viernes, 31 de octubre de 2014

Lunes 3 de Noviembre en Palabras Urgentes: Rafael Salvador.

presenta este Lunes3 de Noviembre de 2014
en vivo a las 17:30 horas por


Estará con nosotros el poeta 
Rafael Salvador



presentando su poemario  "La Dualidad de Humbert Humbert"



Creo creer que no estoy viejo;
mi frente presume arrugas,

mis ojos ya portan lentes, 
tambiénme han salido nuevas canas, aunque
uno es su música si le da por cantar. 


Además de nuestras secciones de siempre:

Cada quien su boca
Notas Imprescindibles
Escritorpedia

Conduce
Andrés Castuera-MIcher
Palabras Urgentes
Las escritoras y escritores tienen la palabra.

Una producción de Código CDMX.


jueves, 23 de octubre de 2014

Lunes 27 de Octubre en Palabras Urgentes: Acústico en vivo con El Pishon.

presenta este Lunes 27 de Octubre de 2014
en vivo a las 17:30 horas por

Nos acompaña desde Mexicali en cantautor

El Pishon


en un acústico en vivo.


No entiendo lineamientos, 
a mi nadie me pregunto si queria nacer, 
ahora por que canto y escribo esto, 
sociópata inadaptado dicen que soy?



Además de nuestras secciones de siempre:

Cada quien su boca
Notas Imprescindibles
Escritorpedia

Conduce
Andrés Castuera-MIcher
Palabras Urgentes
Las escritoras y escritores tienen la palabra.

Una producción de Código CDMX.



lunes, 20 de octubre de 2014

Ulises Paniagua presenta en "Cada quien su boca" de Palabras Urgentes (20 Oct 2014)

ULISES PANIAGUA


 Nocturno imperio de los proscritos     
(fragmentos)

Hemos nacido mudos vagabundos malditos
desde fétidas placentas que reposan  
bajo casas almacenes edificios
putas oficinas ovarios doloridos y dolientes
mazmorras mugrosas de simulada libertad.

Hemos emergido satánicos ciegos ácidos
ajenos a la condena que heredaron los
fiscales del mundo -injuriosas pústulas-
entre colegios cánones parcos y ortodoxos.

Donde expusimos antropófagos antropólogos
-preservadores del sacrilegio- tantos entendidos
nombres bajo la lupa de la contestación:

los Yahvés Maquiavelos Smiths escritores del best seller
cineastas de lengua tibia en ruda afrenta a los Wells
Langs Eiseinsteins y Fellinis de originales profundas
extremas tomas que formaron pensamiento.

Hemos puesto nuestras deidades de espaldas
las hemos apedreado con filosas búsquedas cartesianas
en la herida que desangran labias redes sociales
hemos desandado con rojas manzanas de ciencia
el intrincado laberinto de cables sordos e inútiles.

Nos sucedemos en esta pesadilla de cacerolas
conflictos aterrantes aviones novedoso ántrax
cavernosas elegías postales pavores de ricina
anchas carcajadas anónimas que entendemos por el aquí ahora:
esta granizada de odio sin sed, de sed sin odio.

Hemos nacido forajidos inmorales drogadictos
extraños hetero y homo sexuales aprehensivos oscuros
débiles creadores infanáticos lascivos
poseedores de la marca de incendiarios y homicidas
y por ello nos han fichado perseguido exterminado
rabiando entre holgura de fusil y tasas de crecimiento.

Y sólo nos han dejado el verbo con el cual hollamos bala
sustantivos que renombran a cada década la confusión del mundo:
guitarra óleo imago ánima gubia microtono armonía
y la perfección imperecedera de rostro y cuerpo.

Renunciaron a la ética, lo estético y la razón
autorizando la belleza sin por qué
la belleza justa luminosa inasible según Silesius
la fealdad hermosa que no admite falsos discursos
y esta envidiable repulsiva comunión con la muerte.

Sólo nos dejaron eso. Eso que la esencia de mundo
la probabilidad de mundo requiere…



Cruceros

Aparecen como truenos. En el cruce de cuatro vías, bajo el rescoldo de una puerta rancia, en los fumaderos de opio. Los reconoces por la soledad que funestos anteponen. Parecen alguien que no espera. Son gritos de luna, espasmos de estrella. Aparecen como aparecidos, con la redundancia implícita redundancia; te recuerdan que detrás del semáforo en verde alguien vigila. Son adornos, suovenirs urbanos, cajones de muerto que visten la holgura de las calles. Su honestidad es evidente, su incertidumbre aterra. Caminan o esperan, sentados o caminan; y los precede un rugido, un sollozo de viento.





    Lo tan negro que respira el Universo
(fragmentos)

Pergamino

                                    Aquí respira este conjunto de sucesos     pergamino que ensancha nanosegundos entre cuerdas del espacio    umbral donde gravita la conciencia     poeta en trago de palabras      puente que entrelaza décimos y vigésimos arcanos     semilla de lo vivo que juega a los dados con la muerte     deidad respirante y aburrida     tarot de futuro en retroceso     bestia que aborrece la singularidad dormida     silencio y grito al cubo    pared sin rasguño que abre hacia la sombra

                                    Aquí respira la proximidad del incendio     tuétano que propaga imperfecciones sobre profusa línea       que desvanece magnitudes     que retiene la sonrisa    el dolor     el estallido       Aquí permanece la inscripción del Universo    espejo que construye al segundo     lo finito     sombra que extiende a la séptima potencia     grito y silencio     pretérito progresivo      lo muerto que trastoca los sucesos que respira      Aquí el arriba    lo sur     lo tal vez    lo púrpura que engulle la mirada      médula que palpita espesura de atómico esqueleto:   

            Aquí se intuye     -en enfrentamiento-     nuestra dolosa rasposidad    contra la naturaleza del espíritu.


La pastura de las horas

A qué suena la pastura de los días, dónde gruñe el amor de una oficina
qué rememora el desliz de una persiana
el desplome de una hoja
la nerviosa exhalación de un pabilo

Cómo gravitar un hoyo negro

Cuándo besar la saudade, el advenimiento de metáfora
cómo suplir el tacto del crimen
el canto de un ronco mirlo
el brote la sonrisa un mullido vientre

Dónde intuir la ventisca del poema

A qué saben la privación o la risa, la lumínica memoria de quien se ama
el dócil velo de una tarde con lluvia
un musgoso cantar en parto de rosas
la ofuscación de armonías sobre el piano

Dónde alcanzar la densidad de la atmósfera, cuándo descifrar
la libertad del oficio, el holograma del abrazo, la huella
en el espectro de sol
la calma   la antimateria    el espíritu

Cómo degustar la carne de las horas

Cómo palpar la presencia del relámpago
Cuándo alcanzar lo que no se suple
y dónde nominar
aquello que no se toca.


Respiración y paquidermo


Puedo palpar la respiración del soñante:
qué de frágil eterno en sus rompientes encorva
cómo florece el aleteo de lo negro    la proximidad
la cándida amenaza que peina al imaginario del coloso

Dentro de su diafragma de agua    la muerte y la ilusión
afelpan  yerguen  rugen con persistencia
relámpagos de sal esperan un guiño de luna

El orbe transparenta fósiles laberintos
acuosos huesos de paquidermo embestido en cada oleaje

Y las boyas y los barcos
en su sábana extendida
se vuelven incandescentes focos que dictan armonía

Silencio  Vigilia  Silencio   
El soñante respira
La eternidad responsa en el sonido de una playa

Silencio   Asciende   Desciende
El soñante cae los párpados
en busca de una hembra con estola de tormenta.


      Ronco Canto Luminoso
(fragmentos)

Uno es el ojo de sí mismo
es la vigilancia  y la libertad sobre el precipicio

Uno es la boca y el culo del universo
espiral que confluye hasta el ombligo del sueño
Uno es el sueño

Uno es el ojo del universo
y es ése que es observado por el ojo del universo
Uno es y no es el ojo
Uno es uno y es todo y es la baba del todo

Uno observa      
contempla  y es contemplado
Uno es el universo que implosiona aspira y exhala
al murmullo de un remo
filando las aguas sobre un adormecido
estanque de lotos.

El poema es el tigre     
                                   
ese tigre que enluta el hielo
más allá de sangrientos pulmones
hinchados de metáforas

El poema es el tigre que tritura las imágenes del aire
Es ese goce de fauces entre lumínicos o romos versos

El poema son las zarpas sobre el musgo
el salto entre abrojos
el rugido que repite el eco figurado

Es hígado de lo que quiere pero no alcanza
La mirada que toca la noche y se extiende hacia su centro
Lo imposible en su agitada existencia

El umbral               lo turbio presente
La intuición           aquello que no se menciona en la albura

El poema es el tigre blanco que se interna en la entraña de la nieve.


Ven,
acércate a la ventana
                  ¿puedes oler el vértigo?
                           el aire es un filo estático que revienta los ojos
                           el abandono descompone fractales en lo aborrecido

Aquello que miras es un campo de mandriles asesinos
                           Y la mujer del panadero ha tatuado un demonio
                                                      en los más hondo de sus muslos 

Ven, acércate más
                           escucha rugir a lo siniestro
         Ahora,
                            ¿quieres intentar el salto?



Paranoica posmoderna


Nadie hablará por ti
con la transparencia del agua

Nadie hablará por ti
si no ladras con intereses

Todos esperan arrancar las uñas
al cadáver de tu respiro

Los buitres de la abundancia
quieren reñir en tu esqueleto

Sólo queda cantar
cantar  con la más profunda trasparencia
de lo aborrecido.

®Ulises Paniagua


jueves, 16 de octubre de 2014

Lunes 20 de Octubre en Palabras Urgentes: Ulises Paniagua

presenta este Lunes 20 de Octubre de 2014
en vivo a las 17:30 horas por


Nos acompaña en esta emisión el poeta



Ulises Paniagua


Sólo nos dejaron eso. 
Eso que la esencia de mundo 
la probabilidad de mundo requiere…


Además de nuestras secciones de siempre:

Cada quien su boca
Notas Imprescindibles
Escritorpedia


Conduce
Andrés Castuera-MIcher
Palabras Urgentes
Las escritoras y escritores tienen la palabra.

Una producción de Código CDMX.


lunes, 13 de octubre de 2014

Refugio Pereida presenta en Cada quien su boca de "Palabras Urgentes" (13/10/14)



REFUGIO PEREIDA


Otra cosa hubiera sido
De haber conocido su cuerpo,
otra cosa hubiera sido la luz
esa noche
en que escondí aquella lámpara bajo la cama.
Habría dicho:
Jesús, hijo de David, ten misericordia de esta mujer.
Unta tu saliva en este barro seco,
dos veces,
como lo hiciste en Betsaida.
Sólo veo hombres como árboles que caminan
y necesito salir de esta aldea
iluminada por espejismos.



Los Nada
Los Nada estamos hechos de una sustancia invisible
que atraviesa las oficinas.
Una extraña propiedad nos enaltece en el polvo,
y nos limpia con el rumor de las cascadas.
Vamos alegres  por el mundo,
que es para nosotros,
com-ple-ti-to
cuando nadie se acerca a nuestra derrota
para ofrecernos su tristeza de dos pesos.
No nos gustan las migajas.
Los Nada no aceptamos reducciones
ni en el nombre,
ni en la distancia que hay entre premio y la certeza,
gran trabajo nos ha costado
tallar en cavernas nuestra historia.
Nunca nos empeñamos en borrar las huellas del tropiezo,
más bien
hemos hecho hoyos con el hocico.
Los Nada nos defendemos en silencio,
dejamos que extraños venga a la casa,
a enseñarnos sus falsos llantos
pero nuestra extraordinaria facultad de clarividentes
nos muestra el camino donde andan
perdidos bajo su estrella de naylon.
Los que somos Nada vemos en una ciudad ajena
la luna entre el fluir de los tráileres,
entre los jornaleros que esperan
los escasos pesos que han ganado.
Nosotros, Los Nada sólo abandonamos cuando tenemos algo.
De otra manera, al carecer de todo
cuando encontramos un río y un poema
sabemos la amable experiencia
de que el agua es fresca
y el ruido un canto.
Los que no hemos poseído el triunfo,
sentados alrededor de una mesa,
jugamos a las cartas y apostamos sin desconfianza
la libertad de nuestra sombra.




Siniestro
Es el sitio de los conflictos,
del amor.
Lámpara roja en el lado siniestro,
sol primigenio.
Para el torpe y para el sabio ha sido el ejercicio de vida;
para mí, que soy arena suspirante,
abarca el mar dormido, el mar despierto.
Veo el agua que se comercia en los desiertos,
la nube que se acuesta en cualquier bar,
un río desbordando semillas de vidrio,
flores que abren los sueños de las olas,
deseos roncos de una voz que llama al tálamo.
Es el espacio abierto para decir
que los ladrones menores tienen una razón;
que el acto amoroso comienza
con tu cuerpo como océano feroz y desnudo;
que estamos hechos en nuestro costado izquierdo
porque ahí se desmorona y reconstruye el latido del mundo.




Fisura
Si en las delicadas angustias hay una fisura
déjame entrar cantando al concierto de las calles,
permíteme darte un sonido imperfecto
que te acompañe en las vueltas de una hoja seca.
Seamos una vez más una estructura naciente,
las manos del vendedor de libros en el callejón Condesa,
el envés de esa lámpara que brilla entre los menesterosos.
En aquel momento fue imposible soñar que se acabaría la tifoidea,
ni el Ángel Ebrio de Kurosawa podría haber hecho algo por nosotros,
nos hubiera sacado a patadas de su consultorio.
Si aún existe,
si aún hay una rendija,
ésta es una forma de pedir perdón  a los cuásares más tímidos,
de extender un lienzo donde pueda servir el pan
y un poco de agua fresca para tu sed
y para mi corazón.


  


La calle
A José Francisco Zapata
Para salir a la calle se precisa una ruptura,
pasar de un lado a otro
en busca de la sombra nuestra,
esa posesión intangible
que urge tanto
por su presencia solidaria.
No es nada escrito,
es la hora de tomarse en serio los días de lluvia,
es la hora de pararse bajo los árboles que dan su savia transparente
para no morir como polvo cotidiano
encerrados en jaulas diurnas,
dentro de ruidos que caen como rayos del mismísimo Tláloc.
Pues ha de saberse el viento
que no existe sólo para rebotar entre cuatro paredes
si no para devorar con su fuerza natural los muros
y arrancar la hierba acostumbrada a vivir de la cal.
Amante continuo del abismo,
el sueño de la tierra alza sobre su cuerpo mil manos,
música entre rocas.
Aparte de las arterias
ha de ser útil
emborracharse
con ese amigo que nos regala la ciudad
porque enloqueció mirando a Nahuin Ollin
cuando caminaba como una flor perdida,
lejos de su propio mapa.
Desde luego, temer a los payasos
que nos han asustado con su melena incendiada
es más que necesario
en este momento,
cuando la mano se abre poderosa ante la nada
y se colma de toda aquella posibilidad enardecida
de jugar con sus ramas.
No debimos construir las redes que tejen el olvido
sobre un reino que baila y se envenena por la tarde.
Nos han hecho sordos.
Las paredes reclaman el alto volumen.
Somos responsables de poner  la voz en una caja cerrada
igual a una piedra en la Zona del Silencio.
En la banqueta aguarda el centro del mundo.
Globos y viento juegan cerca de un árbol partido por un rayo.
La libertad algo más que una caricia seductora.


® Refugio Pereida.