JADE CASTELLANOS
LOCURA I
Guardo tu
aroma
en el
rincón más oscuro de la noche
Me
arrebatas los pensamientos
Y las horas
dulces
frutos
palpitando
dentro
Nombro tu
presencia
con el gozo
del primer día;
placer y
angustia mezclados
para
bautizar la flor
que nace,
roja y pura
Tus labios
más
dulces que las uvas
me llevan
al abismo
¿Cómo
explicar ante el mundo
estas
ansias de embriagarme,
este nivel
de locura
en la
sangre?
¿Acaso
tengo que justificar
mi corazón
rugido,
mi trémulo
cantar
entre las
olas?
¿Por qué no
escupirle
al mundo
que ESTOY VIVA?
RAÍZ
ARDIENTE
A mediodía
una
limonada, un café
frases
cortas
de
connotaciones largas
La sonrisa
vertical
que te
añora
un beso de
raíz ardiente
en la
entrepierna
La plenitud
de la entrega
que sólo
acontece
en las
miradas,
iluminaciones
que prometen
la luz
cenital
del fuego
nuevo.
MANTRA
Silencio
La calle
muda y sola
Un cuarto
roto
El guía
espiritual
que me
aterriza
Mantras
creadores de luz,
vasto
sonido del fuego
Crepitando
a medianoche
La antigua
opresión en el pecho
Después el
viaje
Antiguo
desprendimiento
Añorada
libertad.
OTOÑO
Sobre las
palmas
altos
destellos dorados,
la quimera
del cielo
que susurra
En un
latido
la caída
ondulante
destello
rojo
Caoba la
mar
plañidera
de hadas
Siempre me
encuentra
sentada
frente a ti
Onda
eterna, iridiscente
Vuelco salino.
La
tentación del vacío
es
demasiado grande
Sólo
arrojarme y dejar
que la
gravedad
haga el
resto.
Lo que
separa
la
normalidad de
la locura
es esta
línea de agua_________________________
esta línea
tan fina
casi
transparente,
para mí
desconocida.
Escuchaste
su voz,
el canto
que estremecía
y el tiempo
no pasó
y la herida
estaba ahí
Por
siempre
mientras el
flagelo
del
aire
torturaba
tu piel.
Escalofrío
sonoro.
CAÍDA
La noche y
su hendidura perfecta
Clave de
sol que estalla
en
mi boca
Luz de
azogue en tus pupilas,
espejo de
ondas renovadas,
acantilado
en el que vuelvo a caer
desfallecida
Soy una
sirena
atrapada en
sus propias redes,
Circe que
languidece
cuando la
luna descubre
nuestra
piel,
luna cuya
luz se escapa
a raudales
entre mis piernas.
DÉDALO
Me sumerjo
a fondo,
me dejo
hundir
en esta
pasión que
todo
lo arrastra,
en este
laberinto
de llamas
siempre vivas
Eres el
Minotauro
que laceró
mi vientre;
necesito tu
herida plural
esta llaga
que duele y goza,
que se
renueva entera,
este signo
de luz
quemando
todo a su paso.
ORFANDAD
Ahora sí te
extraño, me digo,
una vez que
cierras la puerta
y vuelve a
instalarse el silencio
en esta
página
Antes creí
añorarte
simples
juegos de inocencia,
esta, en
cambio, es
la flama
del dolor
que se
inaugura,
y de golpe
el mundo
pierde
sonidos, aromas,
la música
que lo envolvía,
la piel que
alumbraba
con sus
latidos ciegos
Nada
palpita ya,
todo está
muerto
en cuanto
apagas la luz
y se
cancela el aire,
los
rincones de luz,
mi corazón
incandescente
Me hiere el
amor
con
su relámpago,
y esta
soledad me deja
expuesta,
vacía,
más que
nunca indefensa.
AGONÍA
Estoy
enferma
cuerpo y
alma
un trozo de
agonía
Mientras la
tarde cae
con su
latir oblicuo,
y el frío
taladra
con su
espina la ventana,
mi ser
languidece
El dolor te
lleva
a nuevos
senderos,
angustias
dulcísimas
cuyo origen
real
no se
revela nunca
El aire que
respiro
no me
alcanza,
boqueo como
un pez
buscando al
girasol
que vuelva
luz
mi herida
permanente.
Noche
feroz,
Acometes tu
rabia
con
voluptuosidad,
Te
regocijas
en el
sueño,
la sangre y
la desgracia
cobran la
cordura
de la yegua
blanca
El grito
escinde la oscuridad,
algo
parecido a la paz
Y yo no
participo de ella.
®Jade Castellanos.
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