viernes, 23 de noviembre de 2012

Jueves 29 de noviembre en Palabras Urgentes: Andrés Stroobants Leichen


presenta este Jueves 29 de Noviembre   de  2012
en VIVO a las 17 horas 
por Código DF


Estará con nosotros el cantautor

Andres Stroobants Leichen 

en un acústico en vivo
 con las canciones de su disco "Tan Cerca y tan lejos"


Además de nuestras Notas Imprescindibles y la tradicional Escritorpedia.

 conduce Andrés Castuera-Micher

twitter: @purgentes
Facebook: Palabras Urgentes Codigo Df
Correo: palabrasurgentes@gmail.com

jueves, 15 de noviembre de 2012

Xelhá Sánchez presenta en Cada quien su boca de Palabras Urgentes



XELHÁ SÁNCHEZ


SONETO AL METRO

En la línea muta en calor el frío

deslizando en camino cien oficios.

Pasajero entre la calma y el desquicio,

aire fresco y más espacio ya ansío.

Caudal de gente arremete con brío

y ya librado es todo un armisticio.

Es de otros sus entrañas un hospicio,

foro andante de músicos el trío.

En Camarones a prisa deserto

mientras otros cumbia o salsa comprarán.

¡Ya no la hice hasta Barranca del Muerto!

Para La Paz dos transbordes faltarán.

Mientras a Allende el camino es revuelto

Otros cuatro conducen a Pantitlán.


METROPÍA (FRAGMENTOS)

Los habitantes de la Ciudad de México, descendientes directos de la imperial civilización azteca, cedieron finalmente ante la transculturación, para imitar el vulgar estilo de vida que el imperialismo anunciaba certero. No había maldad en el modernismo manifiesto en cada calle o avenida, sino en el claro rechazo de los nuevos habitantes de la antigua Gran Tenochtitlan hacia su pasado.
No había más balance en la nueva sarta de generaciones que, en lugar de conjuntar lo mejor de ambas culturas, como era debido y esperado, olvidaron lo mejor y eligieron lo peor de la invasora. Y así, hasta nuestros días, los deformados herederos mexicas condujeron sus hábitos con un excéntrico proceder seudoeuropeo.
Llega el quinto sol de la semana, un jueves por la mañana, en cuyos diarios vespertinos se leerá el encabezado “¡SE LLEVÓ TODO!”, para referirse a la serie de vientos provenientes del oriente que, desde el alba y hasta poco antes del mediodía, azotaran la ciudad.
Un día común en la vida de la capital de México: los peseros hasta el tope desde el paradero mismo; sus conductores que prueban saber pisar más fuerte el acelerador; caos vial en Insurgentes y en Reforma; taxis con marcadores voluntariamente descompuestos; peatones imposibilitados a transitar por unas calles pavimentadas con exclusividad a los automovilistas.



Un día común en la vida del Metro: necios viajeros que fuerzan las puertas del tranvía que apenas se detiene ante ellos; de pie el señor de edad muy avanzada y la mujer encinta, mientras observan con atención a una joven enchinar sus pestañas, en su asiento, frente a ellos. Todo aquello con la naturalidad de una ley paulatinamente establecida en la “evolución” metropolitana hacia una ciudad más habitable.

Línea dos, Tasqueña-Cuatro Caminos.
Un matrimonio de curiosos turistas noruegos observan, desde sus asientos, los comercios pasar fuera del Metro. Entran al túnel… San Antonio Abad, Pino Suárez, Zócalo… En Allende, un joven con rastas y bolsa de estambre sube, y una niña toma la mano de su madre embarazada al atravesar las puertas del mismo vagón.

Línea uno. Zaragoza, Gómez Farías, Boulevard Puerto Aéreo, Balbuena, Moctezuma, San Lázaro…
“Sí, mire, se va a llevar, para esos apagones, imprevistos y emergencias, la lámparita; sólo diez pesos le vale, diez pesos le cuesta.” Las jóvenes, en silencio, irritadas: su sentido del olfato experimenta nuevos humores; otra, más allá, absorta en las vías debajo de ella, a través del vidrio; el obrero cuenta una vez más las estaciones que faltan para su transborde en Salto del Agua.
De pronto, un rechinar a sus pies y chispas en las vías; ni un espacio para una mano más en los tubos… alto total y oscuridad repentina. “Hijo de la…” “¡Muévase!” “¡Estúpido!” Poco después, sobre el alma de todos se cernió una incomodidad inexplicable. El silencio ascendía como reflejo del vacío de esas almas que, a cada momento, en lugar de impacientarse, se posaban en sus jaulas a la expectativa.
Y también, con cada segundo que pasaba, esa expectativa se concretaba en sus rostros: ¿era que sus conciencias Y, desde el fondo de la oscuridad, los “cuatro millones de pasajeros” vislumbraron aquella estela -¿o era fuego?- verde azul brillante pasar velozmente sobre las vías libres.

Línea dos. Hidalgo.
En penumbras, la noruega recostó en el suelo a su marido, quien murmuraba palabras indistinguibles al aire. La madre, al otro lado del vagón, inhalaba y exhalaba aire de manera intermitente. Una de sus manos no dejaba de aferrarse a los pequeños dedos de la niña, mientras apoyaba la otra sobre su panza. Murmullos, respiros y sollozos era todo lo que se escuchaba en la quietud y oscuridad del vagón.
El joven, se acercó a la otra mujer, en un intento de comunicarse con ella; no obstante, ella rechazó su ayuda y continuó hincada ante su esposo, al tiempo que dejaba ir más lágrimas por él.
Sí, el doctor había dicho que él ya no estaba en condiciones para viajar: cualquier situación, por menos peligrosa que pudiera parecer, podría causar en él otro infarto y, sin su doctor de cabecera cerca, tendría menos posibilidades de sobrevivirlo. Pero él había insistido; sabía que en cualquier momento podría ocurrir y no quería morir sin haber conocido más que el Viejo Mundo. Y, sin razón aparente, su elección había sido México. Ella, por su parte, entendía y quería que disfrutara sus últimos días, aun si ello tuviera que implicar todo esto.



Línea dos.
La noruega había lanzado algunos rezos al aire y, a pesar de haberse calmado, no podía conciliar el sueño. Los otros tres dormitaban, cuando aquel sonido agudo retumbó en las paredes del vagón: NONETZONCUILIZ TLAMIZ INTLA HUALLAPANTLAZAH IN INELHUAYO IN TLACAH.
Tan pronto la voz habló sobre sus cabezas, la madre, su hija y el joven despertaron turbados; miraron en todas direcciones, a pesar de saber que entre aquella oscuridad no hallarían la causa de la voz, cuyo idioma definitivamente no era español ni cualquier otro que pudieran identificaran. Y al pensar en las similitudes de lo que ocurría en ese momento y los ataques que otros países habían padecido antes, no les extrañó cuando por sus cabezas atravesó la idea de que esto claramente se trataba de un ataque terrorista.
Línea uno. Pantitlán-Observatorio.
El obrero guiaba el camino; la joven, a unos metros detrás de él, examinaba su camino con la lamparita en mano; y las hermanas, muy rezagadas, con sus brazos entrelazados, de mal humor e incrédulas de que ellas mismas siguieran a aquellos dos.
 Después de pasar por las estaciones Candelaria, Merced y llegar hasta Pino Suárez, el obrero subió al pasillo, se acomodó en la pared y cerró sus ojos. La joven se detuvo y lo observó desde las vías. Poco después, las hermanas llegaron con gritos y expresiones de impaciencia.
“¿Cuál es la diferencia entre este lugar y en el que estábamos?” preguntó la menor con molestia en su voz. El obrero abrió los ojos al escucharla y volvieron a encontrarse con los de la joven por algunos momentos.
“Transbordaremos.” informó ella, después de interpretar la mirada de aquél.


Mientras subían por las escaleras, a sus oídos llegó el rumor de los cientos de personas que visitaban o mercaban en la Plaza de la Constitución; el tamborileo de los danzantes de música prehispánica; el motor y los pitidos de los autos; el toque de las campanas de la Catedral Metropolitana. Una vez con ambos pies sobre pleno Zócalo, ante los ojos de todos, se desplegaron también las imágenes y los olores del paisaje cotidiano de un jueves cualquiera al mediodía en el Centro Histórico de la Ciudad de México.
Un momento después, las hermanas se alejaron del grupo sin decir palabra y, posiblemente, sin rumbo fijo; la mujer embarazada tomó de la mano a su hija y se abrió paso hacia el templo de Dios; y el joven con rastas observó desde lejos a los otros tres acercarse al obrero, tenderle sus manos e intercambiar algunas palabras.
Al quedar solo, el obrero observó su alrededor. Sintió la extraña sensación de que todo aquello había sido sólo un sueño. Miró la entrada de la estación Zócalo detrás de él: la gente salía de ella y entraba como si, efectivamente, nada hubiera ocurrido. Volvió a pasar su mirada en torno de él: nadie le resultó conocido y, en cambio, conocía a detalle todo el panorama.
De pronto, le volvió aquella sensación de angustia y temor. Miró el reloj en su muñeca derecha y sus ojos saltaron al percatarse de la hora. Caminó hacia la entrada de la estación, para perderse entre el gentío que en ella se aglutinaba. En su cabeza ya formulaba una excusa suficientemente verosímil que le librara la pena de ser un desempleado más esa misma tarde.


®Xelhá Sánchez

viernes, 9 de noviembre de 2012

Jueves 15 de Noviembre en Palabras Urgentes: Xelhá Sánchez


presenta este Jueves 15 de Noviembre   de  2012
en VIVO a las 17 horas 
por Código DF


Estará con nosotros

Xelhá Sánchez


con su narrativa urbana, poesía y relatos del metro.

” Los habitantes de la Ciudad de México,
descendientes directos de la imperial civilización azteca,
cedieron finalmente ante la transculturación, para imitar
el vulgar estilo de vida que el imperialismo anunciaba certero.”.


Además de nuestras Notas Imprescindibles y la tradicional Escritorpedia.

 conduce Andrés Castuera-Micher

twitter: @purgentes
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jueves, 8 de noviembre de 2012

Erick Crespo presenta en Cada Quien su Boca de Palabras Urgentes (8 nov 2012)




ERICK CRESPO

SUBMUNDO

He abandonado los viajes subterráneos,
tan sólo recuerdo mi afán por el encuentro,
fui expulsado del subsuelo húmedo y oscuro,
por una inercia natural…
Crucé abismos de hielo
como un ave apenas sostenida
por el aire que también pensaba.
Todo fue otorgado,
sin demora,
sin titubear,
en una decisión recta,
y transversal.


TORRENTE

Frente a la ventana abierta, lo atestiguaron las plantas.
No han dicho una palabra desde aquella tarde,
más yo sé que entendieron…


Esperaba con paciencia que tú te conmovieras
de verme derramado en palabras líquidas,
de  cera,
en mis venas.



EL LOCO

Escribo poemas que me asustan.
Me los dictan al oído.
Son versos para traducirte.
Imágenes para desmayar al tonto de los cables.
El que enchufó todo al revés,
a ciegas.
El que tiene los días contados,
descubierto en su ineptitud,
en la farsa,
en su tragedia.




MATUTINO

Levántate,
de madrugada,
sorprende al Sol por el Oriente,
despierta,
mientras todos duermen,
regala el primer pensamiento
a la tierra que compartes,
alcánzanos a todos en un suspiro,
con las últimas estrellas aún presentes,
reconócete en cada paso,
como el rayo decidido atraviesa la mañana,
abre la puerta de tu casa,
sal,
no te despidas,
encuéntrame.



DISOLUCIÓN

Hoy te puse en libertad
para no existir fantasma mío,
es el único derecho tuyo
que podrías reclamar.
Quisiste acompañarme en el desayuno,
te vi pálido y triste,
con la intención confundida.
Afuera, un gorrión entre las ramas
decía su canción de varios siglos,
disecaba el frío con su canto
fiel y bondadoso.
El Sol le regaló una caricia
a todo lo ancho del invierno,
la inocencia y la verdad se unieron en un beso.
Sin despedirte,
te habías ido.


TRANSPORTE MARINO

Es una playa nocturna
el lugar que visito entre sueños,
la brisa lleva el sonido que indica el camino,
el pasadizo de la fuga,
el umbral del sueño.

Sobre la arena,
mi pie derecho es testigo
de un juramento que disuelve la memoria.

La vida transcurre perfecta,
en la espiral eléctrica de un hemisferio.

Amanecerá
y habré olvidado todo,
los números,
el abecedario.
Habrá paz.



EL REFLEJO

Cinco renglones bastarán
para destruirte, poeta.
Un reflejo de palabras,
que te excluya de todo,
por todos.

En tu asfixia, 
pides desaparecer.
No te será concedido.
Imposible enajenarte.

Quien piensa contigo es creador.
Una idea tuya basta para llenar el vacío.
Adquieres peso por imaginar.
Tú generas espacio de nuevo,
ahí, te llaman al nacer.





(Las estrellas en movimiento detrás de tus ojos)



Tu voz girando impaciente como nubes al calor.
Lloverás tan sólo una palabra
que rompa la ilusión de tus espejos.





LA VISIÓN

Me vi de pie,
sobre un desierto anaranjado,
olfateando rastros.
Me vi alacrán
con tenazas, ostentoso.
Aguijón de miedo, 
en cada ataque un poco del veneno me inyectaba.

Mi reino,
circunscrito en un reloj de arena,
fue devorado por el centro y su hundimiento,
no sobrevivió a la emboscada ni el recuerdo.

Dibujado en hojas
de un libro intocado por el tiempo,
fui el mago de la mano electrizante,
en esferas proyectaba pasajeros olvidados,
cientos de páginas, nombres incontables.


Siglos después,
regresé a este sueño del presente
del cual también he de fugarme,
la lente de mis ojos es de un nuevo cristal de agua,
veo fuego en el núcleo de los hombres,
he dejado de fumar vidas pasadas.

Así vivo,
acechando como un lince el milagro aquel,
donde mi nombre y el de todos se revela
condensado en una gota apenas perceptible,
que solo mi lente puede leer.



TRAMONTANA

Mi alma reposa confiada
en el regazo de una bestia,
traspasa su ilusión de opio convicto;
como la tramontana entre precipicios.

Depredadora y carnívora,
ella es la presa,
autora del crimen imaginado,
del juicio,
de la celda
y su castigo.

Mi alma es un niño que duerme,
en el sueño perdona
haber creído que vive lo vivido,
sabe que Dios no es un tercero,
que la eternidad se parece al presente
y se despierta recordando el camino.



LA DANZA EN EL TECHO


Llevo en mi centro una palabra indescifrable.
Cuando es canto,
bailo noches enteras sobre el techo
y termino acariciando la idea de tu rostro
a través del quicio de mi puerta…
Sonríes.
Y me esperas.

RÍO OLVIDADO


Me he guardado lo mejor para el final.

Hasta ahora sólo he logrado disolver los espacios de la gente
y ver en el ojo ajeno, como desde el fondo de un escaso brillo
brota de nuevo un agua entre las rocas.





LA CUARTA DIMENSIÓN

Es la fracción indivisible de un poema.
Una ecuación que se demuestra perfecta en todas direcciones.
El azul de los cielos claros.
El istmo de un pensamiento.
Los viajes compartidos.
A donde te he visitado.
La posesión de mi nombre con los ojos cerrados.
La sin-sustancia que vuelve ciertas las promesas.


  
REVELACIÓN
 Al primo Marti.
Inspirado en “El Secreto del Helecho”.Cuento Celta.


En el camino de este puente no solo soy lo que roza el viento.
Soy tu pensamiento y el mío atravesando las cosas con la misma mente.
Somos las letras de nuestro canto, la filigrana que une la Tierra con el Cielo,
imaginación sostenida y amplia que enciende causas olvidadas.
Todo sucede,
está vivo a pesar del espejismo de una visión sin existencia.
Revela un secreto, desde el más profundo silencio de un helecho.


-Lo invencible es invisible-


Y en el equinoccio de verano arrojaron sus esporas al viento, en la media noche Celta.






EL FINAL DE LOS OLVIDOS
A Jesús de Nazareth

Conozco las ramas de los árboles, me he subido en ellas,
también los he plantado y cosechado flores, que por sí solas se entregan.
Se de la miel, pues desde niño supe de abejas.

Entre la concurrencia de las plantas, enamoré siempre al mismo rosal
y todos los presentes me regalaron rosas,
blancas, rosas o amarillas, una tan hermosa como la otra.

Pero hay un evento que el jardín entero aguarda en la noche azul-violeta,
ángeles cantando el nacimiento de una estrella,
una dulce estrofa y las trompetas…

“Eres tú el final de todos los olvidos, el himno de mi alma que te espera”

Entonces ocurre;
el primer momento que abre al mundo su perfume apasionada,
la rosa blanca inmaculada del Jardín de los Olivos.



                                                                                                                       LA QUINTA


Él,
ha encontrado su camino,
nadie lo imagina.
Piensa, escribe.
Vive de pie,
baila y canta.
Ya nada importa, ni será jamás sorprendido.
Se siente libre.
Lo sabe.
Respira de todos el mismo aire.
Confía,
en el poder de las palabras.
Su apocalipsis ya fue,
un sueño malvivido.



®Erick Crespo


martes, 6 de noviembre de 2012

Jueves 8 de Noviembre en Palabras Urgentes: Erick Crespo


presenta este Jueves 8 de Noviembre   de  2012
en VIVO a las 17 horas 
por Código DF


 En esta ocasión es 

Erick Crespo

quien toma los micrófonos
para sacar sus palabras urgentes...


Me he guardado lo mejor para el final.
Hasta ahora sólo he logrado disolver los espacios de la gente
y ver en el ojo ajeno,
como desde el fondo de un escaso brillo
brota de nuevo un agua entre las rocas.


Además de nuestras Notas Imprescindibles y la tradicional Escritorpedia.

 conduce Andrés Castuera-Micher

twitter: @purgentes
Facebook: Palabras Urgentes Codigo Df
Correo: palabrasurgentes@gmail.com

jueves, 1 de noviembre de 2012

Adriana Tafoya presenta en Cada quien su boca de Palabras Urgentes 1 de Noviembre 2012


ADRIANA TAFOYA

Reflexiones de un niño sobre la muerte
(con caja de borrachitos)
I

Mi abuelito murió por la mañana
estaba muy chiquito
y arrugado
y todo su cuerpo aún desprendía
un olor a alcohol.
El abuelo era muy borracho, dijo la tía, por eso se murió.
Me imagino que su piel
está como envinada.
A pesar de mi tristeza, qué bien lucía
mi abuelito dentro de su caja,
envuelto en papel arroz.

  
II
Licoritas

Los dulces que me gustan
son los camotes poblanos
y las botellitas de licor,
pero más los borrachitos.

Qué dulce era mi abuelo
cuando se ponía borracho,
me daba todas sus monedas
y mis primos y yo
corríamos a la tienda a comprar
varias golosinas.

Qué bueno era mi abuelito
cuando estaba borracho,
un ataúd para dulces
pudo ser su caja.



III
Cadáver exquisito

El domingo lo soñé.
Lucían sus cachetes coloreados
cubiertos por el tul de su caja
parecía estar escarchado
hecho un terrón de azúcar.
Su boca sonreía resignada
como si supiera que iba a ser comido,
como un postre,
un afrutado dulce para muchos animalitos
pequeños
e innumerables.
Cayó la tapa de su ataúd como estruja la noche,
no sé por qué
lo que más amamos
lo queremos guardar en cajas.





IV
Reflexión

Creo que encogió.
En verdad era muy pequeño,
pudo caber dentro de una caja
de camotes poblanos,
o mejor aún, en la cajita de mis borrachitos.
Ya era más chiquito que yo
y a veces sospecho
que todos los abuelos son dulces
cuando han muerto.




Pellet de cerdo entre las flores

Quién sabe hasta qué grado
Uno puede entregar un hijo
al arco de la noche.
Quién sabe cuánto pueda llorar un padre
la muerte de su hijo
en la oscura llamada de una noche.

Sólo (tal vez) lo sabe la piedra
enterrada húmeda
dentro de los húmedos bosques.
Sólo en la tierra lo sabe una madre,
apretando sus manos           
dentro del agua    en el oscuro bosque.

Quién sabe lo qué es el llanto si llueve.
Quién sabe lo que significa un hijo de agua
cuando el cristal     gota salpica entre las flores,
marca de sangre que se aclara si llueve.

Qué pasa cuando el mirar del ojo
cruza por el arillo     la espira
del rabo de un cerdo entre los musgos,
lechón sobre la piedra,
en medio de las flores blancas
y rojas
de la negrura de un bosque
que es la madre
tierra    blanda por el llanto incontenible
que significa la muerte de un hijo y su idea.

                                    Qué significa.
                            Que da significado.


®Adriana Tafoya