JUAN CARLOS VALDOVINOS
I
Eres demasiado libre para intentar atraparte
Eres mariposa,
Colibrí,
Pez,
Humo,
Agua en mis manos.
II
Ven te deseo,
Necesito tu olor de hembra
Necesito que mojes mis dedos
Que
te dejes ir con ellos,
Ven riega mi vientre con tu orgasmo,
Lléname
de ti.
Quiero ver volar esa mariposa
Que
son tus caderas.
Que me montes y estalles como ola
Como
mar,
Como
solo tú sabes hacerlo.
III
Un día llegaré a Ítaca
Y te buscare entre las doncellas
De vestido blanco y corona de oro en su pelo,
Como prometiste te encontraría.
Y sanaré todos los infiernos
Por los que has pasado.
También me perdonaré
No haber navegado a tu lado.
Yo, llegaré a tu playa
Con todo el cansancio y mi boca seca,
Deseosa de calmar mi sed en ti.
IV
Para: Xoch
Se busca a alguien que quiera saltar al vacío,
Que sepa caminar por la cuerda floja del insomnio,
Que no tenga miedo a las caídas,
Mucho
menos que sufra de vértigo.
Alguien que se deje caer como plomada
Y sepa correr olas,
Que no le moleste la arena
Y
disfrute dorarse al sol.
Una sirena que haga el amor
Con
el mar a la cintura,
Que disfrute mojarse en un día de lluvia
Y
ame el aire en su cara.
Alguien que cuando cierre los ojos al besarle,
Sea
mi guía.
Aún tengo muchas ganas de saber de ti,
de saber a ti,
de saborearte a ti,
de saborearme en ti.
XII
A Clau.
No busques hacerme feliz,
Sería feliz si estuvieras a mi lado,
No busques hacerme feliz,
Lo soy si estoy a tu lado.
XIII
Aunque nuestros caminos no vuelvan a cruzarse,
Siempre amaré la forma en que me amaste.
Esa la cual, al terminar de hacer el amor,
Me decías:
“Este es el momento en que te hago feliz”
Y yo solo sonreía
Con el cansancio de la muerte en mis ojos.
XIV
Sigo buscándote en mi insomnio
En esas horas que se escurren,
En esta vigilia de murciélago.
XV
Te regalo mis ojos de abril,
este abril en soledad,
este abril cansado de mí.
Tu abril de crisálida que volara el mundo,
Tu abril con luna de octubre,
Lluvia veraniega y lágrimas de invierno.
Este abril del fin del mundo,
Este abril que te perdí.
XVII
Yo,
Sagitario, flechado
por sus flechas.
Ella,
Acuario, mar que moja otras piernas.
Yo,
Cazador de sueños.
Ella,
Ella monta unicornios.
Yo,
Hades de mi propio
infierno.
Ella,
Ella, Perséfone de
todos.
XXXII
Aún tengo caricias para darte
Y secretos que descubrir en tu geografía.
CORTE FINAL
Soy un hombre al que le duele el alma,
al que le duele cada uno de sus 206 huesos,
que le duele cada uno de los minutos
de soledad en esta vida,
al que le duele la felicidad,
pero sobre todo al que le dueles tú, tú y tu,
y todas las que habitaron su cuerpo
por un orgasmo o unos años a tu lado.
Soy un hombre al que le duele ser humano.
® 2018, Juan Carlos Valdovinos, Bisturí.
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