miércoles, 29 de junio de 2016

Lunes 4 de Julio en Palabras Urgentes: Abraham Sánchez.

presenta 

Lunes 4 de Julio

en vivo a las 17:30 horas por


Estará con nosotros el poeta

Abraham Sánchez

de Editoria Circo Literario

"Crecí masturbándome y viendo a las putitas de las Spice girls.
Escuchaba ordenes de Satanás codificadas en bellas cancioncitas de rock."
 

Además de nuestras secciones:

Cada quien su boca
Notas Imprescindibles
Escritorpedia

Conduce: Andrés Castuera-MIcher
Palabras Urgentes
Las escritoras y escritores tienen la palabra.

miércoles, 22 de junio de 2016

Lunes 27 de Junio en Palabras Urgentes: Blanca Luz Pulido.

presenta 

Lunes 27 de Junio 

en vivo a las 17:30 horas por


Estará con nosotros la poeta

Blanca Luz Pulido


y su poemario


" Jugar a ser, ondular
el cuerpo como el cabello
o la ballena
en tierra o en el agua... "

Además de nuestras secciones:

Cada quien su boca
Notas Imprescindibles
Escritorpedia

Conduce: Andrés Castuera-MIcher
Palabras Urgentes
Las escritoras y escritores tienen la palabra.

lunes, 20 de junio de 2016

Carlos Chávez presenta en "Cada quien su boca" de Palabras Urgentes (20 de Junio 2016)




 

CARLOS CHÁVEZ




Fueron los dedos el anzuelo que atrajo al hombre,
y los ojos un carrete, 
y los hilos se perdieron en mi pelo porque me acarrearon desde lejos.

Te digo que el sol me ignora y la piara huye,
que cuando el bravo incuba, la ola irrumpe,
la cresta nace, los ojos rascan.

Porque es cierto que los ojos mandan picas,
cavan tan profundo hasta quedar a oscuras,
dicen que andan por las minas de la conciencia,
buscando oro,
arena, 
o piedra.
Que traspasan la carne, 
la arrancan hasta desmenuzar la suciedad de nuestros cuerpos. 

Ahora, me han desperdigado por los barrios,
en las añejas calles, en el herbaje,
donde me fingiré barrilla 
y rodaré planeta 
hasta encontrarme sol,
seré del roble,
habitaré en el polen, 
en el secreto ambulante ya dormido,
y en la violencia, con la que se desprende una pluma tras el despegue de un ave.


***

Es el corazón un fruto colgante, 
en medio del bosque enjaulado por costillas,
y las tinieblas en que vive, donde no hay luna, 
hacen ciego todo intento de sentir.

Si es verdad que en los mares del estómago se digiere la sonrisa,
prefiero secarme, religioso con el sol,
mis pulmones abatir, 
que llorando a inhaladas glorifican el suplicio.

Entonces, seré dos veces salmón,
para nadar contra corriente
en las batallas de sus ojos sudorosos,
y desembocaré a trago amargo
en la infinitud de lo abismal.

En la barca, pescadores con sus redes,
ancla en puñetazo partiendo el mar.
Con el peso de las aguas basta,
para entrelazar mis dedos espinosos 
semejantes a la risa de un costillar anémico,
porque he nacido de las brocas que construyen la fragata,
y en sumidero me han formado.

Es mi cajón que está enlutado y se reviste de vacío,
pesan en yunque mis latidos 
al verla reducidos entre cielo y mar,
porque el cielo pesa,
también pesan sus zancadas que su trote está en mis ojos.

Y es que nos aplasta:
deambular entre los muros como eco,
o ser secreto musulmán en las paredes huecas,
sus paredes-mis lamentos.
Que suspiro y me invade me infesta, 
que me cala en sus caricias me quiebra me esguinza.
 
Es corpiño en mi mudanza de emociones,
ya me lleva faraón en sus atuendos,
estoy dentro, 
en el puño que se aprieta, impotente, por la ira,
y por quien anhela lo volátil, capturado.





La casa negra 


He aquí mí casa, 
la biznieta: 
del violento eco que me copia 
y de los placeres de un Atlante perezoso, 
de la mejilla y de los labios, despostillados por besar la sombra. 
Mi casa, 
es amiga de un sepulcro, 
ya que a la hora de mi nacimiento el tragaluz me vio 
–que mi madre es un cripta y yo el muerto que se esfumó, 
para alcanzar los brazos-candelabros que caían de sus hombros-.

Mi casa es la biznieta:
del pecho descocido que se inflama envolviendo muros, 
y del ojo-bulto, que mira cercos tras las piedras de las piedras. 

Mi casa el Coliseo, 
la ruina desatada, [¿] dönde se han escondido las deidades [?], 
en el teatro cómico que explota nuestra frente. 
Está mi mano ya amputada de tanto mendigar, 
y mis huesos desvelados que se duermen con ternura. 

Esta vez han salido los serenos para anunciar mi muerte, 
claro que veo las farolas parpadeantes,
y morbosos ojos para hallarme extinto,
porque fui fogata humeante, 
y cuando el humo negro de mi alma pronuncio la noche, el sol calló.


® Carlos Chávez. 



jueves, 16 de junio de 2016

Lunes 20 de Junio en Palabras Urgentes: Carlos Chávez

presenta 

Lunes 20 de Junio 

en vivo a las 17:30 horas por


Estará con nosotros el poeta

Carlos Chávez



" Fueron los dedos el anzuelo que atrajo al hombre,
y los ojos un carrete,
y los hilos se perdieron en mi pelo porque me acarrearon desde lejos."

Además de nuestras secciones:

Cada quien su boca
Notas Imprescindibles
Escritorpedia

Conduce: Andrés Castuera-MIcher
Palabras Urgentes
Las escritoras y escritores tienen la palabra.

lunes, 13 de junio de 2016

Edgar Elías presenta en "Cada Quien su Boca" de Palabras Urgentes (13 de Junio 2016)


EDGAR ELÍAS

Jarrones

En tu clavícula sembré los dados de la muerte.
Y mi semen regado en la tráquea virgen del silencio.
Donde agonizan los mares con mi llanto.
Y todos los himnos suelen meterse como candiru en mis genitales.
Y el gemido de la rosa
Pariendo truenos en los zancos del juicio.

En tu clavícula caballos de mar de dos cabezas
me escoltan hacia tu pecho.
Como varano en tu pezón asechando el polvo en tus ojos

Y una manada de cisnes luchando en el pantano
de mi lengua donde la Pangea sucede a cada segundo.

Bajo de ella una bahía de muertos se asoma tímida
al asecho del purgatorio
al rose de seducirte en la discordia del parpadeo mutilado.

Júpiter nunca estuvo en tu seno
Si no en tu vientre;
Ombligo de mis muertes.


Soy un cráter debajo la uña de los gigantes
Una púa clavada en una memoria enroscada.
Soy el Egipto en tu torso donde la muchedumbre se ausenta
para hacer un grito de guerra a tu caparazón de cíclopes.
Soy la hoja desmembrada; la piel muerta de tu labio.
Soy todos los himnos en tus sombras..
Soy un recuerdo calcado de los ojos de la muerte.
Soy todo en marabunta y nada en la niebla.
soy la cicatriz del péndulo.
Soy un camaleón de sombras.
Soy el vértice del agujero 
Soy la mantis de tu negrura.
Soy el garabato del morbo en la mesura de tus parpados.
Soy el trapecio mutilado de la luna. Un fósforo jurásico. 
Una melodía perdida en la cabeza del canario.
Soy el anticristo de los pájaros.
Soy el faraón que exhorta a tus palomas reunirse en mi tumba.
Soy un susurro en la guarida del cáncer.
Soy la terquedad del tímpano 
que sangra el ábaco del trueno. 
Soy esa manecilla esparcida en la tumba.
Soy la cloaca que te susurra pájaros y caracoles en tu neblina.
Soy el vórtice del abismo una niebla de péndulos.
Soy ese oleo impresionista vagando en los ojos del equilátero.

Soy el insulto de la anguila.





Te espero en la coyuntura del polvo
Satán; yunque de mil sombras
Te he visto y le temes a mis ojos
Porque no sabes lo que es la nobleza.
Te espero en la séptima taquicardia de mis parpados.
A ver si con tantos mares cremados puedes
Sostenerle la mirada a mis pisadas de formol.
No le temas a mi sombra infestada de ángeles
Tu que imitaste la forma de escupir y hacer los ríos
Al que reina en los cielos.
Tus manos quieren  sostener los himnos de mi lengua.
No me intimidas, te busco porque tienes
En tus 9 cráneos a un humano de sismos.
Mi lágrima taciturna de barcos y tiburones
Me respaldan en mi primogénito sueño.
Te reto a escuchar un solo llanto de una estalactita.
Te reto a escuchar un solo llanto de una estalactita.
A endurecer la erosión del pájaro y levantar los murmullos
De un pueblo en huesos y que luchan contra mis voces Armagedón
No te creas tan poderoso
Porque arriba de ti están 144.000 voces
con truenos dispuestos a clavarlos a tus ojos.
Yo me río de ti satán;
Por qué no sabes que mi lengua es más astuta que tus
Mentiras solo sabes partir y fugarte nunca
Te has quedado a mirar un huracán en los ojos del manso.
Yo me rio de ti porque sabes
Que saliendo de tu guarida el sol
Puede perforarte y dejarte sin alas nuevamente.




 “Aquí el tiempo  fue un hoyo negro que perforo la vejez  deteniendo el péndulo de mis ojos”.
A mi Padre Luis Elias Díaz





El RELOJERO

Observas  la muerte de un mundo con una lente;
Y tu cabeza revolucionando las desgastantes ilusiones ópticas de los cristales. Un preludio analógico desmenuzando las ruedas. Las cuerdas, las manecillas apuntan las 5:00
El cucú de tu corazón entre sale marcando el deterioro del tiempo
Un preámbulo de silencio
Diagnosticando las bobinas del recuerdo.

Reconstruyes heridas de los relojes que marcaron soledades
mas no el tiempo. Puedes regresar las manecillas, brillar-las
Pero el tiempo es relativo.
Abres al cadáver
Recopilando las maquinas heridas
Cambiándolas por deseos.
 
El aroma a tabaco, bencina y a viejo
La radio del fonógrafo parte de tu trabajo
Escurren los minutos muertos.
Eres el recuerdo del México antiguo.

En calles del centro en palma o en madero
Vieja sabiduría entre cuerdas, Jugabas entre cadenas
Entre pivotes y pernos.
Un gran enigma del tiempo
Aquel misticismo perdió fuego tu solo los arreglas a cambio de pesos
La niñez de tus dedos pulía ya los  huesos de un cartier.

Dejaste  el universo  que rebota la inocencia por masticar  la noche  de una miyota
Todos te conocen por tu sabia manipulación de aquellos cadáveres
Grandes sabios, científicos, inventores, intentaron definirlo, pero solo
Lograron medir el tiempo; Egipcios. Chinos, Asirios, Mayas y los mismos griegos
Por mencionar unos
Galileo, Davincí huygens, hooke.

Construyendo el primero hace 3000  a,c, aquel reloj solar.
El caos de la edad media en el siglo VIII .
Los virreyes solo podían alcanzar aquellas clepsidras mientras
Suiza era la catedral del reloj.

Tan Inalcanzables por las ciudadelas;
Pero los tiempos han revolucionado.
El mercado ha sido devastado
Por la entrada del mercado chino.
Grandes compañías has visto derrumbar.

Pelletier,
Cartier,
Todos esos muertos
Aquellos Relojes de Pared, de bolsillo
Swatch, citizen, rolex, etc.
Cual sea has hecho del cadáver que

Vuelva a caminar.


®Edgar Elías.