sabor y la piel
van de banderas subterráneas
apenas al ras del alma.
La derrota
Veo a través de la inocencia
un mundo resplandeciente de misterios
veo y eso no es extraño
pues mis ojos hacia dentro
son tan largos como la historia
y tan profundo como Dios.
Luz a todo lo ancho de la piel
del pie al universo todo es universo.
El mirar pródigo con su años a cuestas
llega y revienta como un poema en el agua.
El hombre de hielo es el fuego
sabiduría simple como la mano
la huella digital con seudohistoria
alimento de bestias ejercitadas
para jalar las cadenas del mundo.
Veo a través del mirar
un mundo secreto que está por venir:
veo en el acto más viejo
la inquietud del huevecillo
en la punta de la flecha.
Reptil con alas
Levantar la tapa de los sesos
en aras del espacio.
Las ideas cambian de piel
como las estatuas cambian de invierno.
Los ojos de los sueños cascabeles
celebran el eterno de estar vivos.
Nada hay en el árbol sagrado
que interese a los que en futuro respiran.
Levantar las alas con su cáncer
compartir la bestia laberinto.
En cada pisada está el hambre
y la primavera aclama cerebros vacíos.
Comenzar
Entonces decir lo que he dicho
con otro tipo de modestia
le dará a la voz vieja
algo de algodón alumbrado.
Crear a la vez otra mentira
al fin el uso y con gozo
como todo en el mundo brilla
lucirá y será entendida
de tal forma que su resplandor
será oscuro y con colmillos
que abran a dentelladas
los bailes donde la realidad
son muchas y más tantas como ojos
habitan los vagones del metro
como ojos que parpadean con ese don de ciervo
con esa estupidez de víctima.
Todo está escrito menos lo que yo escriba
y de camino es su cuerpo
y su sombra es de pozo
y temblorosa su carne de respuestas.
Olor
La sombra el olor de la caída
olor del lloro
al sangro de una nube negra
de vena olvido por los días
sombra olor de invierno en harapos
de raíz podrida bajo la nieve
olor de lo lejano
en el negro movimiento de la ola
en su más profundo sentimiento
flechas las pestañas de la sombra
que busca olfato
rayo imaginario en las piernas del relámpago.
Invocación
Voy a invocar ahora la piel de los mendigos
sucia nube despapelada
vela de buque fantasma
surcando calles de alcohólico vapor.
Quien te extraña alguien en su memoria
crónica de piel devastada
sobre coladeras que saben tu nombre
y reciben tu caricia
en epidermis cariño por las costras.
Ganar la tierra
(San Cristóbal)
Caminar con los corazones devastados al aire
con la imagen reflejada en las nubes
enamorados de humos
eternos espejos de lo inútil.
Bajar con los pies de luna
sobre el mortal dragón que muere
para darle vida a la muerte
ancestrales llantos de las piedras.
Tierra de todos los muertos
cascada de noche los dioses
para andar con los ojos trenzados
con el metal de besar en los labios
y un temblor similar en el pecho.
Críptico
En la gentil finura del cabello del sueño
está agitado en sí mismo el cosmos.
Una mano lo borra y rehace con el dedo
sobre la arena del mar y del tiempo.
Así en claustros el sol se arrastra
molusco infeliz entre el placer y el destierro.
Así de cerrados viven los ojos del muerto
solitario hijo petrificado en la tierra
polvo deforme del caminar despacio.
Del regreso
¿Quién es capaz de hacer
que la humedad salga y respire,
hacer que la espiral se vuelva clímax
sin perder mano ni cabeza?
Nadar en los abismos encontrados
de lágrima, carne y piernas retorcidas.
En el manco abrazo del verbo rojo.
¿Quién del amar regresa completo?
Subterránea
I
De las banquetas nacen
apresuradas ratas de concreto
presagio tormenta a fuego lento
negra conciencia en la muerte ciega
de las luces de neón
abajo caen cuerpos como flores que se arriesgan
al suicidio colectivo en estos túneles
sedientos y nostálgicos de amor
Manos miles de millones tristes todas
buscan aire entre cuerpos que se funden
al metal vivo, pensante de anhelo
en la confusión de ser sin ser
de lamentos al desierto Subterránea
buscan llagas en cualquiera de las puertas
(fuga del paraíso) que les cuelga al cuello
un letrero de salida.
II
Subterránea es ella enamorada
con pañuelos blancas despedidas
con gota de sangre al comienzo
del viento un túnel que transpira
en amor del grito oscuros trenes
vagón fantasma infinito
llegar al corazón de Subterránea
flecha de aire en la puerta de los vientos
levanta el vestido cuando llega
la mano sudorosa del destino
une voz y boca con un aceitoso beso
relámpago en la noche suspendido
cuatro labios el cielo
cuatro infiernos de brazos
abrazo seco en suicidio
húmedo deseo el grito
búsqueda dolorosa en los pasillos.
III
Cómo permites enamorado polvo enamorado
ser metal y vergüenza.
Tu espíritu opacado por la velocidad
de perderte sin haber encontrado.
Subterránea y leve
¿qué buscas entre las tripas de los perros citadinos?
Las lunas viajan al frente del vagón
y el cansado sudor de los usuarios.
El sol, Subterránea, el sol es creado por ti.
Persona no identificada
para Rafael Medina
Ahí delante de la luz mi cuerpo
con un rayo de sangre mal cosido
que despierta y se duerme de vientre a cabeza.
Cuerpo mal querido por los hombres
y mal deseado por las hembras.
Ahí con mi mano tanteándoles el culo al silencio
perdido en mi ficha, un sin nombre y con hambre,
al dedo de mi pie derecho se abraza una etiqueta
llora por mí y vuela por los pequeños aires
que hacen las alas de los ángeles al pasar por aquí
sin reconocerme.
Sobre el metal un cuerpo
vacío pellejo sin alma ni tripas
esas, me las llevo al infierno
por si no hay nada para comer.
Voz para los poetas de la ira
El cascabel que llevan los pájaros en las alas
el fluir desde la garganta al pie
ser fuego de su propia agua comprimida
y en esa obscena altura saludar al grito
esa maravillosa herida en la voz
en esa sepulcral mirada aguda que es la palabra.
Baladro
Vengo desde mis ojos
primer encantamiento que da la vida
después de balbucear la naturaleza
que ocupa tímida mi boca.
Continuar con el rosario
en mis dedos ateos desde el nacer
y contar los olvidos.
La piel entonces lleva nombre de los nombres
pasados por la fe
que encuentra en lo cruel su razón.
vocal por vocal tiene sonido
entre toda la amargura del engaño
y así del suspiro al lamento
está de largo el martillo de lo blando.
Nunca de los jamás
Ningún árbol ni una nube
ningún asesinato ni una guerra.
ninguna melodía ningún llanto
ni un nacimiento ni un funeral
nada ni la nada
queda al fin en la memoria.
Unos minutos antes
tal vez se piense en todo
por mientras la mancha
se arrastra acercándose por fin
nada mi la nada
queda en la memoria.
Ninguna flor ningún sonido
ningún remolino ninguna agua
ni lágrima de fuego
ni carbón alado
ninguna profundidad o superficie
ni otra muerte ni tu muerte
nada ni la nada
queda en la memoria.
Retorno
Hay manos que salen de la tierra
reclaman el reino prometido.
Hay arena en la boca del misterio
y angustia en el olor de las miserias.
Son aquellos regresan del vacío
cautivos sus tallos y sus hojas
del olvido a lo tierno
antes de ser muertos muertos.
Sus dedos se arrastran
como justicia tentadora de lo amargo
y son rayos los que en sus uñas florecen
y una sonrisa torpe de calavera se enciende.
Días nublados escapan de sus cuencas
es recuerdo en suspiros
y un corazón late junto al de la tierra.
Felicidad infernal
Con la voz de fuego un pez
el llorar lento de un caracol
los sueños de la estrella marina
y la sangre combatiente de un Tritón.
Bajo el dolor de la luna
y el espumear de ira de la espuma
sobre la felicidad infernal de las ballenas
y el nostálgico cantar de las Sirenas.
En el sagrado ulular del grano de sal
se forman evolutivas calamidades
Tras detrás tras detrás tras detrás tras
primera segunda tercera cuarta quinta sexta séptima
tras la séptima ola van las montañas
en la séptima ola terminan los tiempos
cuando la séptima ola muerde contra la playa
la séptima ola se nace hombre.
Punto muerto
Hasta otro hombre
con hielo seco en la lengua
las ventanas mantendrán las visiones guardadas
y los niños no crecerán en cuerpos maduros.
Sentarse entonces a la vera del camino
ver desfilar los tormentos con sus ríos
que escapan de las flores
que huyen de sus mañanas
porque los futuros están marchitos.
Así contemplar el fracaso iluminado
de la máquina, el fracaso carnal del hombre,
y el divino fracaso de Dios nuestro Señor.
Hasta que venga ese otro hombre
con sombrero de ninguna parte
ocupemos el punto muerto para subir
y ver detrás de la barda.
Melanclenos
Qué ven mis instintos más amados
niños jugando con sus mantos
de dónde estos niños
de qué vientre luminoso han salido
cuál de todos los pulsos del mundo
les dio fe y gloria para su juego.
La nocturna se entretiene con sus sentidos
y el latente arrullo del arco iris
duerme el sueño de los justos
pero los niños con el corazón de invierno
juegan con su oscuridad azucarada.
Elan
Salí de mi boca
como el mar sale de la suya
y arrebata su nombre del primer impulso.
Salgo de mi boca
y encierro en una palabra el mundo
como el sol guarda sus horas
en el lento crecimiento de las uñas.
Periodo lunar mi mano izquierda
humano mi mano derecha
en una explosión constante de flor.
Autorretrato del que vuelve
A la espada le crecen cabezas
a los labios besos como hongos
dulces sueños le nacen a la amoratada boca del ahorcado
y temerosos se acurrucan paisajes en los poros.
El que vuelve siempre es hijo del que parte
más oxidado su cuerpo regresa
más joven de vejez
viene del brazo amable de los fantasmas del camino.
Ríos desembocan a la mar corazón
flores le explotan a las manos
silencio juega en los confines de la boca
rugosa luz del deshabitado.
Sendero es lo que nace de la espalda
de los pies el espacio en biombos
el hombre de su boca
las estrellas, el verbo y el regreso.
Secretos
Levantar los sueños
como un niño levanta las piedras y sabe:
hay escorpiones que sostienen
el universo entre tenaza y tenaza.
Levantarlos con la dureza del agua
calma nacida del lamento
que el asesino cuelga
dentro muy adentro del ropero.
Morbus del cielo
Una y otra vez la misma altura
con el dudar de la flor
la tronadera que no cesa
dentro del cuerpo
como si el espíritu explotara
en millones de chispas prometeo
y sin contestar se fuera uno a la cama
con esa misma altura de hombre
sin más ni más que hombre
condenado por su propia explicación.
La inocencia tiene mejor cara que nosotros.
La espíritu santa
Si es que son sabios y locos
pueden diferenciar el brillo del polvo
el saber dulce del lodo
el amor en la entraña del odio.
Tiempo es de reconocerse
tiempo a desanudar las gargantas
tiempo de espejos y diablos.
Para saber que la sombra es la otra
para saber que el cuerpo es de ella
que viene a decir lo que no van a creer.
Comenzar con los hombres
dolor infame del vientre de la tierra
vergüenza en llaga del sediento día.
Preso hijo del dolor del hombre
inocente en la condena por la palabra
la flor roja adorna su frente
millones de colibríes aturden su oír.
El pensamiento abre un espacio en blanco con sus alas negras
entra el torbellino de la frase común
todo se vuelve calma.
Inteligencia confundida con nombrar
horror de nombres las cosas.
Arcángel mayor con la Espíritu Santa
que esconde bajo el manto espada y pena.
La hija mortal del hombre es la palabra
vuelto el verbo en desesperada carne
se encuentra lista la tierra.
Cita
Me dejaré llevar por mi asesino
en sus manos sueños de victoria
cuando el cuchillo o la pistola
tengan su punto de unión con el destino
en el mismo lugar que yo llamo mi cuerpo.
Chopin está cantando
Por la noche mi mujer arrastra cuerpos
y bajo los pies del ahorcado nos reconocemos.
Con la muerte hay que andar despacio
como si tuviéramos vidrios en los zapatos
o humo de pájaros en la cabeza.
El mundo se enjoroba sobre un piano
y mi mujer es la noche con sus muertos.
Marco Fonz
Tan simple, que me deja pensando en las catarsis guardadas de la noche
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