BEATRIZ SAAVEDRA
DESASIDA
Pertenezco a la tarde que me
aguarda,
metamorfosis de años en reposo
deshielo de mi nombre.
Una senda de piedras malgastadas
cuerpo adentro la sangre nos anega,
tiñe mi escritura impenetrable,
mana de mis formas sin sentido.
Hembra suelta al sol reposo
soy naufragio,
eco submarino de la grieta.
rumor de lluvia a tientas me recoge.
¿Qué soy desdibujada?
escritura rápida en el viento,
torbellino de las apariciones,
eje que sangra en los solsticios.
Un río de huesos me arrastra,
puñado de sombras abismal,
país interminable de latidos,
médula escamada de tierra.
-Ya fuera de sí mismo
en su vacío
el mundo desasido se contempla-
DESFASE
Recojo a tientas la noche
que entra adelantada,
mi cuerpo, exhalación apenas,
¿estoy muerta?
esta noche no hay un sitio
la luna arriba,
sola.
Entre las rendijas el enorme
silencio
es relámpago que arde,
hablan mis sueños de mareas negras,
redención de tiempo aniquilado.
pensamiento recién nacido
que arrastra su corriente.
Señales ambidiestras
desploman sus ojos desplegados,
son vestigios de muros indecisos,
memoria que el espejo desdibuja.
mi propio delirio se levanta
me acaricia,
me ataca.
SOMBRA
I
Mano ligera sobre la palma del
suelo,
me abandonas entre las ventanas.
Ánima etérea separada del mundo,
única puerta al infinito.
Fragmentos que parpadean
en eternidad momentánea,
espejismo con sed atormentada,
polvo insípido que se levanta y cae,
en marcha fluye su desnudez
bajo mis ojos.
II
Se disuelve bajo sus plantas,
es luz en mediodía,
cada piedra es un pozo
de agua dormida,
silenciosa,
sin huesos
filtrada entre las hojas.
Los grises abren sus pasos
amortajados,
en espesuras,
encrucijada de cielo.
Son mercurio intensamente blanco.
III
Prisión transparente, cuerpo
abandonado,
forma sutil de estar presente,
tú existes de otro modo
sin vida, tampoco muerte.
Gastada por las noches
eres imagen que no pesa,
idea fija, rumor de pliegues,
quietud, danza sutil en línea recta.
IV
Arena seca, ya sin tacto,
tu sangre es tierra.
Impalpable secreto de humo,
forma incorpórea que respira,
espejo de una rama,
relámpago geométrico, persistente
muerte petrificada,
aire en el aire.
EL AIRE SE
REPITE DETENIDO
I
Interroga el pensamiento
en la atonía del mundo.
soledad y tiempo
extienden sus abismos
de rostros que avanzan,
donde nunca me he movido.
El delirio me levanta desarraigada
en esclusas de silencio.
Redimiendo los sonidos.
Irrumpe mi cuerpo desplegado
en racimos que se hielan,
goteando en cólera.
La memoria me resuelve lentamente,
a pie de mundo, en búsqueda
me sostengo inquieta,
entre muros que circundan, floreciendo
como antorchas esculpidas,
y lo informe, palmario se revela,
conjunción de pensamiento y cuerpo.
II
Curtidas las losas
en el centro graneado de la tierra
se funden los huesos,
la sangre se desmorona,
asciende al viento,
reposa,
arde inmóvil sobre el vértigo,
y rompe atada al cielo.
Busca un filo de infinito para
asirse,
no tiene dónde volver los ojos,
se fugó el instante apenas,
donde rostro y
memoria
frente al espejo muerto
han de ser algún día
palabra de silencio,
transparencia,
aire,
nada.
Desvarío - Simetrías
I
No basta quedarse solo.
El vértigo tiñe gritos
de viento entre las ramas.
Silencio sin forma,
cayendo.
-Imágenes que inventan lo sentido-
Nadie tiene que decir nada.
Poema incierto de un rostro,
el mar y su muerte a cuestas.
Detengo mi sangre en un instante
de huellas anónimas.
Los espejos del insomnio
lo repiten como un soplo.
La noche no se mueve,
la propagan mis oídos.
Vaivén errante
acuñado entre las alas.
Sobre tu cuerpo
de memoria levantado
respiración de viento
que llamamos sin nombre.
Eco de imágenes
tu médula en movimiento.
II
Los reflejos se vuelven simulacros
entre llamas derramadas.
Son párpados cerrados,
quietud, forma aparecida
de grietas desnudas.
Saborean el abandono,
cuerpos sin sus ropas.
Confusamente apenas
el desvarío de las simetrías,
los fulgores de tiempo.
Habito en su sonido.
Soy mis ojos.
III
Nadie sabe ya tu nombre
queda la noche detenida,
su violencia es quietud.
Busco mi sal, mi sílaba.
La luz pierde tus huellas
mana del tiempo devorado.
Te pierdes, te fragmentas
Certeza a solas,
razón desprevenida
inventada por lo que seremos.
Al filo de tu piel
***
Hay un hombre que habla
como a mí me gusta
tiende redes de palabras
que habitan los instantes.
***
Soy
náufraga
en la inmediatez de las sábanas
Se abre el cauce del deseo
y en el temblor
tu voz congela su palabra
tirito sobre mi noche
silenciosa
soy piel viva
que nace al nombrarte.
***
Tu humo delgado
mueve el horizonte
para no flotar delante de ti
alimento poco a poco tu imagen
esta sombra
flota sin prisa
bajo el aire.
***
Tu piel
adivina mis presencias
un sueño
donde tu rostro se hunda
y nos revele
No hay hora para salir de ti
en este túnel
mi voz es mediodía.
***
El viento dormido
parece mediatarde
sumergidos
nos vamos penetrando
para disimular el vuelo
de ángeles puritanos
mi boca no se atreve
públicos
saqueados
nos tiramos al fondo del cielo
sin pensarlo.
***
Tu voz vencida
es sueño en los sentidos
curte las calles
ciñe las horas
y los atardeceres
que nos separan.
***
Para salir de mí
le doy al mundo
el auspicio del silencio
los astros a punto de estallar
la memoria
Esta nocturna agonía
en que levanto mis horas
y me expando.
***
Descíframe en el aire
en los largos caminos imposibles
donde abrazo mi vida como un aura
para que el dolor no me desangre
el silencio se ha detenido en mi
garganta
hace ya tantos años.
***
Enorme la marea de los sueños
la sombra de los rostros se
disipa
Corriente adversa que nos tocó
aprender.
***
Mi sombra arrastra
este aire que expira
destruye mis
brazos fríos
la vida de mi piel
en cólera
amanece
mi propio desnudo
no te reconoce
Tu lengua peligrosa
es poesía deshabitada.
®Beatriz Saavedra.
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