martes, 24 de noviembre de 2015

Lunes 30 de Noviembre en "Palabras Urgentes": Daniela Dávila

presenta este 
Lunes 23 de Noviembre
en vivo a las 17:30 horas por


Estará con nosotros la periodista y poeta

Daniela Dávila



presentando su  libro



Además de nuestras secciones:

Cada quien su boca
Notas Imprescindibles
Escritorpedia

Conduce: Andrés Castuera-MIcher
Palabras Urgentes
Las escritoras y escritores tienen la palabra.

viernes, 20 de noviembre de 2015

Lunes 23 de Noviembre en Palabras Urgentes: Claudia Hernández de Valle-Arizpe

presenta este 
Lunes 23 de Noviembre
en vivo a las 17:30 horas por


Estará con nosotros la poeta

Claudia Hernández de Valle-Arizpe




presentando su  libro
"Lejos, de muy cerca"


"Dejó de amarme. 
Mi Marido quiere a un muchacho que podría ser su hijo. 
La ciudad es el cuerpo de un deseo que sobrevive..."


Además de nuestras secciones:

Cada quien su boca
Notas Imprescindibles
Escritorpedia

Conduce: Andrés Castuera-MIcher
Palabras Urgentes
Las escritoras y escritores tienen la palabra.

lunes, 16 de noviembre de 2015

Luis Quintana presenta en "Cada quien su boca" de Palabras Urgentes (16 Noviembre 2015)



LUIS QUINTANA

II
A Delmira Agustini.

Yo vivía en la torre esférica en donde todo eran sombras
y soledad. Y no había allí arañas tediosas tejiendo
la tela de la vida; únicamente soledad, una soledad
vacía y larga como la esperanza vana; una soledad que
se retorcía en su propio dolor y que miraba a mis ojos
con una beatitud sombría que convocaba al miedo.
Yo vivía lentamente. Hubiera querido morir para no contemplar
esos ojos vacíos, para no esperar ya cuando nada había que
esperar; me despertaba cada mañana y no sabía dónde estaba;
mi mente programaba el abrir de esos ojos al misterio
de otra jornada y me dictaba lo que debía hacer,
y yo, como amanuense fiel, cumplía al pie de la letra.
Un día desperté muy temprano y allí, justamente allí,
estaba esperándome la soledad.
No quise hablar, porque yo vivía en la torre infinita
en donde nadie entendía. Yo vivía de espaldas al “ser”
y cada mañana no sabía en dónde estaba;
cada mañana me formulaba las mismas preguntas
para hallar de pronto respuestas diferentes.
Yo vivía solo con mi soledad.
Cuando creí estar acompañado eran tan solo vanas apariencias.
Fueron sonrisas fingidas, manos extendidas, cabezas, piernas,
vientres, entrañas de mujer.
Pero todo era falso; la gran mentira había triunfado
—aparentemente al menos— sobre la única verdad
que aún permanecía firme en mi existencia,
esa verdad comandada por la adusta señora que en la torre
esférica imperaba.
Me decepcionó la vida, me aburrió la gente, me hastió
el cansancio de cada jornada lenta.
Y la soledad era la triste hermana; ella dormía a mi lado;
ella me dictaba pensamientos que no podía evadir;
ella era antorcha apagada, vientre vacío, sonrisa expresada
en mueca amarga; vientre, vientre de mujer que no cumplió
su promesa. Y llegó el momento en que todo estaba vacío.
Tú te habías ido para siempre y me dejaste acunando en mis
brazos al hijo que nunca nació. Me dejaste de nuevo solo
y mi amarga compañera te lo agradeció con un gesto sereno,
pero terminante. Te pidió no regresar y cumpliste, cumpliste
textualmente con lo que te había pedido.
Hoy los tiempos cansados no me dejan morir.
Hoy a veces pienso en ti.
A veces mi cerebro me pregunta y trata de hallar en aquellas
viejas respuestas una que se adapte a su necesidad presente.
Pero en vano pienso en ti.
Hoy, a veces, muy pocas veces, quizás ninguna, te veo regresar por los senderos de la noche obscura y tenebrosa.
Pero eres tan sólo vano espejismo que se instala en la torre
esférica junto a las sombras y hermanada con mi soledad.
Quiero morir; sigo vivo; pero mi vida no es vida
en ese apretado espacio en donde ni el último mendigo
quisiera habitar.









A Julio Herrera y Reissig
y sus versos desesperados de amor.
III
Amor decadente que se va
Ya no te amaba y seguía amando la sombra de tu amor distante.
Tú estás en el centro de ese juego sangriento en donde
los dos enarbolamos las banderas del regocijo
por habernos encontrado por fin.
Pero tus armas relucen en esta noche clara de la fe.
Tus armas se deleitan sangrientas en mi piel.
Yo te acepto mientras veo como se derrumba mi universo
poco a poco, centímetro a centímetro, gota a gota;
dolor de llanto derramado sobre las cenizas de
nuestro pasado.
Y me he propuesto amarte muriendo; mejor aún,
me he propuesto morir a tu lado y disfrutar contigo
la decepción de la muerte.
Estoy sintiendo el palpitar de tus entrañas;
me estoy aferrando a ti porque todo tiene un sabor
diferente cuando te amo.
Cuando te amo el odio que siento por ti se retira
lentamente. Pero amarte no es todo. Poseerte quizás;
entrar en ti y creer por un instante que tú tampoco
me odias como no te odio yo a ti a pesar de amarte
con dolor.
Y es el dolor de amarte lo más dulce y amargo que
circula por la sangre de mis venas.
Es el dolor de sentirte hoy mía y mañana —que pronto llega
el mañana— mañana de otro, buitre feroz, carroñero
constante que se deleita en el banquete que dejé.
Quisiera matar por ti; quisiera irrumpir en el espacio
que has compartido con el intruso feroz, para inundarlo
de mí, llenarlo de mi presencia y que de este modo
te resulte imposible olvidarme.
Es el placer sencillo de la venganza;
es el grito apagado que dirijo al cielo de mi vida
para pedir dos bálsamos que templen mi alma:
el olvido y la resignación.
Es entonces cuando comprendo que te odio cada día más
y más a pesar del amor que siento por ti.
Estoy desfalleciendo mientras las luces apagadas de
mi corazón no encierran ya la esperanza de volver a ser.
Estoy clavando mis dientes en ese universo que compartimos
Tú y Yo; estoy exorcizando al futuro para que no puedas
ser feliz en brazos de nadie que no sea Yo.
Estoy lanzando maldiciones al cosmos inmediato
en donde deseo ver morir al buitre pestilente que corroe
tus bellas entrañas de mujer.




Puedo escribir los versos más tristes esta noche;
escribir por ejemplo la noche está estrellada
y tiritan azules los astros a lo lejos;
el viento de la noche gira en el cielo y canta...
Pablo Neruda.
XVII
Simplemente un canto de amor
Puedo cantar con el alma llena de la alegría de tenerte,
puedo expresarme con versos de fuego que digan de ti
mucho más de lo que la idea encierra.
En la estética callada de nuestras vidas hay pasos que avanzan sigilosos y que al encontrarse se aplauden mutuamente, porque la noción perfecta de tenerte se realiza sólo en ti y a través de los siglos
cansados que se agazapan esperándonos.
He abierto por un momento tan solo el libro de los misterios infinitos en donde cada página habla de ti: habla de tus silencios que se proyectan
en el sonido inmenso del cosmos adorado; habla de tus angustias que al crear
la vida del espíritu se resisten a entender que la verdadera magia de la palabra
está en las mil maneras de evocarla; habla de tu grito desesperado cuando buscas en la sombra de tu diario la intimidad de tus propios secretos.
Dice también, en el lenguaje callado de tantos siglos que se han ido, que tu cuerpo espera la bendición del presente para salir triunfante de esta  curiosa encrucijada en donde todo parece terminar cuando en realidad
está empezando vacilante.
Aclama la derrota triunfal de la vida cuando,
 al retroalimentar el microcosmos sereno,
el pequeño universo de tu ser, se observa triste y pensativo.
Es la suma de momentos lo que configura una existencia;
es la certeza de estar en el instante decisivo, es la propia disposición que permite abarcar tu ser entero.
Eres tú, soy yo, es la humanidad que pide a gritos un espacio
para dos. ¿Misterio, verdad, imposible acercamiento, coincidencia? Sólo tú sabes que en la eterna vacilación se halla siempre la certeza de amar.

® Luis Quintana.


jueves, 12 de noviembre de 2015

Lunes 16 de Noviembre en Palabras Urgentes: "Luis Quintana Tejero"

presenta este 
Lunes 16 de Noviembre

en vivo a las 17:30 horas por


Estará con nosotros el poeta

Luis Quintana





presentando su  libro
"Nostalgias Poéticas"
"Yo vivía en la torre esférica en donde todo eran sombrasy soledad. Y no había allí arañas tediosas tejiendola tela de la vida; únicamente soledad, una soledad
vacía y larga como la esperanza vana; una soledad que
se retorcía en su propio dolor y que miraba a mis ojoscon una beatitud sombría que convocaba al miedo."

Además de nuestras secciones:

Cada quien su boca
Notas Imprescindibles
Escritorpedia

Conduce: Andrés Castuera-MIcher
Palabras Urgentes
Las escritoras y escritores tienen la palabra.

jueves, 5 de noviembre de 2015

Lunes 9 de Noviembre en Palabras Urgentes: Ana Román

presenta este 
Lunes 9 de Noviembre

en vivo a las 17:30 horas por


Estará con nosotros la novelista

Ana Román



presentando su  novela 
"La Vigilante"




"—Mi nombre es Melissa… fui convocada por los oráculos… — susurré, la habitación se iluminó, casi me voy de espaldas cuando me percaté que no era un departamento, la sala se había convertido en una caverna, las paredes de piedra desprendían aroma a tierra húmeda y hierbas."

Además de nuestras secciones:

Cada quien su boca
Notas Imprescindibles
Escritorpedia

Conduce: Andrés Castuera-MIcher
Palabras Urgentes
Las escritoras y escritores tienen la palabra.

lunes, 2 de noviembre de 2015

Israel González presenta en "Cada quien su boca" de Palabras Urgentes.

ISRAEL GONZÁLEZ






      Dicha tuerta

Si hubiera un dulce de la felicidad,
un dulce que pudiera adquirirse
en cualquier tienda,
en cualquier puesto ambulante
de esos que abundan
en todas las ciudades
y en todos los pueblos
a falta de un trabajo mejor remunerado,
con días de descanso obligatorio
y vacaciones pagadas
y un posible retiro casi digno;
si hubiera un dulce o un perfume
o un reloj o una prenda de vestir
de cualquier marca
o una flor o un muñeco de peluche
de la gran felicidad inalcanzable,
alcanzable sólo para unos cuantos,
de esa felicidad que sale en la televisión
muy bien alimentada
e inmejorablemente vestida
y siempre con una gran sonrisa,
sonrisa de plástico, se entiende,
blanquísima y radiante,
sonrisa de político al que no le duele nada
y que lo tiene todo
con sólo estirar la mano
y hundirla en el erario,
su gran cartera eterna,
su gran tarjeta interminable,
su enorme casa donde no cabe nadie,
donde no entra nadie sino él
y toda su familia y sus amigos y el narco
y la muralla verde y azul
que lo protege de los gritos
y de las patadas de los menesterosos
cada vez más menesterosos,
cada vez más desvalidos
y cada vez más hartos;
si hubiera un dulce de la felicidad,
un dulce que se repartiera
de este a oeste,
de norte a sur,
como se distribuyen despensas
al por mayor
en épocas de elecciones,
de ésas que dicen los políticos
y sus voceros y sus cómplices,
con el hocico lleno de humo,
con el hocico babeante y sediento,
“son justas”, “son democráticas”,
aunque todo el mundo sabe
que es mentira, puras mentiras;
si hubiera un dulce de la felicidad
ya lo habrían saboreado
los obreros, los campesinos,
los indígenas a los que se quiere
quitar hasta el agua,
las grandes olas de muchachos
que no estudian ni trabajan
porque a los falsos políticos
lo único que les preocupa
es el bienestar de sus familias;
si hubiera un dulce de la felicidad,
digo, repito, grito a voz en cuello,
ya lo habrían saboreado
los niños que no tienen
por qué ser de la calle
o “en situación de calle”
como ahora los llaman eufemísticamente
los que nunca han leído
a E. M. Cioran;
si hubiera un dulce de la felicidad,
en fin, ya lo habrían saboreado
los policías y los soldados
que no saben para quien trabajan
y no andarían por allí
tantos niños desnudos y sin techo
vendiendo chicles,
lustrando –su futuro- zapatos…
                                                                                        

                                                             
Maleza

El gato azul entre la vegetación de la pequeña sala
mira pasar el tiempo en mi mano que escribe
sobre el gato azul con girasoles en la piel
que no giran ni se marchitan.
Su boca de palomas nunca maullará
ni ronroneará en mi regazo.
Los peces de sus ojos jamás navegarán otras aguas
como no sean las de su gesto azul
que observa eternamente entre la maleza
húmeda de las horas.
Su abrazo no saldrá a encontrarme
cuando abra la puerta de llegada
y la vegetación voraz se me eche encima.





Apacible

En el cuarto de hotel
la luna alumbra
y los zancudos
esconden la cabeza
entre la ropa
que cuelga de los ganchos

En el techo
las aspas del ventilador
hacen girar
el pequeño universo

En la televisión
se ensayan otros mundos

Por la ventana entreabierta
se cuela –leve- el viento

Amenaza llover
aunque es abril
de sol y de calor y muchedumbre.




Pasatiempo ( 1 )

*
La cursilería
de caminar
tomados de la mano
como si el otro
-o la otra-
fuera a salir corriendo

*
No me estreso
No me enojo
No despotrico
Algún día
lograré atravesar la avenida

*
La luna,
junto al farol
de la calle,
muestra su dulce
cara sin maquillaje,
naturalita,
triunfante


*
Esta luna
de enero:
un pellizco
en la cara
redonda
de la noche.



La noche

Las galletas de animalito
circulan en la mesa
del café

El quinqué
en el adobe
consume poco a poco
la noche
húmeda y oscura
de sapos

que croan

y amenazan colarse

entre papá y mamá
y hermanas y hermanos

que llueven en silencio

como en un largo rezo
nocturno interminable



Salitre

El salitre
está invadiendo
las paredes de la casa
dice mi madre
que quiere todo limpio
y en orden

Con mi hermana mayor
jugamos a que soy un vampiro
y extraigo la deliciosa sangre
de la yugular excitante

En las noches
nos juntamos a contar
tenebrosas historias de espanto
y nos acostamos temblando de miedo

No sea que el Sombrerón
toque a la puerta

No sea que algún duende malvado
se meta entre las sábanas

No vaya a ser que la Malamujer
nos lleve a vivir con ella eternamente.
Sapoeta

De niño tenías miedo a los sapos
y terminaste uno de ellos

La época de secas es la peor para ti

El día y sus espejos
te obligan a ocultar la cabeza

Amas a la tierra
y sin embargo sólo en tiempo de agua
recorres el mundo

La noche, las piedras, los rincones,
todo lo que es envés, son tu refugio

Tu aspecto atemoriza, repugna

Nadie en su sano juicio
te adoptaría como mascota

Nadie que no seas tú
te invitaría a pasar una noche a su lado.



Pasatiempo ( 2 )

*
Serpiente
del
calor
se
enrolla
deliciosamente
en
mi
cuerpo

Acaricia
mi cuello

Succiona
mis pezones

Lame
mi sexo
erecto

*
Soy el jazmín
del patio
en que llovió
esta tarde
Cuando anochezca
las arrieras
se llevarán
mis hojas.








La tertulia

                                                             Para Lupita Albores Y Astrid Pinto Durán
                                                                  

Bajo los flamboyanes la tertulia se anima
con las risas, los recuerdos, las confidencias.
Debajo del mantel los pájaros dialogan en su lengua de alas.
Y un gato imaginario ronronea su azul en nuestras piernas.
El árbol de la tarde huele a jazmín. Y parpadea.
Mientras se peina, sus cabellos nos cubren con su rumor de selva.
Se acerca ya el final de este fraterno viaje.
Oímos cómo el agua, otrora cristalina, esconde la cabeza y se cubre de luna.


® Israel González, Dicha Tuerta, 2015.